miércoles, 26 de febrero de 2014

Tenemos de todo...menos gallegos

Gentes de trato

Es la hora de la demanda, de propiciar el consumo interno. Lo dicen ya muchos economistas de talante conservador; los más progresistas lo han dicho siempre. Y ya lo empiezan a aceptar la mayoría de los políticos, incluyendo los ministros del ramo. Se han hecho los ajustes duros, macroeconómicos, con una política de recortes muy intensa que generó empobrecimiento de la mayoría de la población, reducción de salarios, incremento de la presión fiscal, etcétera, amén de todo tipo de rebajas en los servicios del bienestar alcanzados con el esfuerzo de todos. 

Y ahora no llega con seguir vendiendo más a los consumidores foráneos, toca incrementar el consumo interno. Para ello el Gobierno parece estar dispuesto a bajar los impuestos (no se sabe cuáles ni cuánto ni en qué momento se aplicará, algo por lo demás propio de la claridad a la que nos tiene acostumbrados Rajoy) y devolver de nuevo a los ciudadanos parte del poder adquisitivo perdido.

En Galicia no nos queda otra que preguntarnos ¿a qué ciudadanos? Porque aquí tenemos una oferta amplísima de todo, o casi todo: más bares y tabernas que la media de España, y más metros cuadrados de superficies comerciales, más universidades, más auditorios, y palacios de congresos, y puertos deportivos, más kilómetros de carreteras comarcales, más concellos y núcleos poblacionales, más aeropuertos....No sé si estamos por encima o a la par en médicos, maestros, policías, jueces. 

Pero sí es una evidencia que estamos en medio de una tremenda escasez de gallegos. Los demógrafos, sociólogos y expertos en geografía humana nos hablan ya de una "catástrofe demográfica" de la que aún no son plenamente conscientes los inquilinos del parlamento santiagués. Sí se han hecho algunos informes, alguna que otra comisión para escuchar a los técnicos. Lo básico. El diagnóstico: hasta la crisis, con una pequeña inmigración, el censo nos indicaba año a año que éramos los mismos, más viejos; ahora, con la emigración de nuestros jóvenes (los que pueden procrear) somos cada vez menos y más viejos. Y el pronóstico a 10, 25 y 50 años es muy desfavorable. 

Señores de los partidos, los planes y las leyes. Que sepan que tienen, a la vista de los datos, una doble tarea. Devolver capacidad adquisitiva a los gallegos. Y devolver gallegos a Galicia. Si no, a ver quién consume por estos lares.

lunes, 24 de febrero de 2014

Miñocas, Rajoy y Mas


Miñocas, Rajoy y Mas
9 de enero de 2014

Una de estas tardes de temporal la dediqué al estudio concienzudo (todo lo que pude) de la gran variedad de productos gallegos de alimentación, amparados bajo la marca Galicia Calidade, que se comercializan dentro y fuera de Galicia. Entre otros documentos utilicé el especial "El gusto es nuestro", un auténtico catálogo editado por La Voz que perfectamente podría hacer la labor de portfolio (que diría un creativo marketiniano) en el que aparecen detalladas las fichas de todos los productos: pescados, crustáceos, pulpo, quesos, castañas, pan, leche, fabas, grelos......y todos los demás. Y así me entretenía cuando, pasando en internet de una noticia a otra y tomando alguna que otra nota en mi libreta, me sobresalta el titular: "Portonovo impulsa la venta de las miñocas", explicando después que el producto se comercializará como cebo en Andalucía, Levante y Cataluña.

¿Cómo? ¿Que le vamos a vender miñocas a Cataluña? ¿Y de Portonovo?

Ya está. Esto, claramente, es cosa de Rajoy, veraneante del lugar y pescador aficionado en las aguas de Sanxenxo y Portonovo, quien sin duda utiliza como cebo la muy noble "lumbrineris impatiens", poliqueto conocido en el sector como "gavilán" y por el resto de los humanos como miñoca. Estoy seguro de que don Mariano encontró en este poco astuto animal la excusa perfecta para mantener la conversación que le demanda Mas, y sobre la que ha reiterado en alguna ocasión que no sabría de qué hablar con el presidente catalán. Obviamente no va a hablar de soberanía, de escisión o de derecho a votar. Tampoco de la enorme contribución de los miles de conciudadanos españoles de las demás comunidades autónomas al desarrollo de Cataluña. Ni entrará en la harina de los reajustes fiscales. Pués ya está. Hablará de la pesca del sargo, la dorada y la lubina, materia de la que tiene amplias experiencias navegando por las inmediaciones de Ons. Supongo.

Y digo yo, a ver si entre risas y charlas, y dado que el pescado de la escisión catalana está más que vendido, nuestro ilustre vecino y veraneante le puede vender también al Sr. Mas algunos aguardientes y licores, algas, erizos, ternera, lacón, miel, patatas....y por supuesto, todos los gusanos marinos que precise. Fin de la pesca.

miércoles, 19 de febrero de 2014

La confianza del consumidor es negativa


La confianza del consumidor es negativa
13 de enero de 2014

Perdonen la claridad y rotundidad del título. Pero así hay que decirlo. Se trata de un dato objetivo, claro, medible, comparable y contrastable que, cada cierto tiempo se nos presenta y a veces no con el rigor que merece. Y me explico. Hace unos dias se dieron  a conocer por parte del Instituto Galego de Estadística los resultados de la "Enquisa conxuntural a fogares" correspondiente al cuarto trimestre de 2013. En ella se incluye el Indicador de Confianza do Consumidor (ICC), cuyo resultado se transmitió a la prensa (y por la prensa a la ciudadanía) como de 29,8. Así, en positivo. ¿Es correcto? ¿Y si lo fuese, es mucho o poco?

Lamentablemente la información es incorrecta. El resultado del ICC es de -29,80, negativo, tal y cómo puede comprobarse perfectamente en la página del IGE. En ella  puede obtenerse también la clave para su entendimiento y las definiciones de lo que incluye este indicador. A pié de cuadro y en letra pequeña (¡siempre la letra pequeña!) se puede leer: "O ICC varía de -100 a 100, sendo o valor 0 o punto neutral; valores positivos do indicador amosan optimismo e valores negativos indican pesimismo por parte dos consumidores galegos". Y ya en el cuadro se constata que el resultado para el último trimestre de 2013 fue de -29,80, mejor que el del 2012 de -41,45, el del 2011 fue de -36,01 y el de 2010 de -25,51, siendo todos ellos valores correspondientes al cuarto trimestre. Por tanto este indicador está casi al nivel del 2010 y en todos los casos estamos hablando de resultados negativos.

He de decir que esta escala de entre -100 y 100 es homologable con la de todos los estudios realizados en España y Europa. No están disponibles todavía los datos del último trimestre pero sirva como referencia el tercer trimestre en el que Galicia presentaba un -35,9, España un -26,1 y Europa un -17,4. Esta diferencia de que los gallegos presentan 10 puntos menos de confianza que los españoles y 20 puntos menos que los europeos es una constante que tendremos que validar para el total del año, y ver si se ha producido también una cierta mejoría en la confianza de los consumidores españoles y europeos.

Pero en cualquier caso a mí lo que me llama la atención no es el hecho de que los consumidores gallegos presenten una menor confianza en la situación económica futura del hogar y de la Comunidad Autónoma, su capacidad futura de ahorro y la evolución del número de parados (estos son los ítems sobre las que se pregunta en este indicador) con relación a la de los españoles y europeos (¡era visto!), ni que la encuesta refleje una cierta mejoría tanto con respecto al tercer trimestre del 2013 como comparativamente con el cuarto trimestre del 2014. Lo que me parece absolutamente sorprendente es que viendo los técnicos y responsables del IGE que la información se está trasladando a la opinión pública de forma incorrecta, no hayan hecho lo necesario para corregirla. Es que además de que los gallegos tengamos poca confianza en el futuro inmediato de nuestra economía, ¿tampoco podremos tenerla en nuestro Instituto de Estadística?

lunes, 10 de febrero de 2014

Mejor movilidad, mejor comercio, más vida

Gentes de trato
Sección: A dos Bandas, como "Mejor movilidad, más vida"

Hace poco publicaba en estas páginas un artículo titulado "La hora del comercio local" que tenía como argumento el trasvase de consumo de las grandes superficies a los comercios de barrios y centros de las ciudades. No se dispone todavía de datos globales del volumen de negocio que esto ha representado para 2013 pero sí tenemos dos tipos de variables constatables. Por un lado el incremento de solicitudes de aperturas de nuevos negocios y rehabilitación de los tradicionales (significativo el caso de Pescadería en A Coruña) y por otro la información cualitativa facilitada por diversos comerciantes y hosteleros que manifestaron "aguantar el tipo" mejor de lo previsto.

Este movimiento se localiza, en aquellas zonas en las que los comerciantes conjugan sus intereses en función de lo que consideran "una buena ubicación, una buena calle", con "puedo pagar el traspaso, el alquiler y el acondicionamiento del local" para poner el negocio en marcha. Y es en este punto en el que juega un papel muy relevante la movilidad de los compradores, su accesibilidad a los comercios sin que el acto de ir a comprar se convierta en tener que superar un infierno de tráfico, búsqueda de aparcamiento, carestía e inversión de más tiempo para llegar y salir de la zona que el necesario para comprar y consumir. Por eso es imprescindible afinar en los planes y ordenanzas de regulación de los aparcamientos en superficie, complementada con la disponibilidad de plazas en párkings subterráneos o disuasorios, así como la mejora de los transportes públicos, interurbanos y de cercanías.

No asistimos ya a los debates para limitar el tiempo o la propia posibilidad de aparcar en superficie en la mayoría de las ciudades gallegas. Existe un acuerdo generalizado entre administradores, vecinos y comerciantes, ya desde hace años. Faltan por resolver los casos de la ciudad vieja en A Coruña, el casco vello de Vigo y el barrio de A Magdalena de Ferrol. Pero ya están vigentes las correspondientes O.R.A.s en la mayoría de los ensanches y centros con fuerte actividad comercial, a falta de puntuales mejoras o ampliaciones en algún caso. Los datos son claros y demuestran que los metros de las calles se han convertido en un bien escaso y es necesaria su regulación, para que los problemas generados por el exceso de tráfico: circulación, aparcamiento, ruido, contaminación, no sean un obstáculo para que los ciudadanos vuelvan a los centros de las ciudades. Y con ellos los servicios, la hostelería, los comercios...una forma de vida sostenible, de calidad.

sábado, 8 de febrero de 2014

La marca Lugo despega


La marca Lugo despega
4 de enero de 2014

Lugo tiene buena reputación. Por eso ha sido seleccionada como uno de los 100 mejores destinos del mundo para viajar en 2014 por el portal Trivago.com. Es el resultado de la valoración realizada por los viajeros que tuvieron que calificar las tarifas hoteleras y la oferta turística de miles de lugares turísticos. Y Lugo es la única ciudad de Galicia que consiguió entrar en el top cien, junto a otras 6 ciudades españolas: Albarracín, Úbeda, Baeza, Lleida, Cangas de Onís y Jaca. Es reseñable el hecho de que entre los 100 mejores destinos, 26 tienen el reconocimiento de Patrimonio de la Humanidad.

La obtención de buena reputación en la red (reputación on line) tiene un valor extraordinario. Los gestores de las redes sociales indican que millones de usuarios suelen utilizar las diferentes plataformas para realizar críticas, reproches y manifestaciones de desagrado, al mismo tiempo que cuesta mucho obtener calificaciones positivas, halagos y comentarios favorables. Por eso, cuando un producto o un destino turístico cuenta con una aprobación tan alta como la obtenida por Lugo, merece la pena realizar un análisis en profundidad para tratar de mantener y mejorar en un futuro inmediato todo su potencial. Será tarea de los expertos lucenses.

Sin embargo cualquiera que conozca un poco la ciudad y su desarrollo en los últimos 15 ó 20 años podrá llegar a la misma aprobación que los visitantes de los últimos meses. Yo me atrevo a afirmar que hay un gran aprecio de la "marca Lugo" por parte de todos los agentes lucenses. Los hoteleros, hosteleros, comerciantes, técnicos municipales, empleados de los museos, centro de interpretación, guías turísticos, arqueólogos, periodistas, integrantes de asociaciones culturales, etc.., demuestran constantemente su involucración con el cuidado de la ciudad. Manteniendo precios moderados, ofertando una gastronomía excepcional, participando con el conjunto de los vecinos en la promoción de su historia (Arde Lucus) su artesanía, sus oficios, las materias primas de alta calidad. Todo esto, en conjunto, conforma una marca fácil de vender, potente, reconocible, diferente, que sabe donde están sus grandes valores y que abre ventanas al mundo -no sólo arqueológicas- para que el mundo la sitúe en lo más alto de sus clasificaciones.