domingo, 27 de diciembre de 2015

Porvenir

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 27 de diciembre de 2015

En pocos días celebraremos un nuevo ritual al tomar las doce uvas. Ese día la mayor parte de la gente pedirá algún deseo para el año 2016, para el porvenir, para que mejoren las cosas en el futuro. Yo, si ustedes me lo permiten, haré una lista larga, larga, larga, de deseos que, para que me dé tiempo a formularlos, voy enumerando desde ahora mismo. Que el porvenir nos depare un nuevo gobierno -cosa que no va a ser nada fácil sin nuevas elecciones en un par de meses- que tenga al frente de la cartera de Industria a un ministro que no se declare incompetente en materia de construcción naval, como sucede ahora con Soria. Que se acelere el comienzo de la construcción de las fragatas F110. Sí, me refiero a esos buques grises, militares, de guerra, que llevan misiles y otras armas, y que sirven, entre otras cosas, para mantener plenamente operativa a la Armada. Y de paso, un alto nivel de actividad en los astilleros ferrolanos. De su utilización hablaremos en otro momento, que no me puedo distraer con tanto deseo pendiente. El porvenir tiene que devolverle a Ferrol su ría sana, limpia, no contaminada. Una ría navegable todos los días del año, capaz de acoger lanchas de transporte, navegación de entrenamiento a futuros marinos, embarcaciones de pesca, buques de gran tonelaje que vienen a reparar, transportes marítimos que generen actividad en los puertos exterior e interior. Además de zonas de marisqueo y playas para el esparcimiento y el disfrute de los vecinos, sin sus mascotas, por lo visto. Los próximos tiempos tienen que venir cargados de buenas oportunidades para los más jóvenes y mejor preparados. Ferrol deberá frenar la sangría demográfica, dejar de expulsar a 800 o 900 vecinos al año de su padrón y volver a ser una ciudad de oportunidades para construir y desarrollar un proyecto de vida, el que cada uno elija. Un porvenir en el que sea factible crear el órgano de gestión para promocionar la candidatura del Ferrol de la Ilustración a Patrimonio Mundial; en el que todos los trámites burocráticos e informes técnicos que se realizaron para poder intervenir en los cascos históricos dejen de ser una pesadilla y Ferrol Vello y la Magdalena se puedan rehabilitar de una vez; en el que los arquitectos y urbanistas que ganen el concurso para arreglar la plaza de Armas estén inspirados por la razón y el conocimiento de lo propio y no hayan pasado veranos en prácticas en los estudios del arquitecto Calatrava; un porvenir que haga realidad los sueños que los ferrolanos escriben y cuelgan en los arbolitos de los deseos de la calle Real; y en el que la estatua del marqués de la Ensenada no asuste a los niños pequeños…

domingo, 20 de diciembre de 2015

Suspenso en transparencia, otra vez

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 20 de diciembre de 2015

Hace poco menos de un año les contaba en esta columna como Ferrol había obtenido un suspenso estrepitoso en transparencia. Los datos los publicaba la Universidad Rey Juan Carlos I en un informe sobre la aplicación de la Ley de Transparencia en municipios españoles de más de 50.000 habitantes. Ferrol se colocaba en el puesto 112 sobre un total de 144 municipios, con unas puntuaciones muy deficientes en los capítulos de información económica, presupuestaria y estadística, e información institucional, organizativa y de planificación; eran un poco mejores los resultados en información jurídica y acceso a la información, sin llegar al nivel de aprobado. Hace poco menos de un año, recordémoslo, en la plaza de Armas se sentaba un gobierno monocolor, conservador, liderado por el entonces alcalde Rey Varela. Yo titulaba el artículo “Transparencia, menuda escabechina”.

Les comento ahora los resultados auditados por Transparency Internacional. En su informe el concello ferrolano obtiene una puntuación de 93 sobre 110. Suspenso. Estrepitoso. Otra vez. Los datos son malos en información sobre la corporación municipal, en relaciones con los ciudadanos y la sociedad, en transparencia económica-financiera, en transparencia sobre contrataciones de servicios y en materia de urbanismo y obras públicas. Es decir, suspenso en todo. Ahora en el castillo de los pirulitos de la plaza de Armas se sienta un gobierno multicolor, de varios partidos, progresista y presidido por el alcalde Suárez. Y escribo este artículo pensando que, tal vez, en esta materia como en tantas otras, no hay remedio posible para nuestra deprimida ciudad.

Pero les diré que en cualquiera de los casos a mí no me preocupan tanto los suspensos, algo ya grave en sí mismo, como la actitud de todo el arco político ante la transparencia. Al parecer, las reformas y adaptaciones del nuevo Portal de Transparencia ferrolano obligaron a que su entrada en vigor se aplazase. Este hecho, las promesas, las reformas, las adaptaciones, los nuevos usos, las mejoras y demás excusas son lo verdaderamente preocupante. El ser transparente en la gestión pública no puede ser una declaración de intenciones, ni un capítulo programático, ni un mantra electoral. Es una obligación. Tiene que formar parte del ADN de cualquiera que quiera dedicarse a gestionar el dinero de todos. Por eso no son de recibo los resultados en Ferrol, gobierne quien gobierne. 

Esta misma semana las agencias internacionales se hacían eco de las declaraciones de la asesora del presidente Obama en esta materia: “el fácil acceso a los datos públicos es clave para la democracia”. No valen excusas.  


lunes, 14 de diciembre de 2015

Deseos

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 13 de diciembre de 2015

Los comerciantes de las manzanas con la numeración del 1 al 75 de la calle Real colocaron, en sus correspondientes maceteros, unos árboles de los deseos. Unos arbolitos simpáticos en los que cualquiera puede dejar su deseo escrito en una tarjeta que le darán en los comercios. O, si fuera el caso, lo puede escribir en un papel que tenga a mano, si le pilla en horario de comercio cerrado. El caso es colgar su deseo (en el buen sentido eso de colgar) y esperar a que se cumpla. Y ya está. Ferrol ya tiene, oficialmente, árbol de los deseos. Estamos en la división de honor de las ciudades “anhelantes” y nos podemos tutear con Roma y su Fontana de Trevi, con el Puente de Jaffa en Israel, la Casa de Julieta en Verona o con los mismísimos templos sintoístas de Japón. Y, por supuesto, muy por delante de aquellos sitios que tienen fuentes de deseos monotemáticos, como ese de que el que beba de los diferentes caños volverá a visitar este lugar; de estas las hay en Compostela, en San Andrés de Teixido y en muchas villas y ciudades de Galicia.

En la mayoría de los casos uno puede acercarse a las fuentes, los muros, los puentes o los templos y formular un deseo secreto, íntimo, privado, que además no se puede decir a riesgo de que no se cumpla. Son deseos como los que se piden cuando pasa una estrella fugaz o cuando se soplan las velas de la tarta de cumpleaños. Los deseos ferrolanos son todo lo contrario. Se trata de deseos confesables, transparentes, públicos. Deseos para compartir, reflexivos, que obligan a quienes los formulan a pensarlos y escribirlos. Son deseos herederos del más puro espíritu de la Ilustración, de temática universal. Por ejemplo sobre mascotas: “Quiero un caballo para mí solo”, “Quiero tener un perro”; o sobre los estudios: “Aprobar las mates”, “Aprobar la selectividad y entrar en Química”; deseos muy íntimos que se quieren compartir: “Quiero ser mamá”; deseos para todos: “Que nos toque la lotería” o “Que todos los niños del mundo tengan regalos”; incluso hay algún deseo de un ferrolano despistado, una pizca iluso: “Que se arreglen todas las calles de Ferrol”. 

Desear es aspirar con vehemencia al conocimiento, posesión o disfrute de algo. Yo me he fijado en estos arbolitos de la calle Real y no he visto nada que me recuerde a algo vehemente o impulsivo. He visto un buen puñado de tarjetas colgadas en sus ramas para compartir los deseos con cualquiera que quiera leerlos. Y he pensado que Ferrol es el mejor de los lugares para tener árboles, fuentes y puentes en los que poder escribir los deseos individuales y colectivos. Tal vez a base de escribirlos en muchas tarjetas los deseos se cumplan. Ojalá sea así. También el de que arreglen las calles.

domingo, 6 de diciembre de 2015

Respeto a las centollas

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 6 de diciembre de 2015

Ustedes ya sabrán que se celebró en Santiago la gala Michelin, esa en que unos sabios jurados gastrónomos entregan las estrellas y demás distinciones a los mejores restaurantes cada año. Los cocineros gallegos salieron muy bien parados obteniendo un total de 13 estrellas. En Ferrol, el restaurante O Camiño do Inglés obtuvo el reconocimiento de “Bib Gourmand”, enseña que se otorga a los establecimientos que cuentan con buena cocina a precios moderados. Se dice en la guía que en este restaurante se “encontrará una cocina de tinte tradicional e internacional, rica en productos de mercado y pensada para compartir”. Otros restaurantes de Ferrol y comarca aparecen citados como lugares que presentan una gran oferta culinaria y productos de primera calidad: Casa Pena, Casa Peizás, O Parrulo, Medulio y A Gabeira.

A la gala vinieron los cocineros top, los más “estrellados”, esos que marcan la tendencia sobre lo que está bien o no en el arte culinario. Todos ellos hablan maravillas de los productos gallegos. Martín Berasategui: “tenéis todo lo que todos quisiéramos tener alrededor de nuestra casa”; Quique Dacosta: “Sois uno de los referentes mundiales en lo tradicional”; Carme Ruscalleda: “He probado una empanada de congrio con la que se me caían las lágrimas”. Y así todos los demás. Incluido el genio transgresor  David Muñoz, para quien en Galicia tenemos una despensa brutal pero tratamos con demasiado respeto la materia prima. Muñoz apuesta por las combinaciones arriesgadas, por elevar el sabor a la máxima potencia, por tratar de forma radical incluso a una centolla. ¿Cómo? “Haciendo un dim sum de centolla, una versión del chilli crab en versión Galicia” ¿Han entendido ustedes algo? Yo, tampoco. Nos lo continúa explicando David Muñoz: “Cogemos una centolla gallega, la metemos viva en un wok, la tostamos con la llama. Y es una maravilla”. 

He de decirles que David Muñoz tiene tres estrellas Michelin y está considerado uno de los mejores cocineros del mundo, uno de esos creadores de experiencias y potenciador de emociones alrededor de un plato de comida. Particularmente creo que son muy de agradecer sus consejos y, obviamente, no seré yo quien tenga nada que objetar a quien le otorga semejantes distinciones. Sin embargo, me da a mí la impresión de que los ferrolanos valoramos más esa otra forma de hacer cocina menos transgresora. Un cocinero de la comarca, de esos que preparan las centollas que dejan boquiabiertos a propios y extraños, me contaba su secreto: “Se trata de coger una buena pieza, del país, cocerla con tiento y no desbaratarla mucho en la cocina”. O sea, es cosa de respeto a la centolla. Esto sí lo he entendido.

jueves, 3 de diciembre de 2015

Foro Voz: el comercio ante la Navidad

A finales de noviembre tuvo lugar el Foro Voz sobre las expectativas del comercio y los servicios en la próxima Navidad. Intervine junto al presidente de los hosteleros, de los comerciantes del centro y del gerente de Parque Ferrol, al lado de quien estoy sentado. Hubo poco público pero se generó un debate muy interesante. La moderadora, como siempre, fue María Meizoso, de Radio Voz.

domingo, 29 de noviembre de 2015

Santi Santos y Los Limones

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 29 de noviembre de 2015

La Sociedad Artística Ferrolana (SAF) le acaba de hacer entrega del premio musical Gregorio Baudot a Los Limones, grupo fundado en 1987 por Santi Santos y otros músicos ferrolanos de su pandilla de Montefaro. Santi Santos, al que ustedes identificarán como el cantante y alma máter del conjunto, se merece este premio como músico. Igualmente podría ser reconocida su faceta de escritor, porque Santi Santos ha escrito y arreglado ya más de cien canciones de esas que tienen calidad, de las que se sabe lo que quiere decir y además lo dice con su estilo, que cuentan historias, que son mucho más que estribillos pegadizos… “Vivo al lado del mar / en un pueblo donde /perder es lo normal / Los que pudieron escapar / juraron no volver jamás”. Canciones que han sido reconocidas, entre otros, por los grandes grupos del pop madrileño, a los que Santi Santos les acercó la influencia de su tierra, del mar, de su forma de ser. Les contó y les cantó como somos los ferrolanos a los hermanos Urquijo, o a Antonio Vega, y compartió escenario y estudio con ellos en multitud de ocasiones. Las alegrías, las penas, las crisis y el orgullo de ser de una tierra de altibajos, como ciclotímica, que recorre la historia a través de momentos de euforia y depresión casi a partes iguales… “La fábrica cerró / las máquinas pararon / se secó el sudor / La cabeza bien alta / cuando se tiene valor / para andar por la vida / como el mejor perdedor”.

A Santi Santos le gusta tocar en los bares. En el año 2012, con motivo de sus 25 años componiendo y actuando en todo tipo de escenarios, vino a recorrer Galicia en una gira de 25 conciertos titulada “Cientos de bares, cientos de canciones”. Me gusta tocar en los bares, decía en las ruedas de prensa previas, “porque allí es donde pasa todo. Son un espacio cultural de primer orden, del que sales sabiendo cómo está el mundo sin necesidad de ver el telediario”. Y continuaba hablando sin parar de música, de músicos, de los diferentes tipos de formaciones que podía utilizar, desde las más complejas hasta salir él solo con su guitarra, de la calidez que le aporta el sonido de una steel guitar o la fuerza y la presencia de la gaita gallega. Los periodistas no preguntaban, escuchaban, en aquellas sesiones que se alargaban porque se habían transformado en clases magistrales.

Asistí a varios conciertos de Los Limones y pude comprobar como el público sabía la letra de “Donde se acaba el mar” aunque muchos decían que esa canción se titulaba Ferrol. La cantaban con Santi Santos: “Sé que aquí nací / y aquí quiero quedarme / aquí está mi hogar / dónde se acaba el mar…”. Es ya un himno de Ferrol que supo salir y triunfar fuera de puertas. Como Los Limones.

miércoles, 25 de noviembre de 2015

La movilidad en Galicia, una ruina

Cuadrante de reflexión
Publicado en Economía Digital, edición Galicia, el 25 de noviembre de 2015

En unos pocos días en Galicia no habrá ningún tipo de bonificación o descuento en el precio de los peajes para camiones. El próximo 1 de diciembre las ayudas actuales dejan de tener efecto. Esta Comunidad Autónoma se convertirá en la única con autopistas de pago en la que no se ofrecerá ningún incentivo a los transportistas para que continúen usándolas en detrimento de las carreteras convencionales. Para este sistema de transporte, el primer arrastre desde las fábricas o los puertos hasta los almacenes reguladores o plataformas logísticas, el pago de los peajes se convierte, en la práctica, en la única opción, con el consiguiente incremento de coste en comparación a este tipo de servicio en otras zonas del país. En el caso de los productos primarios, especialmente los agropecuarios y resto de la alimentación, a este mayor coste se suma la necesidad de someter las cargas a varios arrastres. No es posible, en la inmensa mayoría de los casos, transportar camiones completos de una referencia (por ejemplo, leche) directamente al almacén de una gran superficie debido a su pequeño tamaño y menor rotación de los productos que, pongamos por caso, un hipermercado de la misma enseña de Madrid. Esto obliga a realizar más entregas de menos cantidad de producto, con las consiguientes descargas en almacenes intermedios. Más movimientos, más consumo de combustible, más peajes, más mano de obra, más contaminación… En definitiva, más coste en horas y en euros para transportar la misma mercancía y llevarla hasta los lineales de los puntos de venta.

Por otra parte, sufre también el correspondiente sobrecoste el servicio de segundo arrastre, la logística interna de las cadenas de distribución. La entrega de mercancías a puntos de venta más pequeños, como los supermercados y tiendas franquiciadas que tenemos en nuestra región, obliga al reparto en furgones prácticamente a diario cuando no varias veces al día en algunos puntos de venta. De nuevo, mayor esfuerzo en la distribución.

En tercer lugar, la utilización de las autopistas de peaje por un alto porcentaje de la población que se desplaza en el eje atlántico por razones profesionales está igualmente penalizada. Son miles los desplazamientos efectuados diariamente desde Ferrol a la frontera portuguesa, que hacen frente a un sobrecoste en comparación con los desplazamientos que se realizan en las comunidades vecinas del noroeste, por citar un ejemplo. Es mucho más barato moverse en Asturias o Castilla y León, con un sistema de autovías o autopistas exentas de peaje.

El panorama, a partir del 1 de diciembre, no puede ser peor. Los salarios en Galicia están un 20% por debajo de la media nacional. Los beneficios empresariales son también más bajos, como lo es el tamaño medio de las empresas. Es una comunidad con un asentamiento poblacional muy disperso, con más puntos de venta y de menor superficie que el promedio. La distribución (y la movilidad) en la región, aún con las ayudas actuales, es cara. Sin las ayudas, una ruina. Veremos si aumenta el tráfico, de camiones, furgones y turismos, en las carreteras secundarias, con las consecuencias negativas que eso trae consigo. En el Ministerio de Fomento algún experto en planificación y movilidad se preguntará por qué.

domingo, 22 de noviembre de 2015

Con dos palés

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 22 de noviembre de 2015

En la foto publicada por este periódico hace unos días se veía a unos músicos actuando al lado de unas terrazas en la calle Real. Unos músicos muy entregados cantando ante un público muy atento. La foto me gustó mucho y lo que más me impactó fue el escenario: dos palés. Dos palés que sujetaban la peana de una sombrilla, en los que estaban subidos los músicos, con sus instrumentos, sus pequeños altavoces, una botella de agua y una cerveza, que tampoco es cosa de deshidratarse. Un escenario perfecto, cercano, amable, que al mismo tiempo que alza a los artistas no lo hace tanto como para endiosarlos, como pasa con los escenarios tipo orquesta Panorama y otros así, más propios de verbenas. Este era un escenario ecológico, que se monta y desmonta en menos tiempo que se afina la guitarra. Barato, portátil, vintage.

La actuación forma parte de los actos de dinamización que organizaron los comerciantes del centro, como medida promocional ante la peatonalización integral de la calle Real. Antes era peatonal a medias, como por horas, y permitía el aparcamiento por las noches. Ahora no. Nada de coches, solo personas, que para eso es la espina dorsal del casco histórico, el eje de simetría de la Magdalena. Y, además, tenía que tomarse esta medida, dicen los expertos, que no es más que una de las contempladas dentro del plan MUS.
- ¿Cómo? ¿Qué en Ferrol hay que hacer un plan para jugar al mus? ¿Ya no vale aquello de tres a la mayor, paso a chica, no llevo pares y órdago al juego?
- No hombre no, no se trata del juego del mus en el que los ferrolanos somos catedráticos. Es el plan de Movilidad Urbana Sostenible, una cosa más fina, con un nombre más rimbombante, como de más calado.
- Ah, bueno, acabáramos.

Ese es el tema, la movilidad urbana sostenible que lleva implícita la devolución del centro de la ciudad a los peatones y trata de racionalizar y disminuir el uso de los coches, algo que hacemos “ineficazmente, desaprovechando su capacidad de transporte, favoreciendo la congestión, la contaminación, la accidentalidad y la ocupación de los espacios reservados a los ciudadanos” según nos dicen desde la Escuela de Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos de la UDC.

A día de hoy, después de darle vueltas a la foto, entiendo la utilización de los palés como escenario. Los palés fueron diseñados para mover cajas y mercancías. Son una herramienta para la movilidad. Igualmente son un elemento urbano, desarrollado en las industrias, centros comerciales y plataformas de distribución. Y son sostenibles, reciclables. Es decir, los palés son unas piezas MUS y además sustentan la música, el arte. ¡Qué lástima no haberlo pensado antes y usarlos como base del capuchoncito!

domingo, 15 de noviembre de 2015

La esencia de la Plaza de Armas

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 15 de noviembre de 2015

Allá por 1480, cuando los Reyes Católicos estaban armando España a golpe de Ordenanzas (en nuestro país somos muy dados a reinar o gobernar produciendo ordenanzas, decretos y leyes a tutiplén) se dictaminó en una de ellas que la Plaza Mayor de una ciudad tenía que tener suficiente espacio para celebrar el mercado y además debía acoger la Casa Consistorial del Ayuntamiento. Cinco siglos más tarde, en la pasada década de los cincuenta, en Ferrol se decidió que la Plaza de Armas, que ya acogía un mercado, fuese el lugar donde se instalase el edificio del Ayuntamiento. La Plaza de Armas se transformó en la Plaza Mayor de Ferrol. ¡Y de qué forma y manera! Se cambió la funcionalidad de la plaza y se dio el pistoletazo de salida para cometer en ella toda clase de disparates y tropelías, hasta llegar a nuestros días convertida en una plaza sin alma, una plaza a la que se le robó su esencia.

A la plaza de Armas le robaron muchos metros cuadrados cuando se le instaló el “castillo de los pirulitos”, como le llamaba Torrente Ballester o “ese edificio de color ladrillo y cemento con chirimbolos en el tejado”, que diría Luis Otaduy, el abogado-escritor ferrolano. A la plaza de Armas le arrancaron de cuajo la fuente del Obelisco de Churruca y la mandaron al exilio y, además, mutilada sin los caños para que dejara de ser fuente. Y le arrancaron del suelo los árboles que daban sombra y la hacían acogedora. A la plaza de Armas la despojaron de su condición de plaza confortable con los vecinos y la llenaron de los coches de los vecinos. La desproporcionaron, le quitaron la simetría con su gemela de Amboage y rompieron alguna de las alineaciones dentro de un conjunto en el que todo se había trazado de manera simétrica, lineal, perfecta. A la plaza de Armas la convirtieron en plaza Mayor pero le quitaron su esencia, eso que en la filosofía clásica se define como la propia e indisoluble identidad de las cosas. Ahora Ferrol tiene plaza Mayor, sí, ¡pero qué plaza Mayor!

La corporación actual tiene el propósito de arreglar la plaza y volver a hacerla un espacio singular dentro del casco histórico. Por eso acaba de convocar un concurso de ideas para su reforma, al parecer muy abierto, en el que se podrán presentar todo tipo de propuestas. Esto está bien. Los arquitectos, ingenieros, urbanistas, paisajistas, historiadores del arte, sociólogos y demás disciplinas interesadas podrán aportar sus soluciones técnicas. Su grado de acierto, creo yo, no debiera medirse con la innovación que sigue una moda, ni con la copia de un diseño que encajó en otra ciudad. Debiera primar el proyecto que respire Ferrol, su cultura, su arquitectura, su arte, su historia, su manera de ser. Su esencia.

 

domingo, 8 de noviembre de 2015

Crowdfunding

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 8 de noviembre de 2015

Si el tema de la financiación de la Semana Santa lo tuviera que arreglar Pablo Iglesias –el madrileño de Podemos, no el ferrolano fundador del PSOE- seguro que ponía en marcha una campaña de crowdfunding, en castellano: micromecenazgo. Por aquello de no lesionar los presupuestos públicos ni pedir dinero a los bancos. Pero se ve que a los alcaldes de las mareas de este rincón atlántico, respaldados y con integrantes de su partido político, no se les ocurrió, por el momento, semejante idea. Una idea que no es nueva ni original; en España tiene un ilustre precedente conocido como “marcarse un lola flores”, nacido cuando la cantante tuvo un despiste con Hacienda y nos pidió unas pesetillas a todos los españoles para ver si solucionábamos su deuda como buenos patriotas.

Pero qué quieren que les diga. A mí el despiste me lo está produciendo seguir tantas reuniones, comunicados y negociaciones en las tres ciudades, aunque la palma la lleva el conflicto local. El alcalde de A Coruña se despachó diciendo que iba a permitir que se celebraran las procesiones y la cabalgata de Reyes, sin emplear ni un minuto en el detalle de cómo se financiarían. El de Santiago manifestó que era “voluntad del gobierno actual no aplicar líneas de subvención a las cofradías”, entendiendo que para el reparto de los fondos públicos esto no es prioritario. En ambas ciudades se trata de una actividad menor, sin amplia tradición y prácticamente sin ningún impacto económico ni en la ciudad ni para sus presupuestos; por ejemplo, en el caso de Santiago la subvención “en especie” es el equivalente a 7.000 euros.

En Ferrol el escenario es otro bien distinto. Se trata de conjugar la laicidad defendida en el programa político de los actuales regidores con mantener una actividad declarada de Interés Turístico Internacional, de gran impacto económico para las arcas de muchos sectores y en un escenario de grave crisis económica en toda la comarca. Con esto de conjugar quiero decir gestionar intereses a priori contradictorios. Eso, guste mucho o poco, es acción política. 

En estas están. Que si los 70.000 euros tienen que salir de las tres administraciones (Xunta, Diputación y Concello); que no cuenta el pago a la TVG por las retransmisiones ni tampoco el coste de las revistas monográficas; que yo pago si tú pagas, aunque vaya en contra de mi programa; que si las procesiones no son liturgia religiosa, como tampoco lo es balanceo del botafumeiro en la catedral compostelana, y cosas así. Hasta que a alguien se le ocurra algo como hacer una derrama, pagar a escote o mejor, un crowdfunding. Eso sí, seguro que a cada vecino que aportase algún eurillo le enviarían una postal del capuchoncito. Para motivar, más que nada.

Crecerán las ventas y el empleo

Gentes de trato
Publicado en La Voz de Galicia, sección Economía, el 8 de noviembre de 2015

En Londres ha comenzado ya la campaña de Navidad. En otras muchas ciudades europeas, entre ellas las españolas, las grandes cadenas de distribución están realizando los últimos preparativos. El ritmo frenético en que vivimos y la necesidad de mantener en crecimiento el consumo interno hace que cada vez se alarguen más los períodos promocionales, hasta el punto de conformar un contínuum en el calendario comercial. Llegará un momento en que termine la celebración de difuntos (Halloween o, en Galicia, Samaín) y al día siguiente aparezcan los “papanoeles” de peluche trepando por los balcones. Especialmente los fabricantes de productos de gran consumo –no solo de alimentación- lo aplaudirían, sobre todo en momentos como los actuales en los que los márgenes comerciales se achicaron, los precios no repuntan y se necesitan unos incrementos de volumen en las ventas muy considerables para garantizar su sostenibilidad. 

En España las expectativas son, un año más, positivas. Se prevé crecimiento de la actividad económica en una campaña comercial navideña que, por primera vez, estará cruzada con una campaña electoral. Las elecciones generales del 20D son un elemento atípico en la agenda de diciembre, aunque muy probablemente el comportamiento de compra no se verá influido en absoluto. Como cabe esperar, el empleo crecerá en el sector servicios. Los empleadores tienen a su disposición los últimos datos acerca del incremento de la confianza del consumidor, situados de nuevo a niveles de 2009. El mercado publicitario presenta el tercer mejor valor de contratación de los últimos 15 años (Zenthinela). Las reservas de alojamiento turístico mantienen la tendencia positiva de los últimos meses. Y se espera récord de facturación en el sector de comercio electrónico, según el estudio Términis. El escenario es el adecuado para que se cumplan las previsiones de crecimiento de las empresas de trabajo temporal, los portales de empleo y la contratación directa por parte de las empresas. Una de estas grandes distribuidoras prevé incorporar en Galicia a 300 nuevos trabajadores, con el compromiso de que algunos continuarán en plantilla en 2016. Ojalá fuesen muchos.

martes, 3 de noviembre de 2015

Un centro comercial en cada barrio

Cuadrante de reflexión
Publicado en Economía Digital, edición Galicia, el 2 de noviembre de 2015

La construcción de nuevos centros comerciales sigue su curso; en Galicia, de forma invariable. Y lo hace en la misma dirección que en su día lo hicieron los hipermercados y supermercados hasta convertirnos en una de las comunidades españolas con más metros cuadrados de superficie comercial por habitante. Algo así como construir un minifundismo comercial: más puntos de venta, de menor tamaño que la media nacional y más dispersos.

Los datos de la Asociación Española de Centros Comerciales registran 38 centros comerciales en Galicia sobre el total español de 542. Es decir, tenemos en este momento el 7% de los centros cuando la población gallega es de poco más que el 5%...y bajando. Su ubicación no se distribuye de forma homogénea por la totalidad de la región, y ni siquiera obedece de forma directa (aunque sí bastante proporcional) al tamaño de la población. Sencillamente hay ciudades que han apostado por este modelo y los sucesivos regidores, fuesen del partido que fuesen, no tuvieron tiempo a analizarlo en profundidad. Mientras, en otras como Santiago y Pontevedra se apostó por un modelo de ciudad con más presencia del comercio tradicional y el cuidado de sus cascos históricos.

Los años 2013 y 2014 fueron años de pocas aperturas de centros comerciales. Es muy llamativo el dato de que en 2013 sólo se abrió uno en toda España, y tuvo lugar precisamente en Ferrol. Ahora el fenómeno se reactiva. Nuevos grupos inversores están entrando en la compra y gestión de grandes superficies, así como en la construcción de espacios nuevos. En Galicia se abrió recientemente el de Bandeira (Vigo), se abrirá en pocos días el centro comercial Abella en Lugo, se está comenzando el de Pizarro también en Vigo y se sigue negociando la construcción del que sería el más grande de España en Porto Cabral, igualmente en Vigo. Todo esto sin olvidar algunos proyectos de ocupación de nuevas superficies comerciales en terrenos militares desocupados que se están recuperando por las ciudades, zonas portuarias o estaciones de ferrocarril e intermodales que buscan financiación a través de la recalificación de sus terrenos para usos terciarios.

El modelo parece claramente perfilado y su ejecución se ha puesto nuevamente en marcha. Importa poco el análisis de los centros que han tenido que cerrar, la saturación en zonas concretas (que están perdiendo población), el impacto en el pequeño comercio, los consumos de combustibles que generan los desplazamientos, la contaminación, el tiempo invertido, los costes de distribución y logística, la construcción en sus cercanías de urbanizaciones que contribuyen al despoblamiento de los barrios tradicionales, etcétera. Dicho de otro modo, importa poco o nada saber si el modelo es sostenible o no. Importan más, en este momento, las inversiones, la recalificación de suelo, la reactivación de la construcción, los impuestos de bienes inmuebles y los consumos y servicios que generan, incluyendo el consumo de combustibles del transporte de mercancías y personas.

Esta mañana mi Facebook me sorprendió con un reportaje sobre centros comerciales abandonados en España. Algunos con sólo tres años de vida. La información está un poco desfasada y todavía no recoge el complejo Dolce Vita de A Coruña. Conviene echarle un poco de ciencia al asunto, pero no únicamente ciencia económica y con enfoque cortoplacista. El modo y calidad de vida de las personas, como compradores y consumidores que somos, también tendría que estar dentro del modelo de desarrollo comercial. Y no como un elemento secundario, sino central.

lunes, 2 de noviembre de 2015

Con decoro

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 1 de noviembre de 2015

¡Un momento! La cosa se ha puesto interesante y merece la pena parar a reflexionar sobre ella. Las redes sociales están que echan humo y en los mentideros ferrolanos no se debe estar hablando de otra cosa, así que pongámosle un poco de ciencia y razón a semejante asunto de alta política local. Me refiero, ya lo habrán adivinado, al trascendente problema de la vestimenta que van a utilizar los ediles ferrolanos en la visita oficial al Arsenal y a Capitanía General el próximo 4 de noviembre. ¡Manda truco! Ya se sabe que las normas de convivencia y buena vecindad –no escritas- exigen visitas mutuas cada vez que se produce un relevo en una corporación local o en la máxima autoridad de la Armada (antes era el almirante Capitán General y ahora es el almirante del Arsenal). En esta ocasión sucede que las dos autoridades son nuevas en sus cargos, el alcalde Suárez y el almirante Romero Caramelo. Y claro, toca visita del gobierno local a las instalaciones navales dieciochescas para su conocimiento y mejor confraternización.

Pues decía que la tensión está aumentando a medida que se acerca la fecha. ¿Por algún asunto concreto? ¡Qué va! No parece que preocupe ningún tema que contribuya a mejorar la situación actual. Ni la apertura de Capitanía a la sociedad civil, ni el derribo de la muralla (a ver alcalde, aproveche la ocasión para pasear por el perímetro interior y se dará cuenta de que con la sustitución de la muralla por una verja en ningún caso se podría ver el mar) ni la cesión de edificios fuera de uso como el cuartelillo o la antigua Intendencia (¡qué magnífico edificio!) ni nada de eso. El tema relevante es la vestimenta de sus señorías. Como lo oyen. Que si llevarán corbata o no los concejales; que en una ocasión al concejal Miramontes, que era del mismo partido que el actual alcalde Suárez, no lo dejaron entrar al Arsenal sin corbata; que al poner chaqueta, la camisa no debería ir por fuera del pantalón y ser demasiado larga; ni las faldas de las concejalas, por el contrario, ser demasiado cortas…y todos, ellos y ellas, debieran vestir con decoro. Y aquí se armó la marimorena. ¿Y qué es el decoro y cómo se mide? Aquello de la dignidad en el aspecto, el cuidado de la estética y la decencia en la apariencia, ¿cambia en el tiempo? ¿es igual para jóvenes y mayores? ¿y para políticos activistas o conservadores?

A finales de los 80 viví una situación similar dentro de la Armada, cuando se permitió que los alumnos y marineros salieran de permiso con ropa “de paisano”. Había que pasarles revista y solo dejar salir a los que vistieran con decoro. Se pueden imaginar los debates en las cámaras de oficiales. Hay cosas en las que, efectivamente, Ferrol ha cambiado poco.

lunes, 26 de octubre de 2015

El jardín mirador de San Francisco

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 25 de octubre de 2015

Se inauguraron los jardines de San Francisco. O algo así. Todavía está la obra sin rematar pero en esto no vamos a ser tiquismiquis. Pepe Varela ya dijo que las obras en Ferrol tienen vida propia, con lo que cabe esperar que se terminen o continúen según su parecer. En San Francisco no se sabe muy bien qué hacer con la pérgola acristalada. Tampoco está abierta la que da acceso a las escaleras para bajar a la cuesta de Mella. No están arreglados los bancos de piedra de Moeche, esas piedras nobles que pasaron de ser antesala del ayuntamiento en el paseo de las Delicias al exilio de estos jardines; les faltan los respaldos de forja, las pilastras no tienen copetes y a varios les sobran las pintadas. Los montículos ajardinados en forma de buceta presentan una floración escasa y en mal estado. Algo que no me extraña, si ya están siendo utilizados como pistas de entrenamiento para perros (a lo mejor son el sustituto de la playa que no autorizaron). Faltan retoques en diferentes trozos de bordillos y todavía están tapados lo que supongo serán los lucernarios que permitirán la entrada de luz hacia el futuro museo, centro de interpretación o lo que quiera que se haga en ese antiguo bunker antiaéreo. Y otros detalles varios, menudencias que apunté en mi cuaderno (el pasado domingo de feria) mientras miraba hacia la alameda del Carbón y trataba de entender por qué el espacio de la alameda era ocupado por coches y furgonetas mientras los puestos de los vendedores se instalaban en las carreteras. En esto también Ferrol es diferente.

La concejala-arquitecta del ramo nos aventura nuevas obras para el atrio de la iglesia de San Francisco. “Eso no es un aparcamiento”, dice con razón. Aunque tampoco debiera ser un almacén de materiales de construcción, algo a lo que parece condenado mientras las obras decidan no terminarse. En el otro extremo se están haciendo mejoras en los jardines de Herrera, los acogedores corredores de magnolias propiedad de la Armada que dan cobijo a Jorge Juan. Ahora al insigne marino le acompaña el óxido en el hierro forjado de los bancos, algunas latas de refresco, bastante suciedad y dejadez; algo impensable años atrás, cuando capitanía era la Capitanía General de la ZM del Cantábrico. 

La pieza del medio fue objeto de algunas mejoras. Se trata del jardín que acoge a otro monumento exiliado, el Obelisco de Churruca, en el que se observan restos de pintadas donde debían estar los cuatro caños surtidores de agua limpia y fresca.

Todo el conjunto, cuando se termine, volverá a ser un extraordinario mirador sobre la ría. Sin embargo, el colorido marqués de la Ensenada no la mira ni tampoco al Arsenal que, en su día, asombró al mundo.

domingo, 18 de octubre de 2015

Suicidio demográfico

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 18 de octubre de 2015

En el reciente congreso español de directivos y ejecutivos (CEDE), celebrado en A Coruña, el abogado Garrigues Walker me sorprendió citando en su ponencia, de modo reiterado, el concepto de suicidio demográfico. Vamos, que me dejó mal cuerpo, como se dice por ahí. Porque hasta hace pocos años este término, con la crudeza que implica, no se manejaba en los foros empresariales y directivos tal vez porque tampoco era frecuente escucharlo en los departamentos universitarios a los sociólogos, antropólogos, psicólogos sociales y, especialmente, demógrafos. Desde hace treinta años, más o menos, se acuñaron términos como crisis demográfica, en los años 80 y 90; posteriormente irrumpió el de catástrofe demográfica (e incluso quiebra demográfica), ya en la primera década del 2000; y ahora, por lo visto -y comprobado en la red, dónde si no- se está consolidando el de suicidio demográfico. Discutible, en cualquier caso, por la voluntariedad autodestructiva que implica el término, pero parece indudable que el concepto se afianza.

La clase política, en general, ha tenido durante este tiempo diferentes comportamientos ante este grave asunto. Desde la negación del problema en épocas de vacas gordas, a la indiferencia cuando los censos de población se arreglaban con un alto índice de inmigrantes. Recientemente están bajando de la nube fundamentalmente porque los indicadores económicos (más que los sociales) son dramáticos, reconocen la seriedad del problema y comienzan a tomar algunas medidas, aunque de momento no sean más que un conjunto de acciones un tanto deslavazadas y de escaso recorrido.

En pocos lugares de Europa este problema tiene la dimensión que alcanza en Ferrol y en el conjunto de Galicia. En la última remodelación del gabinete de la Xunta el presidente Feijóo nombró al exalcalde ferrolano Rey Varela conselleiro de Política Social. Entre otros negociados le pintó en su organigrama una flamante Dirección Xeral de Familia, Infancia e Dinamización demográfica. ¡Tela marinera! Seguro que algo parecido exclamó el conselleiro Rey recordando su etapa de alcalde en ese Ferrol que perdió un 30% de su población en las últimas décadas, pasando de cerca de cien mil habitantes a discutir con el INE si actualmente bajó de setenta mil o no. Ferrolano arriba o abajo el dato es incuestionable. La ciudad no ha sido capaz de mantener la expectativa de vida de la tercera parte de su población. Y continúa sin hacerlo expulsando cada año a 800 vecinos a los que no les ofrece un proyecto de futuro. No sé si el conselleiro Rey le llamará a esto suicidio, quiebra, crisis o catástrofe. El asunto es que acierte en las medidas que palíen y ayuden a solucionar este terrible problema.

sábado, 17 de octubre de 2015

Presidente temporal y a tiempo parcial

Cuadrante de reflexión
Publicado en Economía Digital, edición Galicia, el 16 de octubre de 2015

Se están agotando los calificativos para definir la situación del presidente Mas. Hoy podríamos decir que es un presidente imputado. Otros días se le califica como un líder catalanista, presidente soberanista o presidente independentista. Según el medio o el político que emita el mensaje, se dice de Mas que ha sido un presidente corrupto, el presidente de los recortes, el del desgobierno o el líder monotema. Por el contrario, hay quien lo define como imprescindible para continuar con el proceso independentista, como un líder irrenunciable en esta nueva etapa, como un presidente experimentado en las tareas de gobierno (y alumno aventajado de un buen maestro) que, por lo tanto, deberá encabezar el nuevo ejecutivo de la república catalana.

Decenas de calificativos sobre su persona y sobre su gestión. En cualquier caso todos ellos conocidos, repetidos, redundantes y, si me apuran, hasta predecibles y un tanto aburridos. Menos mal que, en éstas, irrumpió la CUP en las últimas elecciones catalanas y, con su 8% de votos y 10 de 135 diputados, se aupó al podio de los políticos animadores de estas semanas posteriores al tedio electoral.

Los líderes de la CUP tienen imaginación. Son creativos, atrevidos, innovadores. Yo les escucho con toda la atención de que soy capaz y tomo nota de cada lección magistral de este grupo antisistema que se presenta a unas elecciones organizadas por el sistema para participar en el poder legislativo (y veremos si en el ejecutivo) del sistema. Del sistema catalán, pero del sistema.

Ya tengo una lista interesante que comienza por la propuesta de una presidencia rotatoria, tal vez inspirada en el modelo Putin-Medvédev aunque ésta sea en dos cargos y por imperativo legal. Le siguió la idea de hacer una presidencia coral, entre cuatro o cinco líderes significados. Uno podría firmar los decretos, otro inaugurar las obras, otro hacer de portavoz, y así. Recientemente trataron de promover una presidencia simbólica, algo así como una regencia al estilo de un monarca en un régimen parlamentario. Probablemente la siguiente propuesta (estoy expectante) sea la de hacer una presidencia asamblearia, aunque bien podría nombrarse a un presidente-consejero, o un presidente-coordinador de un ejecutivo, o un presidente-embajador ante el resto de España y Europa.

Quedan unos intensos días de negociaciones. En ellos se decidirá el papel del nuevo presidente. Un nuevo rol con nuevas funciones para el mismo Artur Mas, o las mismas funciones presidenciales para un nuevo Artur Mas. En el fondo la idea subyacente de su comportamiento es la misma, la que le trajo hasta aquí: la de querer desempeñar con mayor éxito el papel de presidente-recaudador. Un presidente al estilo foral, no coral. 

Para eso repite constantemente que lo importante es el proceso en marcha y no la persona que lo lidere, con tal de que quien lo lidere sea él. No es, en esto, diferente a otros presidentes que se aferran a sus cargos, hagan lo que hagan en ellos. Mas no es gallego pero sigue el consejo del presidente Rajoy quien a su vez es un buen seguidor de C.J. Cela en aquello de “el que resiste gana”. Esperemos que gane la presidencia, aunque sea de modo temporal y a tiempo parcial. Y nada más.

domingo, 11 de octubre de 2015

Los políticos se aburren

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 11 de octubre de 2015

No es más que una sensación acerca de los políticos locales. Esos que se dedican de forma profesional a la política, los que dicen tener una clara vocación por el municipalismo, aquellos otros que únicamente manifiestan estar de paso prestando un servicio temporal a la ciudadanía o los que están sentados en el consistorio porque no les queda más remedio, porque sus compañeros de partido se lo pidieron por aclamación. En cualquiera de los casos, yo creo que se aburren. Que no encuentran el suficiente glamour en las cosas ferrolanas y por eso buscan otros alicientes de más alta consideración. Permítanme que haga un repaso.

El alcalde Suárez se declara activista y repite con frecuencia que no le gusta gestionar, que no está allí para eso. Lo suyo es remunicipalizar servicios para que “queden exentos de estar gestionados por empresas privadas” (sic). Se le ve más sonriente cuando está en otros foros buscando hacer “frentes comunes”, ya sea para presentarse a unas elecciones o para definir acciones de unidad popular de mayor rango al municipal. Al exalcalde Rey, recién nombrado Conselleiro de Política Social de la Xunta, se le notaba algo incómodo en los rifirrafes locales. Tal vez por eso había buscado refugio en la Federación Galega de Municipios y en tareas orgánicas de su partido. La actual teniente de alcalde Sestayo no acaba de entender por qué tiene que quedarse únicamente con un cargo público, concejal o parlamentaria en O Hórreo. Su presencia en los dos puestos es una “apuesta por defender mejor Ferrol”, dice, aunque ese áurea de alguien insustituible no case muy bien con lo que dice su partido. Y el concejal Rivas está en el discurso de la soberanía. No de la soberanía ferrolana, sino de Galicia, tal y como repetía el profesor Beiras, el referente de su formación, hace más de 25 años en la Praza da Quintana santiaguesa.

El caso es que todos buscan combatir el tedio de la gestión local con el trabajo por conseguir logros más relevantes. No encuentran suficientemente atractivas las tareas de dejar de contaminar la ría, cuidar y poner en valor el patrimonio, encontrar una playa en la que puedan corretear los perros, atinar con los usos que se quieran dar a la pajarera-invernadero-expositor cultural del Cantón y a la pérgola de los jardines de Herrera, limpiar y arreglar las calles para que los vecinos no tengan que preocuparse por sus tobillos o sus dientes, y pequeñeces de esta naturaleza.

Por eso yo echo de menos a un político municipalista como el doctor Lores, alcalde de Pontevedra, quien en un ataque de sinceridad dijo que le gustaban todas las ciudades de Galicia, “incluso” Ferrol. Él lleva años demostrando que no se aburre gestionando y mejorando su ciudad.





domingo, 4 de octubre de 2015

6-5-6-11...2021

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 4 de octubre de 2015

Han acertado. Se trata de los intervalos entre los años Xacobeos y el próximo será en 2021. Saben que se han de cumplir dos condiciones para que sea declarado un año santo compostelano: que el dia 25 de julio, patrón de Santiago, sea domingo y que la Iglesia Católica lo proclame como tal. Así sucedió recientemente en los años 1993, 1999, 2004, 2010 y esperemos que suceda en 2021. Mientras tanto comprobamos como año tras año el fenómeno Xacobeo va adquiriendo mayor dimensión nacional e internacional. Aumenta el número de peregrinos que hacen el camino (los caminos) y visitan Compostela, probablemente guiados por múltiples y variadas razones. Crece el número y calidad de estudios y publicaciones. Mejora la imagen de Santiago y Galicia en el exterior y hasta un electricista tímido y poco avispado roba el Códice Calixtino, primera "guía oficial" de la peregrinación, cometiendo un delito que no pasará a la historia precisamente por su glamour. Pero en fin, todo suma y la popularidad aumenta, aunque solo sea para ver de nuevo los tesoros guardados en el museo catedralicio.

Es destacable -y de justicia señalarlo- el esfuerzo de la administración autonómica por mejorar la cultura Xacobea, hasta el punto de que en todos los planes estratégicos de sus últimos gobiernos siempre figuró en lugar preferente. Los últimos meses estuvieron repletos de buenas noticias, fruto de la promoción realizada. El Camino de Santiago recibirá la acreditación de Embajador de la Marca España. Se concedieron cerca de 20 millones de euros para los trabajos de rehabilitación de la Catedral, a ejecutar desde ahora hasta el 2020. Recibieron el reconocimiento de Patrimonio Mundial los caminos del Norte y Primitivo, al tiempo que se aprobaron fondos para las Catedrales de Mondoñedo (y su casco histórico) Lugo y el Monasterio de Sobrado. Recientemente desde la Xunta se aprobó el Plan del Camino, que hará hincapié (nunca mejor dicho) en el acondicionamiento y promoción de todos los caminos a Compostela, no solo del Francés.

Al Camino Inglés, que tiene los puntos de partida en Ferrol y A Coruña, le toca su promoción ya mismo, en los años 2016 y 2017. Le ha llegado su momento después de décadas en las que se le dio la espalda, como se recordaba hace unos días en el Foro Voz. El consistorio ferrolano se suma a su promoción a través de la creación de una oficina de recepción de peregrinos y la próxima creación de un albergue en el muelle de Curuxeiras. Son noticias a celebrar, especialmente cuando se atisba que los partidos políticos de diferentes sensibilidades se ponen de acuerdo en cuidar, respetar y potenciar un hecho diferencial de esta magnitud. Ferrol tiene que recorrer también este Camino.

lunes, 28 de septiembre de 2015

Añada excepcional de los vinos gallegos

Cuadrante de reflexión
Publicado en Economía Digital, edición Galicia, el 28 de septiembre de 2015

Quedan ya muy pocas fincas sin vendimiar. Las páginas de todas las denominaciones de origen de Galicia están informando en tiempo real del estado de la vendimia en cada una de las zonas y subzonas con un resultado unánime. Estamos ante una “cosecha excelente”, la vendimia 2015 se puede calificar como “fantástica e histórica” en todas las comarcas y de todas las variedades se ha recogido un “fruto extraordinario, de uvas sanas y equilibradas”, y calificativos similares. Los entrecomillados corresponden a comentarios efectuados por los presidentes de las DO, enólogos y algún que otro director técnico de bodegas de prestigio. 

Las características naturales de las tierras y la meteorología, unidas a la calidad de las cepas y la uva, son ahora alabadas en los foros nacionales e internacionales. Algo que no sucedía en los años 80 y 90, en los que algunos bodegueros de renombre publicaban sus manuales sobre los Vinos y las Viñas en España y no hacían mención a ninguno de nuestros vinos, ni a las variedades de uvas, ni siquiera a la importancia histórica que tuvo el cultivo de la vid en el noroeste a lo largo de los siglos. Actualmente, y gracias al esfuerzo realizado en las últimas décadas, disponemos de un gran caudal de información sobre las características de cada una de las zonas productoras y su procedencia. Sabemos de la importancia que tuvieron las órdenes del Císter en la recuperación de las vides del Ribeiro y de la Ribeira Sacra, así como los monjes de Cluny del Monasterio de Armenteira en la implantación de la uva albariña. Se están desarrollando estudios en colaboración con las Universidades acerca de los valores de la uva mencía, las tipologías de los diferentes suelos y sus aportes minerales, el tratamiento de las plagas, la mejora del rendimiento de cada cepa o el grado de humedad que aportan los ríos y la cercanía a la fachada atlántica en cada uno de los vinos. El papel estrella le corresponde al Miño, el río que le imprime carácter a la Ribeira Sacra (ayudado por el Cabe, Bibei y Sil); después recorre la comarca del Ribeiro junto al Avia y el Arnoia y, finalmente, delimita la “raia con Portugal” en el límite sur de O Rosal, subzona de la DO Rías Baixas.

Todos los grupos de interés en el sector han estado muy activos en esta fiesta de la vendimia. En las páginas, blogs, revistas y redes sociales, se pudo comprobar la expectación que generó. Periodistas especializados, enólogos, profesionales de los Centros de Interpretación, técnicos de las distintas denominaciones de origen y profesores de las escuelas de hostelería, se sumaron a la fiesta. Es lo suyo, por otra parte. Pero este año, especialmente, ha participado muy activamente un nuevo jugador, un nuevo colectivo del máximo interés: el enoturista. A falta de conocer los números finales, ya sabemos que fueron un éxito todas las iniciativas dispuestas para que el público interesado, local o visitante, pudiese participar en la visita a las viñas, conocer de primera mano el trabajo de la vendimia, la tecnología empleada en algunos casos o la no empleada en el caso especial de la viticultura heroica de la Ribeira Sacra (trabajo manual en laderas de pendientes de hasta un 70%), las diferentes tareas que se realizan en las bodegas, las características de los vinos enseñadas en catas por personal especialista y, finalmente, la posibilidad de comprar los vinos y productos autóctonos en las tiendas de las bodegas a unos precios ajustados. Dicho de modo un poco más técnico, el conjunto de actividades encuadradas en el marketing experiencial  alrededor de la cultura del vino y todo el proceso que va desde la viña hasta su degustación.

Esta forma de incrementar el conocimiento del sector por parte de cualquier ciudadano (cliente-consumidor) supone una buena práctica que se está desarrollando eficazmente en Galicia. Es verdad que con cierto retraso en relación a otras zonas de España y Europa, aunque lo relevante es que su aceptación es alta y se puede consolidar como un elemento dinamizador en el calendario vitivinícola. Además, otras muchas iniciativas comienzan a dar resultado. Cada vez se ven en la red más portales de alimentación que cuentan con buena oferta de vinos gallegos. También los portales de exportación, otras páginas puestas en marcha por las administraciones públicas, los Consejos reguladores, algunas cooperativas de alimentación, Distribuidoras y cadenas especializadas. El censo de operadores que se han sumado a la tarea de comercializar los vinos gallegos es enorme, aunque tal vez se eche de menos la creación de un gran Portal del Vino que pueda jugar un papel relevante en los mercados nacional e internacional.

Esta vendimia histórica y su añada excepcional pueden ser el revulsivo que necesita el sector. Su parte más endeble, la comercialización, tiene el terreno abonado para el próximo año. Veremos si los vinos gallegos dan el salto definitivo en cuanto a disponibilidad y posicionamiento en los puntos de venta de todos los mercados. Veremos también si los responsables públicos y políticos gallegos cuando realicen un acto oficial e inviten a los asistentes a una copa de vino español, incluyen a los mencías, godellos, albariños y ribeiros, de Valdeorras, Monterrei, Rías Baixas, Ribeiro y la Ribeira Sacra. Solo tienen que acordarse de que también son vinos españoles. El resto del trabajo ya lo harán los propios caldos.

domingo, 27 de septiembre de 2015

Excluida de la selección

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 27de septiembre de 2015

Escribo este artículo desde uno de esos hoteles de referencia en Galicia que se asoma a la ría de Pontevedra. Un hotel vende servicio, calidad, buen trato, gastronomía y una experiencia agradable. O al menos ese es su propósito. Pero además, un hotel trata de ser prescriptor de otros hoteles de su cadena situados en otras ciudades de las que suele ofrecer información detallada. Y a eso voy. El caso es que entre las publicaciones que tienen disponibles para consulta de todos los usuarios, me encontré con una muy interesante llamada Galicia Selecta 2015. Se trata de un Anuario Turístico editado por Anuarios España Selecta, con una tirada de 285.000 ejemplares y que, nos indica su director, se trata del anuario turístico de referencia, el más querido, el más esperado. A pesar de ser una publicación no oficial de la Xunta de Galicia, la bienvenida la da el presidente Núñez Feijóo, citando el Camino de Santiago, la gastronomía gallega, y su naturaleza. La segunda bienvenida corre a cargo de Nava Castro, Directora de Turismo, quien igualmente cita al Camino de Santiago además de la enogastronomía y el termalismo. Ustedes ya sospecharán, y están en lo cierto, que entre las 175 páginas de que consta la publicación se encuentra mucha publicidad institucional. Anuncios de Ternera Gallega, de Galicia Calidade, de Artesanía de Galicia y, por supuesto, la comunicación oficial de Galicia, el buen camino.

¿Qué por qué les cuento todos estos detalles? Ahora les indico el contenido de Galicia Selecta. La publicación, muy bien documentada y acompañada de imágenes de alta calidad, consta de capítulos individuales sobre 6 de las 7 ciudades más importantes de nuestra comunidad, más un capítulo sobre Galicia y otro sobre la oferta hotelera. Ya se imaginan, a estas alturas, la ciudad que no entra en la selección: Ferrol. Sorprendido por este olvido (es un decir) supuse que se mencionaría nuestra ciudad en el capítulo de Galicia. Allí se cita a Baiona, el castro de Baroña, Allariz, el castillo de Monterrei, la playa de las Catedrales, el puerto de Bueu, A Lanzada y otros rincones emblemáticos. ¡Qué raro! Tal vez aparezca algo en el capítulo de A Coruña. Pues tampoco, ni una línea sobre Ferrol, Eume y Ortegal. Ni una fotografía de las playas, nada sobre el turismo industrial, ni sobre el Ferrol de la Ilustración, ni el Modernismo, ni sobre nada de nada. Ya lo ven. 285.000 ejemplares de una publicación (en parte financiada con publicidad institucional) que a lo largo de todo el año habrá sido leída por miles de personas. Una selección de Galicia en la que –una vez más y ya son demasiadas- dejan fuera este rincón que tanto dicen querer y que merece mayor consideración. Por méritos propios.

lunes, 21 de septiembre de 2015

El peculiar gobierno de Emafesa

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 20 de septiembre de 2015

Si no fuese porque el asunto viene ya de lejos podríamos pensar que últimamente le han echado el mal de ojo a la gestión del agua en Ferrol. Cuando no hay un problema con el agua potable lo hay con las aguas residuales. O aparecen trihalometanos en las casas o se vierten aguas no depuradas al mar, tanto dentro de la ría como las que se desvían a la EDAR. Una depuradora que, por lo visto, no depura y, además no está en condiciones de hacerlo sin un nuevo gasto de varios cientos de miles de euros. En fin, un escenario modélico que despierta el interés por parte de algunos alcaldes de mancomunar su gestión, que es algo así como mancomunar un gran despropósito.

Digo que el asunto viene de lejos. Prácticamente desde el arranque de Emafesa, la empresa mixta (público-privada) que se tiene que encargar de la gestión del agua de acuerdo a la encomienda firmada en 1999 que regula su funcionamiento. Recordemos que el alcalde era Juan Blanco, y que sus titulares eran el Ayuntamiento con un 51% y el socio privado Urbaser el 49%. El Consejo de Administración estaba (y está) compuesto por 4 miembros del Ayuntamiento -3 consejeros más el alcalde, que ocupa el cargo de presidente- y otros 3 consejeros de la empresa privada. Hasta aquí todo razonable. La mayoría la ostenta el Ayuntamiento y el presidente de la sociedad es el alcalde; y la minoría en acciones y, por tanto, en consejeros, está en manos de Urbaser.

La mala fortuna (¿irresponsabilidad o mal de ojo?) aparece de repente en esta legislatura cuando se detectan problemas serios en la gestión de Emafesa. Es el momento en que la mayoría del capital social quiere cambiar al gerente y se encuentra con que se habían modificado los estatutos para obligar a tener una “mayoría cualificada” de 5 votos en el consejo. ¡Qué gran aberración estatutaria en una Sociedad Anónima! La consecuencia es que nadie puede alcanzar esa mayoría. Manda lo mismo el que tiene menos del 50% que el que tiene más del 50%. Así las cosas, las dos partes llegaron al acuerdo de que la minoría del capital (Urbaser) nombra a un gerente y la mayoría del capital (Ayuntamiento) nombra a otro gerente. ¡Una dirección colegiada en una sociedad anónima! El resultado es previsible: la parálisis en la toma de decisiones.

En los medios de comunicación se pudo leer: “...el peculiar sistema de representación en el Consejo de Administración permitió a Urbaser bloquear el cese del gerente, pese a que posee solo el 49% del capital social”. Efectivamente es peculiar. Una chapuza más a añadir al perenne e irresoluble conflicto entre lo público y lo privado que se da en esta ciudad. Sin embargo en los recibos del agua no se aprecian descuentos por su mala gestión.

lunes, 14 de septiembre de 2015

Que sí, que sí, que somos inteligentes

Cuadrante de reflexión
Publicado en Economía Digital, edición Galicia, el 14 de septiembre de 2015

Parece que a los españoles eso de mostrar permanentemente un comportamiento inteligente nos queda fuera de nuestro alcance. O eso creen, a juzgar por los resultados de algunos sondeos de opinión, la mayoría de los ciudadanos europeos. Nos ven como unos tipos que gritan mucho, se acuestan tarde (y al día siguiente duermen la siesta), pasean por las calles figuras religiosas, les gusta jugarse la vida delante de los toros y comen paella. Más o menos. A los ciudadanos corrientes. No digamos nada ya de los que se dedican profesionalmente a la política.

Es indudable que el concepto de inteligencia ha sufrido una gran transformación en las últimas décadas. De los análisis y definiciones piagetianas se pasó a la asimilación de la terminología derivada de la inteligencia artificial, primero, y a la moda de la inteligencia emocional, después. El ser humano no sólo tiene capacidad adaptativa, sino que es capaz de reproducir modelos de procesamiento de la información en máquinas y, además, sabe manejar socialmente sus emociones. Todo esto es lo que queremos demostrar, y tal vez, una de sus consecuencias inmediatas es la de atribuir la cualidad de ser inteligente a las cosas que nos rodean por el mero hecho de hacernos la vida un poco más fácil. 

En España, últimamente, hemos cruzado las dos variables. A todo le atribuimos la cualidad humana de la inteligencia y, además, lo decimos en inglés para demostrarle al mundo que sí, que somos tan inteligentes como el resto de los europeos y el resto de los mortales. Desarrollamos proyectos de smart cities, de smart ports, de smart commerce. Adoptamos, por supuesto, la terminología sajona de origen en el nombre de los coches smart, o del smartphone. Y no tardaremos mucho en universalizar los términos para lo más made in Spain: smart corrupción, smart habitaciones ilegales, smart rotondas, smart botellón o smart fraude fiscal.

Estamos en ello. Y mientras tanto ya hemos acogido fervorosamente el último avance de este verano: el bikini smart. Un bikini inteligente que ayuda a prevenir quemaduras, gracias a un sensor que controla el nivel de radiación ultravioleta y la transmite a un smartphone, como no. Y todo por el módico precio de 164 euros. 

Así que ya lo ven, socios de la desunión europea. Somos smart, hacemos negocios smart y nos rodeamos de objetos smart y ropas smart que nos avisan cuando nos achicharramos al sol. Eso lo dejamos para quienes vienen a España buscando el turismo de sol y playa, a tomar una paella en el chiringuito y a hacerse un selfie delante de los toros.

domingo, 13 de septiembre de 2015

En inglés queda más fino

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 13 de septiembre de 2015

Si tiene un nombre inglés parece más moderno, más tecnológico, más avanzado, y además tiene total garantía de éxito, de que la cosa va a funcionar. Bueno, todo menos el Summer Market de Ferrol Vello, que resultó un fiasco de no-mercado del que todavía no sabemos las consecuencias. A una jornada comercial festiva se le llama la Fashion Night.  A la aplicación de nuevas tecnologías a la ciudad, proyecto Smart City. La manifestación reivindicativa-pictórica de las Meninas de Canido fue definida como un happening artístico. La implantación de Internet en el comercio minorista, smart commerce. Y así hasta el infinito. Nos tropezamos con celebraciones de outlet summer, con gentes que nos dicen que van de shopping, o a tomar el brunch.

La cosa es preocupante. Por ridícula y absurda. E innecesaria para cualquier gallego o castellano hablante, idiomas capaces de ofrecernos el término adecuado para nombrar estas actividades. Es preocupante para todos menos para los ferrolanos, acostumbrados como estamos a lidiar con avalanchas de influencias inglesas. Este fenómeno lo describe magistralmente Guillermo Ferrández en su libro “Ferrol: la llave inglesa”, una de esas piezas que, junto a “El ferrolano, un estudio del habla local”, deberían ser textos de lectura obligatoria. Ferrández nos detalla la influencia inglesa en tres períodos históricos de gran relevancia para el desarrollo de la ciudad. El primero, consecuencia del viaje de Jorge Juan a Inglaterra, en 1749, bajo la apariencia de un vendedor de libros, quien fue a observar de primera mano las técnicas de construcción naval inglesas. Vamos, que fue a espiar. Pero, además, se encargó de contratar a constructores, carpinteros, herreros, maestros de jarcia y de otros oficios, para que se instalaran con sus familias en Ferrol y trabajasen en sus astilleros. La segunda oleada fue la llegada de maquinistas e ingenieros, ya en el siglo XIX, necesarios para la construcción de los primeros barcos a vapor. Las máquinas eran inglesas, y los libros técnicos, los planos y otros documentos. Y la tercera, a principios del siglo XX, con la creación de la Sociedad Española de Construcción Naval. Los ingleses aportaron un 40% del capital y los equipos de dirección de la empresa, conocida como la Constructora.

Se creó el cine New England, el teatro Dramatic Recital, el club de fútbol British Community Victory Club, del que derivaría el Racing de Ferrol, los movimientos Scout y el London Institute. Ni que decir tiene que era muy frecuente utilizar palabras inglesas para describir nuevas costumbres y hábitos sociales. Palabras que, con el tiempo, fueron adaptadas al habla ferrolana. Como tomar unos guarisnais.

domingo, 6 de septiembre de 2015

Al centro histórico, por favor

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 6 de septiembre de 2015

Hace unos días en una charla de café un amigo (gallego pero no ferrolano) decía que venía muy poco a Ferrol, sólo cuando era imprescindible por algún motivo laboral y que siempre, siempre, se perdía por el centro.
-En Ferrol es muy difícil circular y es imposible orientarse.
Probablemente algo de razón no le falte. En la mayoría de las ciudades grandes de nuestro entorno son fácilmente reconocibles sus diferentes barrios. Y, por supuesto, la diferenciación es notoria entre sus zonas nuevas y sus centros históricos, algo que no sucede en Ferrol. Para cualquier visitante o turista es muy sencillo situarse en los centros históricos de ciudades como Santiago, Lugo, Pontevedra y Ourense. Están igualmente bien delimitadas la Ciudad Vieja de A Coruña (no tanto el barrio histórico de la Pescadería) y el Casco Vello y O Berbés en Vigo. Pero ¿qué sucede cuando alguien que no conoce la ciudad quiere visitar el casco histórico ferrolano? Ante la pregunta: ¿el centro histórico, por favor?, la casuística de las respuestas puede ser enorme, según el estado de ánimo del ferrolano que conteste, quiera mucho a esta ciudad o practique el extendido hábito de ponerla de vuelta y media.
-Pues mire usted, en Ferrol no tenemos nada histórico. Lo que tenemos es todo viejo, todo roto y todo en ruinas. ¿Lo quiere ver igual?

Algún enamorado de la tierra con el nivel de optimismo subido de tono le podría decir:
-A ver, oiga usted, en Ferrol no tenemos un casco histórico, tenemos tres, para que usted elija: Ferrol Vello, A Magdalena y Esteiro. Eso sí, los tres están un poco descuidados, pero atesoran mucha historia. ¿A cual quiere ir?

Y siempre quedará el nachiño pragmático, directo, cargado de razón.
-Dígame exactamente lo que quiere hacer y yo le indicaré, para que no pierda el tiempo vagando por ahí. Tal vez querrá usted ir de compras, o a comer algo, a ver el ayuntamiento, o a reservar una habitación de hotel. ¿Qué le apetece?

Y así obtendría, nuestro apreciado visitante, una respuesta tras otra y tantas como ferrolanos se pudiera encontrar. Porque el caso es que, si no pregunta, ¿cómo reconoce el casco histórico? En el barrio de A Magdalena, núcleo de la Ilustración, no existe uniformidad en la pavimentación de las calles dieciochescas, sino que se puede encontrar un collage de losas, adoquines, asfalto, hormigón de varios tipos, y todo instalado de diferentes formas. Hay calles peatonalizadas y otras abiertas al tráfico. La señalización es escasa, mala, tirando a imposible. Vamos, que tal vez lo mejor sea preguntar, pero a los profesionales de turismo, o conectarse a internet. A ver si, con suerte, consigue encontrar el casco histórico...y luego nos lo cuenta.


miércoles, 2 de septiembre de 2015

Sargadelos, más que una marca

Cuadrante de reflexión
Publicado en Economía Digital, edición Galicia, el 2 de septiembre de 2015

A la hora de definir los patrones básicos que deben guiarnos en la correcta gestión de una marca nos encontramos infinidad de corrientes de pensamiento, de escuelas diferentes. Es algo lógico, al tratarse de una actividad social, de una parte pequeña del amplio mundo del marketing. Sin embargo, soy de los que cree que la gestión de marcas merecería más atención de la recibida, por su impacto comercial tanto cuando crecen en valor como, en casos de “caída en desgracia”, por las consecuencias que pueden llevar a arrastrar a las empresas que las sustentan. La literatura comercial recoge mucha información al respecto.

Probablemente entre los profesionales del marketing, o mejor, del comercio, podría encontrarse un denominador común: a todos les gustaría trabajar con una marca que tuviera una larga historia, fuese reconocible dentro y fuera del sector en el que opera y representase a productos de alta calidad. Todas estas características, y algunas más, son inherentes a la marca Sargadelos.

Su historia arranca en el siglo de las Luces cuando el comerciante asturiano Antonio Raimundo Ibáñez se instala en Ribadeo y crea la Real Compañía Marítima. Tomando como base de su negocio el comercio, puso en marcha primero una fundición de hierro y posteriormente la empresa de cerámica predecesora de la que hoy continúa funcionando en Cervo (Lugo). Su larguísima trayectoria está cuajada de una amplia nómina de artistas y diseñadores, incluidos ingenieros ilustrados ingleses, que dejaron su impronta; entre todos ellos han destacado las figuras de Luis Seoane e Isaac Díaz Pardo. Talleres de innovación, escuelas internacionales, intercambios de experiencias con otras fábricas de todo el mundo, la incorporación ya en época reciente de Cerámicas do Castro, la implantación de una potente red de tiendas y la creación de múltiples actividades culturales afines, como la editorial, han configurado el carácter de la marca Sargadelos. A todo esto, se une el gran valor patrimonial de la propia fábrica, inspirada en la Bauhaus alemana, y ahora reconocida como Bien de Interés Cultural y propuesta por la Academia de Bellas Artes para ser incluida en el inventario de patrimonio industrial gallego.

Hace ya muchos años que el producto Sargadelos está etiquetado en la mente de los clientes como un producto duradero, de alta calidad y con diseño propio.  Las vajillas, figuras, joyas y otras manifestaciones artísticas, poseen la singularidad de aquellos objetos que son fácilmente reconocibles y valorados por amplísimas capas de consumidores, y no sólo gallegos o españoles. Afortunadamente este reconocimiento también le acaba de llegar por parte de la firma WallPaperStore, lo que supondrá la visibilidad de los productos Sargadelos en muchos aeropuertos internacionales y tiendas de diseño. Una buena noticia, sin duda, en medio del mar de turbulencias en que navega la empresa en los últimos tiempos, con problemas societarios, de reclamaciones entre herederos propietarios, un expediente de regulación de empleo y la entrada en concurso de acreedores.

Los números rojos publicados recientemente no parecen ser alarmantes. La capacidad de la empresa para superar sus dificultades parece más que acreditada. Con la liquidación de las sociedades vinculadas que no formaban parte de su negocio principal y los planes puestos en práctica para salir del concurso de acreedores, Sargadelos debe volver a la senda de la rentabilidad y la sostenibilidad de la empresa, del negocio, de la marca.

Desconozco si se ha realizado algún estudio que cuantifique el valor de la marca Sargadelos. Pero sí puedo afirmar que, comercialmente, estamos ante una de esas marcas que aportan una cuota de valor muy importante al patrimonio empresarial, industrial, artístico, cultural e identitario de la Galicia actual. Tiene ya siglos de historia. Ojalá tenga siglos de futuro.


domingo, 30 de agosto de 2015

Ruta de los Castillos

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 30 de agosto de 2015

En Galicia, que yo sepa, no se ha formalizado todavía una ruta de los castillos. Probablemente porque todavía se mantenga la creencia de que hay pocos que queden en pie, que merezcan ser visitados o que tengan cierto interés arquitectónico, histórico y cultural. Sí se han implantado ya, oficialmente, otras rutas que tratan de poner en valor nuestro patrimonio, como la ruta de los faros, la ruta de la camelia, la ruta de las conservas. También, a un nivel más local, funcionan ya desde hace años la ruta de las bodegas de las Rias Baixas, la ruta del románico en la Ribeira Sacra, o la ferrolana Ruta de la Construcción Naval. Y seguro que otras se crearán, a medida que se vaya potenciando un tipo de turismo más especializado con interés en materias diferentes. Bien podría hacerse una ruta por los cementerios históricos, la ruta de los museos navales, una ruta castrexa, la ruta de los mercados de abastos de valor singular, y muchas otras. Entre ellas, la ruta de los castillos.

La ruta de los castillos, torres, baterías y fortalezas de Galicia estaría, sin duda alguna, muy bien conformada, y Ferrol constituiría un extraordinario punto de referencia con sus baterías costeras y los castillos de La Palma y San Felipe, así como los restos del castillo de San Martín. Muy cerca podrían visitarse los castillos de Moeche, de Vimianzo y las torres de Andrade. En A Coruña están en perfecto estado los de Santa Cruz y San Antón, siendo este último la sede del museo arqueológico provincial en el que están depositadas importantes piezas encontradas en el monasterio de Santa Catalina de Montefaro. Ya por otras zonas de Galicia merecen una detallada visita los castillos de Pambre, Friol (actualmente musealizado) y Castro Caldelas, así como la impresionante fortaleza de Monterrei, en este momento en plena transformación en parador de turismo. Y otros que ahora se me escapan, pero que a buen seguro complementarían de forma notable la ruta.

Pero permítanme que vuelva atrás y me detenga unos segundos en el Castillo de San Felipe, una defensa costera de incalculable valor que se está desmoronando y convirtiendo ya en un peligro para sus visitantes. Sobre él, un equipo de investigadores dirigidos por el profesor Rodríguez-Villasante han realizado la investigación: “El Castillo de San Felipe en Ferrol. Informe Histórico Patrimonial”, el cual forma parte de la serie de estudios acerca del Patrimonio Histórico del Ferrol de la Ilustración. El informe es magnífico, aunque yo deduzco que sus páginas han sido poco frecuentadas por los responsables de Cultura de las distintas Administraciones. Si lo fuesen, seguramente se sentirían en la obligación de hacer todo lo posible para mejorar su actual estado.

martes, 25 de agosto de 2015

No fueron a San Andrés de Teixido


José Picado Carballeira, 19 de agosto de 2015

Hace pocos días se celebró en Cedeira, en el restaurante El Badulaque, una comida en la cumbre. Una de esas reuniones veraniegas, informales, descorbatadas, en la que se concentró una buena parte de poder político, económico y mediático. El periodista cedeirés Bieito Rubido, una de las firmas destacadas de la prensa conservadora española, invitó (supongo) a unas viandas de la mar al presidente Rajoy, al presidente Feijóo y al presidente Florentino Pérez. Una mesa poderosa donde las haya, en la que confluyeron los líderes del PP y los gobiernos gallego y español, junto al presidente de ACS y Real Madrid, en un día soleado de esos que Rajoy utilizó para “estar con los gallegos” (sic). No hubo rueda de prensa posterior, no se atendió a ninguna pregunta, no hubo comunicados oficiales y los periodistas de la cabecera que dirige Rubido manifestaron que no sabían nada de nada de lo que en el reservado del Badulaque se iba a hablar.

¿Cómo? ¿Para una vez que se junta tanto presidente en nuestras tierras norteñas, no nos van a decir lo que allí se cuece? Además de los mariscos, quiero decir. Pues no. Terminaron su comida y se fueron rápidamente a continuar sus vacaciones. En cualquier caso podemos intuir, cual vidente Adelina, que no sería el momento de barajar los grandes asuntos de estado, como las entrevistas que mantiene el ministro del Interior, el rechazo frontal a los Presupuestos para 2016, el rescate a Grecia o la radicalización que está abrazando el señor Sánchez. Probablemente, entre las nécoras, centollas, percebes y todos sus avíos, tampoco era cosa de enfrascarse en el futuro de Feijóo, en la política forestal y los incendios o en la ruina a la que están abocados cientos de productores lácteos gallegos. Ni sobre la marcha de los negocios que mantiene en concesión el grupo ACS a través de sus diferentes filiales, como su participación en la gestora del agua de Ferrol, en la construcción de parte del flotel de Pemex en Navantia o de la ampliación del puente de Rande. No lo creo. Demasiado farragoso para un día de calor y en medio de las fiestas patronales de la villa.

Estoy casi por asegurar que en la comida cedeiresa se debatieron los temas que interesan especialmente al presidente Rajoy. Asuntos de mucho calado. Por qué dejaste salir, Florentino, a Casillas del Madrid; si será o no un buen capitán Ramos; este muchacho, Bale, ¿sabe ya de qué quiere jugar?; como va el fichaje de De Gea, ¿viene o no viene?, y cosas así. Hasta el punto que les hizo olvidar que tenían que acercarse a San Andrés, necesariamente, para dar cumplimiento al sabio y certero dicho: A San Andrés de Teixido va de “español normal”, muerto, quién no fue de presidente, vivo. O algo así.



  

miércoles, 19 de agosto de 2015

Presidentes ¿el café solo o con leche?

Cuadrante de reflexión
Publicado en Economía Digital, edición Galicia, el 19 de agosto de 2015

La comida veraniega de presidentes pasó sin pena ni gloria. No hubo luz ni taquígrafos. Probablemente algún selfie, alguna contestación forzada y poco más. En Cedeira, en el restaurante El Badulaque, uno de sus clásicos, celebraron un almuerzo veraniego el presidente Rajoy, el presidente Feijóo y el presidente Florentino Pérez, invitados (eso parece) por el periodista cedeirés Rubido. Una cosa rápida, en un reservado, para dar buena cuenta de algunos pescados y mariscos y charlar sobre alguna cuestión intrascendente. Porque no era el momento de estrujarse el cerebro pensando por dónde saldrá la reforma constitucional de Sánchez y su equipo de sabios. Ni cuál será la posición definitiva de Iglesias acerca del soberanismo catalán (“que se queden pero que puedan votar”) cuando las encuestas –o los votos- le sitúen en el Parlamento y deje de contar con un apoyo por encima de sus verdaderos seguidores. Ni tampoco de los devaneos del ministro del Interior con sus visitantes, de la oposición frontal de la mayoría de los partidos al proyecto de Presupuestos o de la nueva mordida que le dará a la caja de las pensiones el próximo año. Obviamente tampoco era el momento de tratar las adjudicaciones, presentes o futuras, que pudiera tener ACS en Galicia. Como mucho, algún tema menor acerca del salario de Ramos, la salida de Casillas y cómo afrontará la próxima liga el equipo madridista y sus fieles seguidores (Rajoy a la cabeza).

Uno tiende más bien a pensar que, entre percebes y centollas, la conversación pudiese encaminarse hacia algunos problemillas que padece Galicia, aunque no llegaremos a saber si esto fue así o no. Cosas menores como la catástrofe demográfica, la desindustrialización y la venta de empresas, la mayor lentitud que el resto del país en notar la recuperación económica, aunque sea en las grandes cifras, el problema perenne de los incendios forestales o la grave situación en la que está inmersa una parte, la de los productores, del sector lácteo. 

Sobre este último tema, el pago a los productores del precio del litro de leche por debajo de su coste de explotación, el presidente Rajoy sí reconoció esa misma mañana, en una visita previa a Ordes, que le parecía una situación muy injusta y que habría que tratar de ponerle remedio. Y ya tal. Siguiente pregunta. Como dando la sensación de que una vez contestada, a su manera, la pregunta en cuestión sobre el problema planteado, éste dejase ya de ser un problema, se solucionase. “No me hablen del pasado, pensemos en el futuro” y de esta forma los problemas, del pasado, se resolverán. Solos. Presentando una consulta al Comisario Europeo de la Competencia para ver si la fijación de los precios mínimos que fijó el gobierno francés para sus ganaderos está dentro de la ley o no. Algo que, en principio, parece de lo más correcto, pero presidentes Rajoy y Feijóo, ¿no se les ha ocurrido que mientras el comisario emite su dictamen podría fijarse exactamente la misma medida en Galicia y el conjunto de España? Los productores españoles tendrían el mismo trato que los franceses, y se acogerían a la resolución de Bruselas en igualdad de condiciones.

Claro que tomar una medida así supondría actuar con agilidad y energía. Tratando a nuestro sector primario como lo que es, un área de actividad que debe competir en pie de igualdad con los productos europeos y que, por lo tanto, debe tener el mismo respaldo y estar regido por las mismas normas.

Pero ya sabemos que actuar con rapidez, aún reconociendo que sería para solucionar –al menos temporalmente- una situación injusta, no entra dentro de las pautas de comportamiento del presidente del Gobierno. Sus ritmos son otros y sus tiempos también. Por eso le vendría bien dar un pequeño paseo después de la comida y que el periodista Rubido le enseñase el grupo escultórico Prismas Solares instalado en una plaza a pocos metros del Badulaque. Se trata de un instrumento creado por el marino mercante, matemático e inventor José Antonio Bustabad en el que se puede aprender mucho sobre los solsticios y equinoccios, sobre la hora solar, la posición de Galicia en el mundo, los ortos y los ocasos, las luces y las sombras, las mareas (no las políticas) y cosas así. Le vendría bien al presidente, a todos los presidentes, a ver si con su contemplación se ponen en hora, en la hora real, en el día a día. Vamos, como se dice por aquí, para ver si andan con los tiempos. 

Después de los postres, en el Badulaque, el cafelito seguro que lo tomaron solo. No era momento de mezclar la leche en los demás asuntos.