domingo, 29 de marzo de 2015

Monumento a las Pepitas

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 29 de marzo de 2015

Si se cumplen los anuncios del Concello pronto tendremos en la ciudad tres nuevas esculturas. Una de Carlos III, el monarca Borbón del siglo XVIII (para algunos el mejor Rey de España de la historia) impulsor del desarrollo de la Armada y los Reales Arsenales. Otra de don José Canalejas, ferrolano de la calle Real esquina Arce, abogado, político, académico y literato, quien después de ocupar diferentes carteras ministeriales llegó al cargo de Presidente del Congreso en 1905 y Presidente del Gobierno desde 1910 a 1912, en que fue asesinado por un fanático anarquista. Y una tercera, instalada esta misma semana, de un cofrade encapuchado, concebida como un homenaje a las cofradías y a la importancia de la Semana Santa en nuestra ciudad.

Desconozco cuál será la escultura con la que desayunaremos cualquier día de estos, ahora que estamos en año electoral y toca hacer anuncios y promesas. Mientras salimos de dudas yo me atrevo a proponer que se haga un monumento a las Pepitas, ¡viva la madrina!. El asunto da para mucho, no me lo pueden ustedes negar. Se podría hacer un mural de una rondalla con sus capas, sus instrumentos musicales y su madrina en el centro, ¡guapa la madrina!; a un nachiño cantando bajo el balcón de una guapa pepita aquello de “...y es ferrolana hermosa...” ; o a un hábil acordeonista acompañando a una pandilla cantando en cualquier bar de A Magdalena. En fin, que el tema puede dar mucho juego y un escultor puede sacarle partido a esta noble tradición, tan nuestra.

Esta costumbre de cantar la describió, como nadie, Torrente Ballester: “El nacido en Villarreal (ya saben ustedes que a Ferrol le llamaba Villarreal de la Mar) camina silbando o tarareando. Donde se juntan dos son un dúo; donde más de tres, un orfeón. Cuando ya han desaparecido del mundo serenatas y rondallas, los mozos de Villarreal las siguen cultivando”. Y tanto que sí. Como este pasado día 19, en el festival de rondallas celebrado en la plaza de Amboage. Rondallas procedentes de toda la comarca le cantaron a todas las madrinas, a todas las pepitas, a todas las mujeres ferrolanas. Y a la ciudad, a las calles rectilíneas, a las plazas, a las galerías y los miradores, a los barcos, a la mar, a sus gentes. Con música “de oído”, que decía don Gonzalo, con bandurrias, guitarras y mandolinas, congregados alrededor de la estatua del marqués, quien a pesar del frío aguantó toda la verbena sin pestañear. Todos los asistentes aplaudían, escuchaban atentos y canturreaban las canciones más tradicionales, las serenatas, habaneras y pasacalles. Y yo pensaba que este Ferrol geométrico y racionalista tiene también su alma artística, lírica, musical, que se expresa como ninguna otra en la noche de las Pepitas.


viernes, 27 de marzo de 2015

Vendemos buques de guerra, ¡qué fruslería!

Cuadrante de reflexión
Publicado en Economía Digital, edición Galicia, el 26 de marzo de 2015

El Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI, su abreviatura en inglés) acaba de hacer públicos los datos de ventas de armas en el mundo correspondientes al período 2010-2014. España continúa ocupando el 7º puesto. Aproximadamente las exportaciones realizadas son el 3% del total, porcentaje similar al de Italia, y un poco por debajo de Reino Unido, Francia, Alemania y China, cada uno de ellos con un 5%. Continúan ocupando el liderazgo de este ranking Rusia con el 27% y Estados Unidos con un 31%.

Si nos centramos en los datos españoles vemos que los mayores contingentes corresponden a aviones de transporte y buques de guerra, siendo partidas muy inferiores las obtenidas por la venta de sistemas de radar, motores o armas ligeras. Del total de la cifra de negocio un poco menos del 50% son los ingresos por la venta de buques de guerra. Su desglose principal (en un período un poco más largo y, obviamente, coincidente con los años en los que los países clientes hicieron los mayores pagos) corresponde a la venta de patrulleros a Venezuela, fragatas a Noruega y los HMAS Canberra y Adelaide a Australia. 

En los años en que se ingresan esos cobros la cifra total del negocio de exportación de armas se eleva considerablemente. Este hecho, tan fácil de extraer del informe y tan difícil de entender por parte de muchos políticos, no tendría mayor trascendencia ante la opinión pública si se explicase convenientemente, con transparencia y rigor. Algo muy alejado de ejemplos como los vividos en los últimos años: el último gobierno de Zapatero, más preocupado por aportar glamour e imagen a sus acciones que por los trabajos en los astilleros; el actual ministro de Industria, señor Soria, que ante las preguntas acerca de en qué fase se encuentra el proyecto de las fragatas F-110 se declara “incompetente”, pasándole el testigo al titular de Hacienda; el nuevo líder socialista que imagina su modelo de sociedad sin Ministerio de Defensa (jamás el hombre, desde sus primeras agrupaciones en tribus, ha podido vivir sin defenderse de ataques de otros hombres); o políticos de nueva hornada que proponen acabar con los ejércitos, los sistemas de Defensa y la tenencia de armas, y transformar a España en un país neutral, sin importarles –ni conocer- la historia, la posición geoestratégica, la posición internacional ni nada que pueda sonar a la defensa de un Estado.

En el otro platillo de la balanza tenemos a la industria de la construcción naval y lo que representa. España es una de las grandes potencias mundiales en la construcción de buques militares. Astilleros especializados y ciudades –como el caso de Ferrol- que se desarrollaron fundamentalmente para acoger un Arsenal y una potente base de la Armada. Las condiciones impuestas por Europa primero, la fuerte competencia en el negocio de construcción civil más tarde, y la transformación de la flota que necesita la Marina con la política de recortes generados por la crisis (como al resto del sector público), generaron un alto número de desempleados y llevaron a ciudades como Ferrol (también a Cádiz) a una situación de emergencia económica. Pérdida de población, cierres de empresas auxiliares, cierres de comercios, emigración de los más jóvenes y mejor preparados, desatención al patrimonio y los cascos históricos, y un largo etcétera, son las consecuencias más visibles.

Por todo esto parece necesario exigir un poco más de prudencia -y preparación- a los aspirantes a representantes políticos, opinólogos y profesionales tertulianos. Especialmente en temas tan sensibles como la venta de armas, la consideración de los buques de guerra como armas (una perogrullada desconocida por muchos) y lo relevante que es para miles de personas poder continuar construyendo barcos. Conocedores de que si no los hacen ellos, los harán otros países de nuestro entorno, socios europeos y a la vez competidores en la industria naval.





domingo, 22 de marzo de 2015

Ilustres pescadores

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 22 de marzo de 2015.
Título original: Pescadores ilustrados

Vemos en las distintas ediciones de la Voz a los pescadores en los ríos con sus primeras truchas. En tal río no se dio bien la jornada; fulanito de tal  pescó la pieza mayor del coto; en aquel otro río hubo demasiada afluencia de pescadores, y noticias así. En cualquiera de los casos, son tipos de noticias que no tienen nada que ver con el auténtico pescador de truchas ferrolano. Déjenme que les cuente, por si ustedes no repararon ya en ello, como es nuestro conciudadano pescador de río. El pescador ferrolano no tendrá el problema de encontrarse demasiada gente en el río porque acude a pescar siguiendo el horario de Greenwich, es decir, el horario solar, al igual que lo hacen las truchas. Esto de cambiar la hora artificialmente es una falta de respeto a la naturaleza, piensa el pescador ferrolano, y una falta de rigor en la aplicación de la ciencia horaria. Además de verlo solo, lejos de los jolgorios y las pandillas de pescadores de otras comarcas, comprobarán ustedes que irá vestido de un modo discreto, sin calzar esas botas altas que permiten meterse en el agua, e invadir la intimidad de los escondites trucheros. Por el contrario, distinguirán ustedes a un pescador ferrolano si le ven equipado de su aparejo más preciado: el cuaderno y el lápiz, imprescindibles para tomar notas sobre el estado del río, la vegetación, los pájaros que se pueden avistar cerca del agua y las especies de moscas que allí viven. El cuaderno y el lápiz le servirán también al pescador ferrolano para hacer un primer boceto de cada trucha que pesca y, por supuesto, devuelve al río, porque eso de hacerse selfies con las truchas no es muy de su agrado. Tampoco lo es el andar por andar, como si eso de ir a pescar a un río fuese una práctica deportiva. Naturalmente que no lo es, como tampoco es un arte ni una actividad que busca el placentero contacto con la naturaleza. Para el pescador ferrolano se trata de una actividad científica, en la que, además de la paciencia, la astucia y la inteligencia, es preciso saber calcular la temperatura del agua, la fuerza de la corriente, la refracción de la luz, los hábitos de comida de las truchas, la velocidad a la que se mueven y el par de fuerza que es preciso imprimir a la caña. Todo para lanzar la mosca a la posición perfecta, de forma que la trucha no pueda evitar abalanzarse sobre ella. Una vez capturada el pescador ferrolano la devolverá al río, satisfecho de haber triunfado de nuevo y confirmado que su método científico sigue vigente. No hay pescador que sepa tanto de pesca de río como el pescador ferrolano, el más ilustrado y el que más aborrece comerse las truchas. Para él lo mejor es hablar de pesca ante una tabla de quesos y una copa de albariño.

domingo, 15 de marzo de 2015

¡Ay, el Galatea!

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 15 de marzo de 2015

Recibí unas fotografías del Galatea en un estado calamitoso llegando a Escocia. Remolcado, desarbolado, oxidado, presentaba un aspecto que no se le desearía a ningún barco y mucho menos a un buque escuela a vela. Las compartí en varios grupos en las redes sociales, alguno de ellos de Ferrol, y la respuesta fue amplia, sincera y cargada de nostalgia. Todo el mundo, especialmente los ferrolanos, echaban de menos al Galatea. Algunos porque tenían familiares, amigos o conocidos que se habían formado en él. Otros porque conocían a alguien que había estado allí destinado. Y algunos más porque lo recordaban amarrado delante del antiguo Cuartel de Instrucción o en la Estación Naval de A Graña. En todo caso, fue mayoritaria la opinión de que el Galatea debió quedarse en Ferrol como buque-museo. Como una seña de identidad que pudiese ser visitada, para conocer de cerca cómo se vivía a bordo y cómo se recibían las enseñanzas de la maniobra y la navegación a vela.

El debate sobre la necesidad de contar con un buque-museo está latente en nuestra ciudad y sale a flote de vez en cuando. Ahora, sin ir más lejos, ante la noticia de que la Armada ha puesto precio a las fragatas Asturias y Extremadura, con destino al desguace. Y pronto lo hará también con el portaaeronaves Príncipe de Asturias. Muchos están a favor de que una fragata debiera musealizarse; otros, que no están los tiempos para eso.

La verdad es que no es fácil de entender cómo los gallegos no tenemos más barcos museo. Apenas contamos con un bonitero en Burela y la réplica de una carabela en Baiona, además de embarcaciones menores. Pero no supimos conservar al Galatea en Ferrol, ahora restaurado y musealizado en Escocia, o al IBSA I en Vigo, un ballenero de Massó que compraron como chatarra y musealizaron en Noruega. Sin olvidarnos del esperpéntico caso del Bernardo Alfageme, un pesquero de los años 40 con una hoja de servicios impecable en el Gran Sol, que iba a ser trasladado al Museo del Mar de Vigo pero al que los designios del alcalde Caballero lo destinaron a convertirse en un macetero en una rotonda de Coia. Recuerda el caso del submarino de Peral, en Cartagena, de jardín en jardín, haciendo de florero, hasta que el sentido común permitió que se trasladase a su varadero definitivo en el nuevo Museo Naval.

¡Ay, el Galatea! Viéndolo ahora en tan buenas condiciones uno no deja de pensar que bueno sería tenerlo atracado en nuestro Arsenal ilustrado, al lado de Herrerías y del Museo Naval. ¡Qué se le va a hacer! Bueno, al menos nos queda el orgullo de habernos quedado con su mascarón de proa, este sí instalado en un jardín de la E.N. de A Graña, y algunas de sus piezas emblemáticas trasladadas al Museo Naval. Menos es nada.

sábado, 14 de marzo de 2015

La preocupación por la multita (de la leche) de la ministra de Agricultura

Cuadrante de reflexión
Publicado en Economía Digital, edición Galicia, el 13 de marzo de 2015

A la ministra Tejerina le faltó tiempo para mostrar su preocupación por la viabilidad de las industrias lácteas a las que la Comisión Nacional del Mercado y la Competencia les impuso una multa por el pacto de precios de recogida a los ganaderos-productores. Se acordó también, aunque un poco de pasada, de ellos, de las pequeñas explotaciones, pero siempre como una consecuencia indirecta de lo que les pudiera afectar la situación en que quedan las grandes transformadoras. Yo le quiero tranquilizar. Señora Tejerina, no sufra usted. Estas empresas saldrán adelante, no tenga duda. Recurrirán la sanción, como hicieron en 1997, y ya veremos en cuánto mengua la minimulta de 88 millones de euros, una sanción ya de por sí ridícula consistente en el 10% de los más de 860 millones que obtuvieron de beneficio las Industrias Lácteas sancionadas con esta práctica ilegal. Esta cantidad, determinada por la propia CNMC, fue detraída, señora Tejerina, de los exiguos márgenes que los ganaderos podían obtener del precio de la leche de vaca. Poco importó que durante cerca de 15 años tuviesen que sufrir los incrementos de la energía, de los combustibles, de los piensos, de las facturas de los veterinarios y demás cuentas que afectan a la explotación. Poco importó que se comprometiera la viabilidad de muchas explotaciones, obligándolas a cerrar con todo lo que ello derivó en sufrimiento personal, desempleo, abandono del medio rural y, en demasiadas ocasiones, búsqueda de nuevas oportunidades en otros sectores de actividad y en otros países. Sobre todo esto, en los últimos 15 años, no se tiene constancia de que les quitara el sueño a los Conselleiros y Ministros del ramo. Mientras tanto, algunas empresas Lácteas y dos Asociaciones se comportaban como un cártel, desarrollando una práctica fraudulenta, pactando los precios de compra y obteniendo un importante beneficio que fue directamente a sus cuentas de resultados. Las mismas cuentas que “contingentarán” los importes de las multas, que tratarán de subsanar con nuevos planes de marketing, acciones promocionales, lanzamientos de productos con más valor añadido, o la renegociación de las plantillas con los precios de cesión a las Cadenas de Distribución. Por eso le digo, señora ministra, que no debe preocuparse más por el impacto de la multa; dentro de la cadena de suministro, ya encontrarán la fórmula para seguir comprando al menor precio posible y vendiendo con los mayores márgenes que permita el mercado. Pero sin trampas, sin argucias. Los que fije el mercado, los que puedan negociar.

El presidente Feijóo sí mostró un poco más de sensibilidad hacia la manipulación de las reglas de la competencia y la injusticia que estaban padeciendo los ganaderos, especialmente los gallegos, a quienes se les paga el precio por litro más bajo de toda España. Se acordó de que muchas de las granjas siguen sin tener contratos por escrito en los que se detallen las condiciones comerciales: precios, recogidas, plazos y formas de pago. Algo que, por lo demás, las Industrias Lácteas sí tienen firmado con las Cadenas de Distribución. Y, de nuevo, volvió a sugerir la necesidad de que los miles de pequeños productores se agrupasen para ser más fuertes, poder tener una posición negociadora más sólida y estar más preparados no sólo ante situaciones como estas declaradas fraudulentas, sino también ante el nuevo escenario de desaparición de las cuotas fijadas desde Bruselas. Todo esto está muy bien, don Alberto, con una pequeña salvedad: durante su acción de gobierno no se ha conocido ninguna actuación relevante, ninguna medida concreta por parte de la Xunta de Galicia en esta dirección. Una vez más, en un sector estratégico (¡qué manoseado está este concepto!), se han dicho y escrito muchos planes pero no se ha hecho nada. El resultado de estos años de gestión es que los miles de pequeños productores están en la misma situación desfavorable.

El futuro, para el conjunto del sector lácteo gallego, pinta bien, mucho mejor que el pasado. España es un país que consume más leche que la que produce: hay margen para los productores. En pocas semanas desaparecen las limitaciones de las cuotas lácteas. Los precios de la leche en origen son de los más bajos de Europa, y al mismo tiempo los precios de los productos terminados y presentados al consumidor son, también, de los más bajos. Existe, por tanto, un alto margen de maniobra para que se ajuste adecuadamente toda la cadena de suministro: ganaderos/productores, industrias lácteas transformadoras, cadenas y canales de distribución, hasta llegar el producto a los consumidores. Pero sin perder de vista el principal objetivo de los próximos años: “...posibilitar ter unha conta de resultados mínima para manter as explotacións”, en palabras del propio presidente Feijóo.

Vamos a ver cómo se comportan los precios y los diferentes actores en las próximas semanas. Y veremos en qué queda el recurso de la esquelética sanción al cártel lácteo (así se han comportado). Convendrá que este tipo de prácticas fraudulentas no se vuelvan a repetir, para lo que será más eficaz el poder sancionador del órgano de Competencia que la propia actuación de la Administración, por lo que se ha constatado. En este sentido, la buena noticia es que la nueva directiva de la Unión Europea del pasado mes de diciembre incluye, para futuras sanciones de este tipo, el resarcimiento de daños y perjuicios, el pago del lucro cesante calculado por la CNMC y el de los intereses devengados de préstamos que los pequeños productores hubiesen necesitado para sobrevivir. Vamos, que las próximas multas, si se producen, no volverán a ser una broma del 10% del total del importe del fraude cometido, y tendrán mucho más presente a los auténticamente perjudicados, de los que –casi- no se acuerda la ministra de Agricultura.

miércoles, 11 de marzo de 2015

Mal dato de ocupación

Tribuna de opinión
Publicado en La Voz de Galicia, sección Economía, el 11 de marzo de 2015

Los datos provisionales presentados ayer por el INE sobre los resultados del comercio minorista en el mes de enero confirman una tendencia positiva, en líneas generales. El 4,2% en ventas no es únicamente una cifra significativa por su magnitud, sino que consolida casi medio año de crecimiento continuado. Especialmente relevantes son los crecimientos en Alimentación (3%) y Equipamiento para el hogar (3,4%), ya que debieran reflejar la tendencia a que se configuran más hogares y se alimentan más personas. Sin embargo el dato, desafortunadamente, no es trasladable de forma homogénea a todas las regiones. Tampoco es homogéneo el crecimiento por canales de venta: las grandes cadenas han crecido un 6% mientras el pequeño comercio lo hizo sólo un 1%. 

Sí ha sido muy favorable, prácticamente en todo el Estado, el crecimiento de la ocupación en el sector. La media nacional presenta un crecimiento del empleo del 0,6%, y sólo en cinco comunidades el resultado fue negativo. Desgraciadamente Galicia es una de ellas con un -0,6%, presentando el tercer peor comportamiento del país. Pero el dato es todavía más grave, en mi opinión, cuando observamos que el crecimiento del empleo vino de la mano del comercio unilocalizado, el de proximidad, con un 2%. Es decir, el comercio cercano generó empleo en la mayor parte de España y lo destruyó en Galicia. Es verdad que el efecto estacional es más acusado en la mitad oeste de la península, y lo es también que este enero fue especialmente bueno en el crecimiento del turismo para el Mediterráneo y las islas, pero hemos de abrir los ojos y ver todas las variables en conjunto.

Algunos analistas y demasiados políticos autonómicos consideran prematuro extraer conclusiones acerca de cómo se presenta el nuevo ciclo de crecimiento para el comercio minorista. Un reciente informe del BBVA nos habla de que el primer trimestre del 2015 presentará un incremento acumulado del 0,9%, con un “crecimiento robusto” del consumo doméstico. En Galicia, si no se corrige la tendencia de los últimos años, esto no será así. Seguirá produciéndose la concentración del crecimiento del comercio en las grandes cadenas frente al comercio unilocalizado. Seguirá concentrándose la población –que quede- en las grandes ciudades y la franja costera. Seguirá emigrando la población más joven, mejor preparada y con mayor potencial de consumo. Y seguirá habiendo menor renta disponible y menor generación de empleos. Todo esto incidirá, si no se remedia, en nuevos datos de este tenor: crecerán las grandes superficies en ventas sin crear, apenas, nuevos empleos, y seguirá el pequeño comercio, el de proximidad, con grandes dificultades para mantenerse. Pensémoslo bien, ¿es este el modelo que queremos para Galicia?

domingo, 8 de marzo de 2015

Ferrol no sale en el vídeo

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 8 de marzo de 2015

Nada, oigan, que no hay forma. La Xunta de Galicia financia la edición de un libro sobre los jardines, paseos, alamedas y parques en Galicia y se olvidan de su alameda más antigua, la ferrolana. En los foros y publicaciones gastronómicas, ni una sola mención. Si hay unos euros para invertir en la restauración de castillos y fortalezas, pues van destinados a las de A Guardia, Monterrei y Pambre, que no diré yo que no lo merezcan. Y así un largo, larguísimo etcétera. Hasta llegar ahora a la promoción estrella, al fenómeno viral-musical del momento, al vídeo de Enrique Iglesias. Pues una vez más la mala fortuna (ustedes ya me entienden) hizo que tampoco en el vídeo Noche y Día del cantante pequeño Iglesias aparezca Ferrol. Ni de noche ni de día. Ni a media tarde.

No estamos todavía en año pre-xacobeo. Ya saben ustedes que el próximo Año Santo compostelano, si la iglesia católica lo proclama, será en 2021, pero a los responsables de Turismo se les ocurrió que era el momento de hacer un vídeo promocional. Había en el presupuesto disponibles 300.000 y pico euros y muchas ganas por parte del cantante Iglesias de seguir los pasos de su padre Julio. Además, nunca había rodado en Galicia y ya iba siendo hora. Pues hala, a rodar. ¿El resultado? Lo habrán visto ya en todas las cadenas de televisión o en los canales de imágenes en internet. Cuatro minutos en los que aparecen la Ribeira Sacra, el faro de cabo Home, la playa de As Catedrais, el puente de Rande, un plano de Ourense, la muralla de Lugo, la Catedral de Santiago, a Cidade da Cultura, la torre de Hércules y la plaza del Obradoiro. La mayoría de ellas antecediendo a la actuación de Enrique en el monasterio de Carboeiro (Silleda, Pontevedra), un lugar mágico a orillas del río Deza. Muchos bailarines, poca ropa, muchas antorchas, poca luz, y mucho ritmo de fusión internacional en un lugar silencioso y de recogimiento: “...hay calor en la ciudad, hay calor en la bahía, venga que siga la fiesta, de noche y de día...”

A ver señores políticos encargados de la tarea promocional, ¿no habíamos quedado en que la promoción de Ferrol era una prioridad? O es que eso del apoyo de las Instituciones a una zona deprimida era una broma, o que no hubo tiempo entre tanto paseo en helicóptero por las obras de la Ciudad de la Cultura como para filmar unos segundos del Castillo de San Felipe, o el Arsenal, o unas playas de la comarca. 

Parece que no. Tampoco esta vez tocaba ser bendecidos por la “dinamización de la economía del país gallego”, como justificó el cantante Iglesias el destino de los dineros invertidos. Bueno, así yo ya lo entiendo un poco mejor. Si la cosa era la reactivación económica, Ferrol no está en la agenda de la Xunta.


martes, 3 de marzo de 2015

El PP al rescate de Rajoy...o no

Cuadrante de reflexión
Publicado en Economía Digital, edición Galicia, el 3 de marzo de 2015

En el reciente debate sobre el estado de la nación el presidente Rajoy perdió el control por que le cambiaron el paso. Hablaba del no-rescate y el líder de la oposición, Pedro Sánchez, le contestaba con Bárcenas. Pasaba a la recuperación económica, la contestación era más Bárcenas. De los cientos de miles de miniempleos que se crearán, la respuesta era la corrupción. Que si él fue quien controló la prima de riesgo, la réplica era la financiación irregular de varias sedes del PP. Y así todo el debate. El presidente haciendo una lectura de su discurso acerca de lo bien que está España, el país que más crecerá de Europa, el modelo a imitar, etcétera. Una lectura ordenada, con sus énfasis, sus citas (sin decir ya lo del “fin de la cita”), y sus pausas para los aplausos que se encontró con un líder de la oposición que, en lugar de replicar ordenadamente sus argumentos, como dios manda, se dedicó a repetirle un “váyase señor Rajoy” expresado con otras palabras: Bárcenas, corrupción y desvergüenza. Y así no hay forma de mantener la compostura, oigan. El presidente se desorientó, perdió el hilo argumental, trató de improvisar algunas notas en su escaño, salió en la contrarréplica con un montón de papeles a la tribuna y se salió del guión. Se le salieron del guión sus argumentos y sus emociones, y aparecieron los exabruptos. No podía entender con su mente cartesiana de registrador de la propiedad, que el diputado Sánchez no se ciñera a replicar los datos que había señalado en la primera intervención, que para eso era el presidente. Y que tuviera el atrevimiento de pronosticarle que su legado quedará unido al de Bárcenas, su historia estaría indisolublemente unida a la de su tesorero. ¡Cuánto echó de menos a Rubalcaba y a Zapatero, sobre todo a este último a quién ganó su único debate de nueve disputados! Y para colmo de los días aciagos, los demás líderes de partidos de ámbito nacional continuaron incidiendo en los mismos temas. Rosa Díez (“mi apellido es Díez no Díaz” le recordó por enésima vez la diputada), especialista en poner de los nervios al presidente desde que tomó por costumbre llevar los asuntos turbios del PP a sede judicial, le recordó la fecha en la que tenía que haber dimitido: el día en que el juez Ruz escribió que había indicios razonables de financiación irregular del partido Popular. Y Alberto Garzón en su primer gran debate le espetó, como quien no quiere la cosa, que era una lástima pero que ya no se volvería a repetir este encuentro, porque sería el último para el señor Rajoy.

Así le fueron las cosas. Mal. Para una vez que traía unos números positivos que convertían a nuestro país en el campeón del crecimiento, la recuperación económica y la creación de empleo, y que además se atrevió a decir un par de veces la palabra “social”, los demás líderes le afean el discurso y le retan ante los españoles a que explique todo eso de la contabilidad B, los sobresueldos y los mensajes de ánimo a un amigo camino de la cárcel.

Y mal le fueron también si atendemos a los gestos y manifestaciones de sus compañeros de filas. “Yo nunca lo había visto así”, “Con lo tranquilo que es el presidente” “Ya conocen su estilo pausado y reflexivo”. Eso decían. O lo que es lo mismo pero traducido: se avecina tormenta en sus filas. Algunos lo definen como cuestionamiento. ¿Hasta dónde se le cuestionará? ¿Qué pasará si en las próximas elecciones municipales y autonómicas el PP no recupera dos o tres millones de votantes que formaban parte del grupo de los fieles de toda la vida? ¿Rescatarán los barones a Rajoy como candidato a las generales o se atreverán a proponer otro candidato?.

¡Qué año electoral le espera a don Mariano! Dentro del Congreso la tortura de los líderes de nueva generación que no comulgan con los argumentos de primero la Economía y después la Economía. Y fuera de sus paredes, las fuerzas emergentes Podemos y Ciudadanos que también lo quieren amortizar. A esto se suman las encuestas de valoración como líder, situándole en todas ellas como el peor valorado por la ciudadanía. Y los ruidos dentro del partido generados por el expresidente Aznar, que dice ahora que está disponible y que nunca se fue, ¿a dónde? y que, por lo tanto no tiene que volver, ¿de dónde?.

Así no hay cuadro macroeconómico que valga. Ni agenda ordenada como es debido. Con sus dos legislaturas que seguro ya tiene anotadas, como Zapatero y Aznar. Qué, casualmente, ya le llevarían hasta sus 65 años, edad espléndida para pasar al Consejo de Estado o algún puesto así, como buen estadista y servidor público de vocación. Hay que ver la que le están armando. Entre unos inexpertos diputados, y otros que todavía no lo son, se empeñan en querer cambiar el orden establecido, el ritmo de los acontecimientos, y las cosas bien hechas, como dios manda. Con un empeño que pone al presidente en apuros, al borde del rescate por su propio partido. O no.


domingo, 1 de marzo de 2015

Ventaja competitiva

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 1 de marzo de 2015

Hace unos días se celebró un Foro Voz acerca de la diversificación industrial. Se analizó el escaso éxito de algunos de los planes de reindustrialización ejecutados en el pasado. También se comentaron las necesidades actuales, imprescindibles para atraer inversiones y generar actividad. El saneamiento de la ría, el desarrollo del Puerto, la llegada del ferrocarril a la dársena de Caneliñas, la reactivación del CIS de A Cabana (en coordinación con la Universidad y las empresas), la competitividad de los astilleros y, un poco de pasada, se hizo alguna mención también al turismo y al comercio. En fin, asuntos que todos los ferrolanos tenemos en la cabeza y que fueron ampliamente desarrollados en las páginas de La Voz.

A medida que los ponentes explicaban sus puntos de vista yo no dejaba de pensar qué estrategia utilizaría una compañía de éxito si tuviese que hacer frente a una situación de crisis como la que atraviesa Ferrol. Todas las grandes firmas (me refiero a las propietarias de las marcas de consumo más conocidas del mundo, en una de las cuales desempeñé gran parte de mi vida profesional) optarían por lo que llaman, perdonen el inglés, el “core business strategy”, dicho en nuestro idioma, la estrategia de apoyarse en el negocio principal, en la ventaja competitiva, en la competencia diferenciadora. En el caso de Ferrol esto no precisa debate: la construcción naval militar. Los astilleros ferrolanos, creados precisamente para construir y mantener los buques de guerra de la Marina española, presentan una hoja de servicios impecable en este sector de actividad. Sin embargo, desde un punto de vista estrictamente empresarial, tienen una debilidad: la demanda (la construcción de los buques) depende ya no tanto de las necesidades de la Armada como de las decisiones políticas para que se habiliten los presupuestos necesarios para satisfacerlas.

El AJEMA, Almirante Jefe del Estado Mayor de la Armada, ha explicado en reiteradas ocasiones que nuestra Marina tiene ahora una prioridad, la sustitución de las fragatas F-80 por unas nuevas F-110. Será necesario construir 5 nuevos buques de guerra que permitan dar de baja a otros que ya presentan más de 35 años de servicio. Un programa que generará miles de horas de trabajo a lo largo de varios años en la construcción de barcos grises, como fueron mencionados en un alarde de ingenio por algunos representantes políticos. 

Ferrol necesita apalancarse en lo que mejor sabe hacer, en su negocio principal. Corresponde al Gobierno ahora que las cifras macroeconómicas van bien –eso repite a todas horas el presidente Rajoy- activar el programa de las F-110. Y a todos los ferrolanos aprovechar la inercia de un nuevo ciclo productivo.