domingo, 19 de junio de 2016

Campus Industrial

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 19 de junio de 2016

A Torrente Ballester le hubiera gustado ser contertulio de la vicerrectora Araceli Torres en las “Conversas no Parador” que organizó el Club de Prensa. También del alcalde tertuliano Suárez, que demostró gran interés por la evolución de la Universidad, específicamente por la transformación y especialización en el Campus Industrial que, por otra parte, ya es. Don Gonzalo, que a sus habilidades de escritor, periodista, humorista irónico, fotógrafo, historiador y estratega naval, sumó las de tertuliano y profesor, estaría encantado de participar en el grupo de investigación sobre metodología y filosofía de la ciencia, uno de los más destacados en los últimos años. En esto don Gonzalo era imbatible. Claro -nos diría-, porque “heredé el espíritu deductivo y lógico, y el poder de mi análisis destruye toda clase de paparruchas mitológicas…” Así era.

La vicerrectora Araceli Torres contó los entresijos de esta línea investigadora y otras más que ya se están realizando sobre arqueología, intervención en cuidados familiares, ingeniería y sector naval, optimización de procesos productivos, diseño industrial, etcétera. Investigaciones que se compaginan con la docencia a más de tres mil alumnos, en grados correspondientes a catorce titulaciones, diez másteres y otros tantos programas de doctorado. Unas cifras notables que generan un impacto económico superior a los 23 millones de euros, casi la mitad del presupuesto de la ciudad, apuntaba el alcalde tertuliano Suárez, al tiempo que algún periodista le recordaba que eso del presupuesto municipal era una asignatura pendiente, que no había pasado la reválida.

Pronto se presentará en sociedad el Plan Estratégico 2016-2020 del Campus Industrial. Y digo en sociedad porque ese será uno de sus objetivos: la incardinación de la Universidad en el tejido social. Ferrol, no lo olvidemos, ha sido siempre una ciudad volcada con la docencia, con la enseñanza. Academias militares, especialidades en la Escuela Obrera de Bazán, escuelas de Artes y Oficios, institutos de Enseñanzas Medias, han sido una constante que ahora, desde hace más de veinticinco años, se complementa con la educación superior universitaria.

A este cronista le han convencido las líneas maestras que la vicerrectora Torres dibujó acerca del futuro del Campus Industrial. “Un futuro que veo con optimismo”, dijo, mientras el alcalde Suárez, a su lado, asentía y prometía el apoyo de la ciudad (“también seguir peleando por una Residencia Universitaria más grande”) para desterrar el mito de que Ferrol no tenía ambiente universitario. A don Gonzalo, que siempre presumió de ser un buen profesor, le gustaría impartir alguna que otra clase en el maravilloso Jardín Botánico de Esteiro.

domingo, 12 de junio de 2016

La banqueta de protestar

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 12 de junio de 2016

Plaza de Armas vacía, un día cualquiera. El reportero de Vía V llega con la banqueta de protestar. El programa que dirige y presenta Fernanda Tabarés va a desarrollar su experimento sociológico en la ciudad naval. Se trata de poner una banqueta de protestar -una pequeña escalera de tres peldaños- a disposición de cualquier vecino para que, subido a ella y armado de micrófono, exprese su opinión acerca del primer año de mandato del gobierno municipal. Los ferrolanos fueron haciendo su diagnóstico desde lo más alto de la banqueta: esto es un desastre, los comercios cierran, la gente se va, no hay empleo, crece la hierba en las calles, esto se muere, y así. Cambia el escenario y colocan la banqueta en la calle Real, con el capuchoncito al fondo. Las opiniones, más de lo mismo. Hasta que llega la ferrolana de toda la vida, se sube a la banqueta, se viene arriba y dice su frase para la posteridad: “Ferrol es una mierda, siempre fue una mierda y siempre será una mierda”. Se quedó mudo y pálido hasta el capuchoncito. ¡Menudo trallazo! acaba de soltar la vecina indignada, cabreada y decepcionada con su ciudad. Como otros muchos, aunque en su afán explicativo la ferrolana errara el diagnóstico, al menos en dos terceras partes. Ni más ni menos que en las que se refieren a lo que fue Ferrol o a lo que será en un futuro, “siempre” según sus palabras. Porque cuando afirma lo que fue Ferrol no sabemos a qué período se refiere. Lo compara con su juventud, con la etapa democrática, con el período franquista. Lo compara con el momento en que Ferrol tenía 20.000 habitantes más y era una de las tres ciudades más importantes de Galicia. O con períodos en los que contaba con los mejores comercios, cafés e industrias (no sólo navales). O tal vez se vaya más atrás y lo compare con los períodos en los que Ferrol fue la ciudad más importante de todo el norte y noroeste español. Y cuando afirma lo que Ferrol será en el futuro y lo hace con esa rotundidad, ¿por qué lo sabe? O no se paró a pensar que Ferrol es el modelo de ciudad cíclica, de sube y baja, como la escalerita a la que está subida.
 
Hace 40 años se publicó un artículo titulado “Exageraciones pesimistas” del que desconozco el autor y que reprodujo recientemente el periodista Germán Castro. En él se dice: “Los pesimistas locales son muy dados al lloriqueo, al tenebrismo, a la óptica deformada con gafa de cristal ahumado y a la exageración negativa de la realidad”. Quiero pensar que la vecina de la banqueta de protestar no entra en la categoría de pesimista exagerada. Probablemente tuvo un mal día. Y le hizo pasar una mala noche al alcalde Suárez, que delante de sus contertulios se quedó quieto, mudo y pálido como el capuchoncito de Gascón.

martes, 7 de junio de 2016

Satisfechos y felices

Cuadrante de reflexión
Publicado en Economía Digital Galicia el 7 de junio de 2016

A Julio Camba le gustaba comparar el espíritu y el comportamiento del ciudadano español con el propio del país en el que estaba de corresponsal. Y estuvo en muchos. Generalmente los españoles no salíamos bien parados, si bien es verdad que las comparaciones las hacía Camba sobre aspectos del carácter o de las costumbres que eran muy significativas para el país de destino. Es el caso siguiente, acerca del carácter español un tanto anárquico, imprevisible y desorganizado, pero con el que se siente muy satisfecho. Decía Camba: “En fin, el inglés se va a la oficina y trabaja, se va a la cama y duerme, y cuando el inglés duerme, como cuando trabaja, lo hace íntegramente, de un modo eficaz, rotundo, definitivo. Nosotros consultamos nuestros asuntos con la almohada, dormimos en la oficina y nunca estamos completamente despiertos ni completamente dormidos”. Así somos.

Los españoles nos sentimos satisfechos con nuestro país, con nuestras costumbres, la forma de ser, el clima, la comida y el entorno en que vivimos. Lo manifestamos continuamente en múltiples encuestas, estudios demoscópicos y análisis cualitativos realizados por infinidad de institutos, universidades y empresas que se dedican a medir el grado de satisfacción, traducido en felicidad. Los españoles somos felices, notablemente felices, de acuerdo a los datos ofrecidos recientemente por el Centro de Investigaciones Sociológicas. Exactamente con una nota media de 7,34 sobre 10. Pero, es más, si sumamos al conjunto de españoles que declaran aprobar en felicidad, es decir, puntúan una nota de 5 hacia arriba, nos encontramos con el ¡93,5%! de los encuestados.

No es fácil -ni serio- aplicar, en una situación como la actual, aquello de “a mal tiempo buena cara”, o “las cosas no podrán ir a peor”. Vivimos en una España devaluada en los últimos años, que se daba codazos no hace mucho tiempo para entrar en el grupo del G8 disputándole el puesto a Italia y ahora está en el puesto 14. Con una deuda que supera a la riqueza que es capaz de crear cada año, haciendo que cada español deba ya 25.000 euros cuando el salario medio no alcanza esa cifra. Batiendo récords en desigualdad, en exclusión social, en desempleo y precariedad laboral. Expulsando a la emigración a los más jóvenes y mejor preparados. Asistiendo al mejor de los esperpentos políticos que darían para muchos capítulos de otro ilustre escritor gallego, también de Vilanova de Arousa, Ramón María del Valle Inclán.

Devaluados y endeudados pero satisfechos y felices nos acercamos a otra campaña electoral, con su inútil y estúpido día de reflexión incluido. Tal vez sea apropiado afrontarla según el diagnóstico de Camba, en un permanente estado de duermevela. 

domingo, 5 de junio de 2016

Casa de Baños Flotante

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 5 de junio de 2016

Vamos a dar un paseo, ahora que viene el buen tiempo, de 130 años. Les invito a viajar a 1886. Mientras tomamos unos guarisnais podemos entretenernos con los periódicos locales. Leeremos que ya comienza la temporada de baños y se instalará, desde el 19 del mes actual hasta el 30 de octubre, la Casa de Baños Flotante en el muelle de Curuxeiras. Dice el anuncio: “Ya el público conoce este establecimiento, cuyas condiciones de comodidad, seguridad y aseo, han sido aumentadas el presente año”. Al lado del texto aparece una fotografía de la Casa de Baños Flotante, anclada a poca distancia del muelle, a la que se llegaba gracias al servicio de un mozo que patroneaba un pequeño bote de remos. Calculen ustedes que las dimensiones del artefacto flotante serían de unos 30 metros de largo por 10 de ancho, de forma rectangular, con las cabinas situadas en la cubierta inferior y una terraza cubierta, abalconada, en la superior, para disfrutar del paisaje. “La empresa -continúa el anuncio- procuró introducir en el balneario toda la suma de comodidad posible y, a pesar de esta circunstancia, ha decidido no aumentar los reducidos precios que estableció durante la temporada anterior”. Se ve que, en la época, finales del siglo XIX, la cosa del negocio estaba un poco apurada. Por 0,25 pesetas se compraba el billete con derecho a baño general. Con otras 0,25 pesetas se tenía derecho a sábana y toalla. Y, además, “para que las familias numerosas puedan obtener mayor economía, no vaciló la empresa en hacer un nuevo sacrificio y abrir desde el 16 de los corrientes abonos para baños particulares a precios económicos y convencionales, para lo cual deben entenderse las personas que deseen abonarse con D. Leandro Torres y Cía, Real 112, donde se expenden los billetes”. 

En 1886, por lo que vemos, la dársena de Curuxeiras era un lugar limpio en el que se instalaba una casa de baños de la que los vecinos podían hacer uso. El agua de mar se filtraba y calentaba, para llenar las bañeras, algo que ahora se hace en los más modernos centros de talasoterapia. Hoy, 130 años más tarde, no se puede disfrutar de los baños de mar en la ría. Es una cloaca llena de bacterias insalubres provenientes de residuos fecales, industriales, agrícolas y ganaderos. Lo dicen las autoridades sanitarias y lo dice en su informe la Agencia Europea del Medio Ambiente, dándole un varapalo demoledor al golfo Ártabro y, muy particularmente, a la ría de Ferrol. El progreso y los avances industriales hicieron que se llenara la ría de hormigón, de diques, de muelles y de fábricas. Pero también de lodos, de metales pesados y bacterias. Así que, ya lo saben, esta temporada no se podrá disfrutar de la Casa de Baños Flotante en Curuxeiras.