domingo, 30 de diciembre de 2018

Rebelión en el palacio municipal

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 30 de diciembre de 2018

El año no podía terminar mejor para el municipalismo ferrolano. Se ha batido otro récord. Los 25 consistoriales (así se llamaba a los concejales) llenaron una nueva página en la historia de la ciudad naval celebrando un pleno municipal sin gobierno y sin alcalde. Se consumó una rebelión plenaria por parte de los grupos de la oposición. Los políticos opositores se rebelaron contra el alcalde rebelde y su gobierno rebelde. ¡Cuánta rebeldía! Echaron mano de la legislación vigente –como no podía ser de otra manera- y encargaron al Secretario que convocara el pleno y al concejal de más edad que lo presidiera. Y así se celebró el pleno sin sentido, el pleno rebelde contra el alcalde rebelde, el pleno de la infamia, el pleno contra el alcalde cobarde y vago diletante, según las calificaciones expresadas en el salón de plenos del castillo de los pirulitos. Este pleno rebelde y sin sentido se suma así a la lista de los magníficos plenos celebrados en lo que llevamos de legislatura: pleno de la vergüenza, pleno de la marmota y pleno de la corrala, algunos de ellos celebrados como plenos nocturnos hasta el desfallecimiento o plenos aplazados y en fases. Por supuesto podríamos añadir los plenos de los presupuestos fallidos, los plenos sin inversiones y sin proyectos, los plenos de altos decibelios y palabras mal sonantes, los plenos de las afrentas personales y vacíos de contenido y muchos más. Eso sí, todos se celebraron con las puertas abiertas. Hasta ahora no se hizo ningún pleno cónclave con las puertas cerradas con llave desde fuera, como sí se ensayó con los representantes sindicales en los despachos del alcalde rebelde.

Y es que no se puede estar en tanta rebelión. Verán ustedes, uno cree que a don Jorge Suárez le pilló este pleno rebelde cuando él estaba (junto a su grupo político) tratando de rebelarse contra Luis Villares, el líder de la amalgama de Mareas en la que se integra, de momento, Ferrol en Común. Suárez forma parte del alzamiento rebelde de las primarias, junto con los alcaldes vecinos de La Coruña y Santiago y algunos de los partidos que los sustentan. Estaba preparando esa rebelión cuando, por sorpresa, se le rebelaron los grupos opositores ferrolanos. Perdió las primarias internas (veremos las consecuencias) y salió reprobado del pleno de la plaza de Armas. Aunque esto último, la reprobación por la nula gestión y no hacer frente a los problemas cotidianos del municipio, está de más y al alcalde Suárez le llega tarde. Él se adelantó ya en el mismo momento de tomar en sus manos el bastón de mando y declaró que no llegaba allí para gestionar nada sino que estaba llamado a cotas más altas en la filosofía política contemporánea. Esperamos ansiosos el 2019. 

domingo, 23 de diciembre de 2018

Días de mar

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 23 de diciembre de 2018

El tiempo navegando en alta mar tiene mayor duración que en tierra. Cada día a bordo es eterno, como todo el mundo sabe, incluidos los que nunca estuvieron en alta mar. Las horas en un buque de guerra se llenan con multitud de ocupaciones. Hay un tiempo para el destino, para cumplir con las obligaciones del puesto de cada uno. Y tiempo para la guardia cada vez que toca el turno. Hay tiempo para formarse, estudiar y aprender de las instrucciones de los superiores y los especialistas más cualificados. Tiempo para el adiestramiento colectivo que se ocupa en maniobras, ejercicios, ensayos constantes que garantizarán que toda la tripulación esté siempre preparada para cumplir la misión que se le encomiende. Tiempo también para conocer otras ciudades, otros puertos, otras costumbres sociales. Tiempo para compartir con profesionales de las Marinas aliadas con las que se realizan maniobras. Tiempo para uno mismo, en ratos libres entre una y otra tarea que se aprovecha para leer, conversar con los demás, hacer deporte, ver una película o distraerse con cualquier juego de mesa. Y hay tiempo de oro, escaso e imprescindible, para comunicarse con los suyos, con los que dan sentido a ese gran sacrificio de estar tanto tiempo en mares tan alejados. Los días de mar ocupan todos esos tiempos. Son mucho más que el tiempo que transcurre desde el orto hasta el ocaso, desde el principio hasta el final de cada ejercicio, desde la entrada a la salida de las guardias prima, media o alba. Los días de mar a bordo de un buque de la Armada incluyen la disposición a afrontar las obligaciones diarias con condiciones de mala mar, frío, lluvia o calor; en ellos se puede calibrar el auténtico valor del tiempo, se aprende rápidamente que todo tiene límites y todo es relativo. La mar es enorme, infinita y poderosa. Hace empequeñecer al buque que amarrado a un muelle o dentro de un dique parece indestructible. En esos días en los que la mar se enfurece el buque sufre, se queja, y los marinos se arman de prudencia, respeto y humildad, no sólo por jugarse la vida enfrentándose a situaciones tan adversas, sino porque de verdad se aprende lo fácilmente que se puede perder. Son días que llenarán la memoria de recuerdos y las hojas de servicio de palabras que crearán algo así como el cuaderno de bitácora personal. Se escribirán junto a los destinos en tierra, los cursos de formación, las órdenes de ascenso, las condecoraciones y reconocimientos. Estos días regresan las fragatas, patrulleros y buques de apoyo al Arsenal que los acoge y protege. Llegan repletos de días de mar, días infinitos que no caben en las horas de los relojes ni en las hojas de los calendarios. Bienvenidos.

domingo, 9 de diciembre de 2018

El Ciudadano por la Constitución

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 9 de diciembre de 2018

La Audiencia de La Coruña emitió sentencia de muerte contra los Amantes de la Constitución. Fue el 8 de julio de 1815, a resultas de una denuncia presentada por Fray Nicolás de Castro ante el Inquisidor General contra toda la colección del periódico titulado El Ciudadano por la Constitución, publicado en La Coruña desde septiembre de 1812 hasta mayo de 1814, “con el mayor escándalo de todo el Reino de Galicia y de las provincias a donde llegaban estos partos del infierno”. El periódico había sido creado por los liberales y librepensadores de la asociación Amantes de la Constitución, con la finalidad de defender y poner en práctica los valores de la Pepa, la Constitución aprobada por las Cortes de Cádiz de 1812. Permítanme recordarles el extraordinario papel que el ferrolano José Alonso López jugó tanto en la redacción del texto como en las ponencias y deliberaciones de otros muchos asuntos; igualmente participó en las tertulias liberales coruñesas del Café de la Esperanza, lugar en el que se estableció la asociación y se asentó la sede del periódico. El auto condenatorio dice, entre otras muchas cosas: “Por lo que resulta de esta causa se condena a D. Marcelino Calero y a D. José Connock, capitán de fragata de la Real Armada, como cabezas principales del Club del Café de la Esperanza y promotores del plan revolucionario bajo pretexto de beneficencia, a la pena ordinaria de la horca y la confiscación de sus bienes… Y en las mismas penas y con igual calidad que a los anteriores se condena al presbítero D. Manuel Pardo de Andrade, director del periódico, por lo que contra él resulta de estos autos…” Continúa con múltiples penas de presidio, destierros y multas a todos los defensores del texto constitucional, en muchos casos con la consideración de “horribles demócratas y revolucionarios”. 

Así comenzó nuestra historia constitucional. La primera Constitución, la Pepa de 1812 fue derogada en 1814 por el infame Fernando VII. Le siguieron una carta magna conservadora en 1837, la de Isabel II en 1845, la Gloriosa de 1869, de nuevo otro texto conservador en 1876 y la de la II República en 1931. Un derrotero constitucional nada brillante -si analizamos sus frutos- creado entre los siglos XIX y XX en medio de guerras, alzamientos, dictaduras, dos repúblicas y una buena colección de monarcas con los que se puede aprender más de conductas psicopatológicas que de destreza política. Llegamos a la Constitución de 1978 fruto del diálogo, la razón y el anhelo por dejar atrás la dictadura franquista. España pasó del blanco y negro al color, del aislacionismo a ser una de las 20 democracias plenas del mundo, del terror a la libertad. Y lo hizo en buena hora.

domingo, 2 de diciembre de 2018

Las galerías llegaron a Harvard

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 2 de diciembre de 2018

Encasillar a Rem Koolhaas es imposible. Tratar de incluirlo en un movimiento arquitectónico o una escuela de diseño es perder el tiempo. Un joven arquitecto gran admirador de su obra me lo confirma: “Koolhaas es Koolhaas, un referente, una fuente de conocimiento a la que tienes que consultar sí o sí”. Rem Koolhaas (Róterdam, 1944), recibió el premio Pritzker en 2000. Es arquitecto, urbanista, diseñador, escritor y profesor en la Escuela de Diseño de Harvard. Aunque sus colegas, en las publicaciones técnicas, lo definen de otra manera. Es el gran arquitecto díscolo, provocador, radical y el mayor renovador de la arquitectura de los últimos años; el artista global que ha mirado la arquitectura con desfachatez, rompiendo el equilibrio establecido y poniéndolo todo en duda. El dibujante con mirada libre que ha sido capaz de crear obra en buena parte del mundo: teatros, casas de música, sedes de televisión, embajadas, bibliotecas y viviendas, así como transformar zonas degradadas en distintas ciudades y convertirlas en espacios amigos del hombre.

Los ferrolanos debemos aprender el nombre de este arquitecto holandés y agradecerle que haya engrandecido, aún más, el nombre de nuestra ciudad y su contribución al espíritu ilustrado. Recientemente Rem Koolhaas ha firmado un nuevo libro, Elements of Architecture (Tashem, 2018) en el que se cita como un elemento singular a las galerías ferrolanas, y a Ferrol como la cuna y origen de la doble fachada. La galician gallery ha llegado a Harvard o lo que es lo mismo, a lo más alto de la arquitectura mundial. Este elemento arquitectónico nacido en el Arsenal ferrolano a mediados del siglo XVIII para cerrar los corredores de popa de los navíos, se transfirió a las ciudades y villas cercanas en las que había carpinterías navales. Las galerías forman parte desde entonces de nuestros paisajes urbanos. Son estudiadas, analizadas y mimadas constantemente por nuestros arquitectos, siendo destacable la obra La Galería en Galicia (UDC, 1992) del profesor Fernández Madrid. La define así: “la galería…puente tendido entre el interior y el exterior…espacio que comunica dos mundos, lo doméstico y lo público, lo que ocurre fuera y lo que quiere quedar celosamente en privado; el ver sin ser visto, el estar fuera y dentro a un mismo tiempo”.

Torrente Ballester, Fernández Flórez, los poetas románticos a caballo entre los siglos XIX y XX, los rondallistas que cantaban a las calles llenas de galerías y miradores; también los ebanistas y carpinteros que construyeron las ideas transgresoras de los arquitectos modernistas. Todos están inmortalizados en Harvard, en un texto firmado por Rem Koolhaas. Ojalá Ferrol sepa reconocérselo.

domingo, 25 de noviembre de 2018

Modernidad verde

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 25 de noviembre de 2018

Ferrol tiene más de cincuenta mil vecinos censados. Esto es un hecho objetivo (un dato es un dato, que diría Manquiña) aunque es verdad que los concejales inquilinos de la Casa Consistorial se empeñan en reducir la cifra y hacer que la ciudad descienda en el escalafón. De momento ahí está, en el grupo de esas más de ciento cincuenta ciudades más pobladas de España. Para ellas el Gobierno tiene previstos muchos planes, como no podía ser de otra manera. Uno de los más importantes será el de la restricción del tráfico en los centros urbanos, para 2023, con el objetivo de frenar la contaminación. Las ciudades más grandes, españolas y europeas, ya lo están haciendo. Algunas impiden que los coches más contaminantes circulen uno o varios domingos al mes. O toman medidas cuando hay alertas por contaminación dejando solo que circulen coches con matrículas pares o impares. Hay ciudades que han potenciado el uso de la bicicleta, el tranvía y los microbuses eléctricos o híbridos. Berlín, modelo de ciudad cuidadosa con su entorno, tiene en estudio la gratuidad del transporte público, aunque ya en este momento es barato y extraordinariamente eficiente. Y aquí, en nuestra admirada Villa de Madrid, vemos como se continúan peatonalizando calles o enlenteciendo su tráfico, en zonas tan relevantes como la Gran Vía.

El camino hacia una modernidad verde es imparable. Cada día nos familiarizamos más con los conceptos de sostenibilidad, transición ecológica, economía circular y similares. La lucha contra el ascenso de las temperaturas, el cambio climático y la contaminación -de todo tipo- ha dejado de ser territorio de unos pocos científicos ecologistas. Todos los programas políticos recogen la intención de favorecer cambios y mejoras en esta dirección, salvo los de algunos iluminados negacionistas que, desgraciadamente, presiden los gobiernos de potencias como EEUU o China. 

El caso de Ferrol es paradójico. Le afectarán las medidas restrictivas que impondrá el Gobierno si bien es verdad que no parece que, justo en su centro urbano, padezca un problema de contaminación del aire producido por el tráfico. Las calles trazadas con tanta exactitud en el barrio de La Magdalena, de diez varas castellanas de ancho (8,36 metros), ya fueron pensadas para que el aire circulara libremente y la luz llegara a las casas. Se habían tomado todo tipo de medidas “higienistas”: pavimentos en las calles, eliminación de soportales, prohibición de tener animales en las casas, creación de una alameda, por citar algunas, en aquel momento de gran crecimiento de la población. La historia nos hace un guiño; antes fueron medidas higiénico-sanitarias, ahora lo serán contra la contaminación del aire.

domingo, 18 de noviembre de 2018

Ni está ni se la espera

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 18 de noviembre de 2018

Entre unos y otros han conseguido situar la candidatura de Ferrol de la Ilustración en el lugar al que nunca debió llegar: la confrontación política, las acusaciones entre partidos, las disputas entre administraciones. El gobierno local, que parece que ahora quiere tomar las riendas de la gestión (después de que estuvo dando tumbos durante años en manos de diferentes gestores), acusa a la Xunta de ninguneo, de que no se le hace caso y de que solo se acuerda de las candidaturas de la Ribeira Sacra y de las Islas Atlánticas. Los departamentos correspondientes de la Xunta acusan al gobierno ferrolano de que han hecho mal las cosas, de que la documentación tiene muchos errores y de que todavía no se ve el órgano ni el plan de gestión escritos en el texto. El resto de administraciones implicadas, especialmente las llamadas a formar parte del futuro Consorcio, Fundación, Consejo, Patronato, o lo que proceda, están en compás de espera. En el documento presentado por el actual gobierno –que es poco más que un “collage” de la documentación ya existente, gracias a la diosa fortuna- se recoge una declaración de intenciones a favor de tener en cuenta a la Armada, la Universidad, Academia de Bellas Artes, etc…, como si se dejara caer una invitación a terceros en discordia. Da la sensación de que la empresa consultora que lo redactó dio por superados otros textos (como el presentado en Europa para solicitar los fondos EDUSI) y ya no se considera una amenaza la dependencia de buena parte del patrimonio del Ministerio de Defensa, ni una debilidad que el patrimonio musealizado lo gestione la Armada y no pertenezca a la ciudad. Aquí caben una reflexión y algunas preguntas. ¿Alguien, en su sano juicio, puede imaginar que se incluya en un plan de gestión un bien como la Catedral de Santiago sin tener en cuenta al Arzobispado compostelano? ¿Hay quien pueda creer, si tiene dos dedos de frente, que sería posible trazar el futuro de la Torre de Hércules, un faro en pleno funcionamiento, sin contar con la Autoridad Portuaria? Por la misma regla de tres, ¿es razonable intentar dar los pasos definitivos en la candidatura de Ferrol de la Ilustración, cuyo corazón y razón de ser es el Arsenal ilustrado que fuera asombro del mundo, sin la concurrencia principal de la Armada Española? 

Se anuncia para dentro de unos meses la presentación de un nuevo documento revisado y corregido. Es, probablemente, una buena ocasión para simplificar el actual, eliminar redundancias y algún que otro párrafo inoportuno. Si se busca el beneplácito del Ministerio de Cultura y el reconocimiento de la Unesco será imprescindible superar este contraproducente embrollo de luchas partidistas. Veremos.

domingo, 11 de noviembre de 2018

Proyectos... ¿Qué proyectos?

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 11 de noviembre de 2018

Hace mucho tiempo, una eternidad, presidía el Gobierno de España Mariano Rajoy, aquel pontevedrés nacido en Compostela. Ustedes se acordarán. Era un político curtido en la administración local, primero, y la autonómica, después, hasta que “tropezó” con Manuel Fraga quién lo desterró a Madrid. Su paso por la política nacional tanto en cargos orgánicos del partido conservador como al frente de distintas carteras ministeriales es de sobra conocido y, por algunos, aplaudido. Como aplaudidas –con gran entusiasmo y alegría- fueron las medidas guiadas por los recortes y la austeridad que tomó nada más hacerse con el control del ejecutivo. Una política austericida de manual que en lenguaje rajoniano explicaba así: “Hay que hacer la economía como dios manda”, “No se puede gastar lo que no se tiene” “A mí me gustan los bancos”, y otras similares. Tanto le gustaban, los bancos digo, que pidió a Europa un carro de miles de millones de euros para su rescate, en nombre del Reino de España, que está por ver de qué forma y en cuántos años se devuelven a las arcas públicas. Y todo esto en beneficio de España y los españoles, naturalmente, frase machaconamente repetida por Rajoy hasta convertirla en su eslogan.

Servidor de ustedes estaba convencido de que este enfoque basado en los grandes ajustes macroeconómicos había sido ya superado. Varios países europeos y hasta el Fondo Monetario Internacional habían reconocido que no se podía ralentizar ni devaluar tanto la Economía. Era necesario hacer crecer el consumo y los salarios. Se abría la posibilidad de reactivar las políticas de inversiones, el refuerzo del estado del bienestar, la mejora de los servicios a los ciudadanos. Es paradigmático el caso de Portugal, aunque su peso no sea muy grande en el concierto internacional. Sin embargo, aquí en casa, por los pasillos del palacio municipal y en el salón de los “plenos de corrala” (calificados así por Jorge Suárez), se vuelven a escuchar frases similares a las de Rajoy. El alcalde Suárez quiere pasar a la historia por ser el que más redujo la deuda municipal. En su mandato devolverá a los bancos 11 millones de euros, detrayendo los recursos de las inexistentes inversiones. Lo justifica así: “Amortizar deuda es positivo” “Quién mucho abarca poco aprieta” “Isto vai en beneficio da veciñanza” o, la más graciosa de todas: “Es que no hay tiempo ni proyectos en los que invertir”.

Ferrol, ciudad sin tiempo ni proyecto. Ferrol, sin inversiones ni obras que lo mejoren. Ferrol, que ve como un gobierno rebelde se comporta igual que su antecesor gobierno conservador y aplica sus mismas recetas económicas. Ferrol, que conoce su pasado, sufre su presente y busca su futuro.

domingo, 4 de noviembre de 2018

Progreso

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 4 de noviembre de 2018

El doctor Lores, alcalde de Pontevedra, explicó las virtudes de las ciudades gallegas y sus magníficas condiciones para convertirse en lugares agradables donde vivir. Incluso en Ferrol. El alcalde Lores, que había estado destinado en Lugo como médico de familia, comenzó hablando de la belleza de Lugo. Continuó con Santiago y Ourense, como dejando claro que estas tres ciudades, junto con Pontevedra, eran sus preferidas. Pero fue más allá y se atrevió a diagnosticar el potencial de A Coruña y Vigo, aunque sin gran entusiasmo. Y ya, cuando parecía que daba por finalizado su recorrido, se acordó de la ciudad departamental para exclamar su famosísimo “incluso Ferrol”, remarcando que hasta Ferrol tenía posibilidades. Con estas dos palabras, incluso Ferrol, el alcalde Lores dejó escrito un tratado completo del estado de crisis de la ciudad, de su peor posicionamiento en el grupo de las siete grandes ciudades gallegas, y hasta de su valentía política para afirmar que, con sus conocimientos y experiencia, sería capaz de sacar a la ciudad naval del mal estado en que se encuentra y convertirla en un lugar acogedor y agradable. ¡Qué grande el doctor-alcalde Lores!

Me acordé de esta reflexión del político pontevedrés cuando estaba leyendo un informe publicado recientemente acerca del gran momento histórico en que vivimos. A estas alturas del siglo XXI los grandes indicadores del progreso demuestran que, sin duda de ningún tipo, cualquier tiempo pasado fue peor. Incluso en Ferrol. En 1950 más de la tercera parte de la población mundial padecía miseria extrema; hoy esta tasa ha caído por debajo de la décima parte. Cada vez vivimos más y disfrutamos de mejor salud; ha mejorado considerablemente la alimentación, el uso de vacunas y el control de natalidad. Incluso en Ferrol. La educación es la tercera partida presupuestaria de los países desarrollados; el número de personas capaces de leer y escribir nunca había sido tan alto, incluso en Ferrol. Los incrementos de las libertades individuales y colectivas, la capacidad de participación y decisión de la ciudadanía son los mayores de la historia; hay menos tiranías, dictaduras y poder heredado de origen sagrado que nunca, habiéndose generalizado el sistema democrático como el mejor aceptado por todos. Incluso en Ferrol.

Somos conscientes de que todo va mejor aunque no estemos en el mejor mundo posible. Steven Pinker en su libro En defensa de la Ilustración sostiene que no podemos aceptar el fatalismo, la desigualdad, los autoritarismos, los fanatismos y el rechazo a la ciencia, por mucho que hayamos avanzado en los últimos tres siglos. De ese espíritu de la Ilustración, precisamente en Ferrol, sí competimos por los puestos de cabeza.

domingo, 28 de octubre de 2018

A por la felicidad

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 28 de octubre de 2018

A los gallegos no se nos da bien eso de decirle al mundo que somos felices. O que somos tan felices como los demás. El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) concluye en su último barómetro que Galicia es la comunidad con peor percepción de felicidad del país. Los datos no tienen validez estadística, dicen, pero algo debe haber de cierto porque Galicia es uno de los territorios en que se consumen más ansiolíticos y antidepresivos por habitante. En realidad, a la pregunta número 6 de su encuesta, ¿en qué medida se considera usted una persona feliz o infeliz?, los gallegos contestamos de forma positiva. Entre 18 y 44 años, con un 7,5 sobre 10; entre 45 y 65 años, con un 6,6; y los de más de 65 años con un 7,1. La diferencia con el resto del Estado, nos dicen los técnicos del CIS, está en el tramo de 45 a 65 años, en los que nuestra percepción sobre la felicidad baja mientras que en el resto del país sube. Pues qué le vamos a hacer, que diría un oftalmólogo amigo cuando ve en algún paciente algo con poco remedio, “estamos hechos así”.

El asunto de buscar la felicidad no es nuevo, en absoluto. Es como la búsqueda del tesoro del pirata Soto, de ver una aurora boreal en Galicia, tratar de describir el sonido de una zanfona o atisbar de qué se reía el profeta Daniel. Inexplicable e inalcanzable. Empezando por saber qué es la felicidad. Demócrito decía que la medida del placer y la proporción de la vida. Para Platón eran felices los que poseían bondad y belleza. Aristóteles creía que debían poseerse bienes externos, del cuerpo y del alma. Y así hasta llegar a Voltaire. Me lo imagino ante una taza de café en Le Procope sentenciando: “El ser humano tiene derecho a ser feliz y es misión del gobernante conseguirlo”. Asunto zanjado. La felicidad pasó a ser una cosa política, del bien público, y quedó incorporada a la Declaración de los Derechos del Hombre de 1789 y, posteriormente, a nuestra Constitución de 1812 de las Cortes de Cádiz. ¡Viva la Pepa! La Real Academia de la Lengua se vio obligada a intervenir: “La felicidad es un estado de grata satisfacción espiritual y física”. Satisfacción es la palabra clave. ¿Los gallegos estamos menos satisfechos? Los Informes sobre los índices de satisfacción con la vida de la OCDE de 2016 así lo confirmaron.

Lo que parece una certeza universal es que las personas autoproclamadas más felices viven en ayuntamientos de entre 10.000 y 50.000 habitantes. Que magnífica noticia para los ferrolanos. La corporación municipal actual (también las pretéritas) está haciendo todo lo posible para que Ferrol tenga, a todo filispín, menos de 50.000 habitantes. Seguirá descendiendo el censo de ferrolanos, ¡pero serán todos mucho más felices!

 

domingo, 21 de octubre de 2018

Crónicas de Santos Juliá y Siro López

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 21 de octubre de 2018

Santos Juliá (Ferrol, 1940) acaba de sumar un nuevo premio a su currículum. Su ensayo Transición, publicado en Galaxia, fue calificado como Libro del Año por la Asociación de Libreros de España. El jurado ha explicado que se trata del “relato definitivo de un período histórico trascendental para entender nuestro presente como país”. Y es que el período de transición de la Dictadura a la Democracia del que todo el mundo habla en demasiadas ocasiones “de oídas”, merecía que el rigor científico de un historiador como Santos Juliá lo plasmara en papel. No es una obra más. No es un ensayo más. Es el texto en el que los acontecimientos más relevantes fueron tamizados por el experto ensayista, el riguroso profesor universitario, el escritor que sacrifica cualquier guiño a la estética y la formalidad del lenguaje por la veracidad del dato, del hecho histórico, de la ciencia aplicada a escudriñar nuestra memoria. Santos Juliá ya nos había ofrecido su magisterio en múltiples ocasiones. Su Historias de las dos Españas obtuvieron el Premio Nacional de Historia en 2004. Es el pensador de cabecera para muchos políticos y analistas actuales, entre ellos el presidente Sánchez quien lo cita regularmente en sus entrevistas. Sus crónicas breves en forma de artículos son, a día de hoy, indispensables para mantener un relato sólido de lo que pasa en la política española, una vez liberada de tanta palabrería, tanta impostura, tanta posverdad y tanta mentira, dicho sea en el mejor castellano.

Siro López (Ferrol, 1943) se encuentra en estos momentos exponiendo su visión de la Transición a través de una gran recopilación de sus crónicas periodísticas, publicadas en La Voz de Galicia semanalmente hace algunos años. Las crónicas de Siro están compuestas de finas líneas que perfilaron las caricaturas de los protagonistas: Suárez, el rey Juan Carlos, Felipe González, Carrillo, Fraga, Fernández Miranda, Gutiérrez Mellado, Tarradellas, etc…, acompañadas de unos textos sabios llenos de anécdotas, secretos, conversaciones íntimas que fueron aireadas a los cuatro vientos, reflexiones, y todas impregnadas del humor de Siro, una cosa muy seria y rigurosa como todo el mundo sabe. Fernando Ónega dice en el catálogo de la exposición que este humor de Siro es un disfraz porque en realidad el ferrolano es el psicólogo de cabecera de este país llamado España.

Santos Juliá y Siro López repiten en sus textos y sus conferencias la palabra concordia. Tal vez se debe a que son ferrolanos, nacidos en los años cuarenta y conocedores, como pocos, de los grandes esfuerzos que hizo la sociedad española para dotarse de una Constitución y transitar hacia una democracia plena como la que ahora tenemos.

domingo, 14 de octubre de 2018

El rostro de Galicia

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 14 de octubre de 2018

Fue Ramón Otero Pedrayo quien bautizó como “El rostro de Galicia” a la Carta Geométrica de Domingo Fontán. El nombre -sólo se le podía ocurrir a un genio como el de Otero Pedrayo, conocedor como nadie de este rincón de Occidente- expresa en sí mismo la calidad del mapa de Fontán y lleva implícito el enorme trabajo que supuso su realización en aquella época. Domingo Fontán, matemático, diputado liberal, profesor en la Universidad de Santiago y discípulo del matemático Rodríguez, dedicó veinte años de su vida a recorrer y medir toda Galicia para hacer su mapa, dibujar su rostro. Empleó por primera vez en España el método científico basado en un sistema de triangulación utilizando un teodolito, el cálculo trigonométrico y las anotaciones sistemáticas en decenas de cuadernos de la posición de los montes, ríos, valles, y la situación de los pueblos, villas y ciudades. El resultado de ese ingente trabajo se lo presentó el 1 de diciembre de 1834 a la Reina Gobernadora María Cristina de Borbón para su aprobación. Se mandó imprimir a París, a los talleres de L. Bouffard, ya que por su tamaño no había ninguna imprenta en España que pudiera hacerlo. La Carta Geométrica del Dr. Domingo Fontán es uno de los grandes testimonios que configuran nuestra esencia como gallegos, como el Códice Calixtino, la obra de Rosalía o los dibujos de Castelao. Por eso, entre otras razones, los hombres de Ciencia gallegos le hicieron un reconocimiento, uno más, hace unos días. 

He de confesarles, llegados a este punto, que escribo este artículo con la carta de Fontán sobre la mesa. Entiéndanme bien, una reproducción de las que hace el Instituto Geográfico Nacional y vende por un par de euros. Evidentemente no es una carta original –aunque sí hay algunas en manos de coleccionistas privados- pero sí es suficiente para confirmar una excelente noticia que comparto con ustedes: Ferrol está en su sitio. Ferrol, La Graña, el cabo Prior, los arenales de Doniños y San Jorge, Neda, Mugardos, el río Jubia…Todo estaba en su sitio a principios del siglo XIX y Fontán lo recorrió, midió y anotó junto al resto de los más de 27.000 kilómetros cuadrados de nuestra geografía. La maravillosa costa atlántica que abarcan las comarcas de Ferrol, Eume y Ortegal forman parte del rostro de Galicia. Ahora lo confirmamos con los satélites gracias al sistema GPS y lo vemos a través de aplicaciones de mapas en nuestros dispositivos móviles. Particularmente me quedo tranquilo y les prometo que no haré caso de aquellos que aseguran que Ferrol no existe, que nadie mira por Ferrol, que Ferrol no está en el mapa, que sólo cuentan La Coruña y Madrid, que todo se lo llevan para Cádiz, que Santiago nos ningunea...Me fío más de Fontán.

domingo, 7 de octubre de 2018

Ni cobra, ni paga, ni invierte

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 7 de octubre de 2018

Si viviésemos en un municipio más optimista, más proactivo y más participativo de la vida pública, la noticia supondría un escándalo. El consistorio deja de ingresar, cada año y todos los años, cientos de miles de euros correspondientes a los impuestos y tasas oficiales. En lo que llevamos de siglo, desde 1999, cerca de treinta millones de euros se han quedado en el limbo de la contabilidad. Así se publicó en las páginas de este periódico hace unos días, con toda profusión de detalles y cifras. 

Hagamos memoria. En este siglo XXI fueron alcaldes de Ferrol: Xaime Bello (BNG), Juan Juncal (PP), Vicente Irisarri (PSOE), Rey Varela (PP) y el actual Jorge Suárez (FeC, con procedencia ideológica de IU-Partido Comunista-CC.OO). Es decir, la ciudad otorgó el bastón de mando a alcaldes de todos los partidos políticos. Hubo alcaldes que gobernaron con mayoría absoluta y otros con una exigua minoría. Corporaciones del mismo color político que presidía la Diputación, Xunta de Galicia y Gobierno de España, y otros de distinto signo político. Hubo alcaldes con formación en Ciencias Sociales, en Derecho, Ingeniería y hasta funcionarios. Los hubo nacidos y criados en Ferrol y otros llegados de otros lugares de Galicia, particularmente de Vigo. Muchas diferencias entre ellos pero un gran denominador común: con todos la administración municipal cobró mal, pagó peor e invirtió poco. La lista de impuestos mal gestionados, con déficit de recaudación sobre lo previsto, es muy larga: bienes inmuebles, actividades económicas, rodaje de vehículos, agua, multas de tráfico, obras y construcciones, IBI especial y hasta el canon de Emafesa. Y esto sucede en un Ayuntamiento que cuenta con una plantilla de funcionarios cualificada y suficientes medios técnicos e informáticos.

La legislación es clara al respecto y, además, Ferrol cuenta en su nómina con las figuras de habilitados nacionales y asesores jurídicos expertos en la materia. Las administraciones locales han de regirse por los principios de eficiencia, estabilidad y sostenibilidad financiera. A nadie se le escapa que para cumplir con esos mandatos y poder hacer frente a las competencias municipales, lo primero es ingresar lo que le corresponde. Cobrar bien para poder pagar en plazo y dedicar los recursos presupuestados a las inversiones que tanto necesita la ciudad. En protección social, urbanismo, medio ambiente, vivienda, abastecimiento de agua, recogida de residuos sólidos, patrimonio histórico, policía local, bomberos, tráfico y transporte colectivo, promoción turística, cultura, mercados, cementerios, deporte y tiempo libre, infraestructura viaria, etc. 

Se llama gestión municipal eficaz.

domingo, 30 de septiembre de 2018

Esplendor modernista

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 30 de septiembre de 2018

Las Ciencias Sociales nos enseñan que una época determinada solo puede entenderse desde una perspectiva multidisciplinar. Nada se explica en función de una única causa por muy importante que parezca. Los análisis económicos, antropológicos, filosóficos, sociológicos y psicológicos, entre otros, aportan su visión parcial a los historiadores, encargados de redondear la descripción completa de nuestro pasado. Tomemos, como ejemplo, el primer tercio del siglo XX en nuestra ciudad departamental. Ferrol, como todo el Estado, se esforzaba por sacudirse el pesimismo decimonónico derivado de la pérdida de los territorios de ultramar. Muchas familias retornaban de Cuba, algunas con ánimo de emprender negocios e invertir los ahorros acaudalados. Los astilleros y arsenales estaban llenos de trabajadores, marinos y barcos, consecuencia del Plan Ferrándiz. Se había creado la Sociedad Española de Construcción Naval, llamada coloquialmente La Constructora, encargada de dotar a la Armada de nuevos acorazados, destructores y cañoneros. En el accionariado de La Constructora intervenían el marqués de Comillas y el conde de Zubiría, pero mayoritariamente era capital inglés a través de las empresas John Brown & Company y Vickers-Armstrong. Este hecho influyó decisivamente en la llegada a la ciudad de muchos técnicos, maestros y operarios ingleses con sus familias. Se crearon el Salón New England y la Escuela Inglesa, se potenciaron el fútbol y los scouts, y se adoptaron costumbres y usos sociales que fueron recogidos, más tarde, en el lenguaje. Ferrol ya contaba con un magnífico Ateneo, sociedades filarmónicas y musicales, teatros y cafés. Era, además, una ciudad volcada con la educación, con múltiples academias y la Escuela de Artes y Oficios, la primera constituida en Galicia. En ella, entre otros artistas, cursó estudios un muchacho llamado Rodolfo Ucha Piñeiro en el año 1895-96, obteniendo gran aprovechamiento especialmente en el dibujo: lineal, de adorno, topográfico, de figuras, de paisaje, copiado del yeso, colorido y pintura decorativa. Unos años después Rodolfo Ucha se fue a estudiar Arquitectura a Madrid, de donde regresó para concursar a la plaza de arquitecto municipal, en 1909. La ciudad vivía una época de crecimiento. El optimismo y la buena situación de la Marina y la Constructora Naval propiciaron la implantación de nuevos comercios, hoteles y cafés. El escenario era el adecuado para que la descarada corriente Modernista (Art Nouveau), de moda en toda Europa, se dibujase con los lápices de Rodolfo Ucha. El genial arquitecto pudo desarrollar su creatividad y la ciudad se embelleció gracias a sus fachadas transgresoras, atrevidas, modernas. Fue su belle époque.



domingo, 23 de septiembre de 2018

El aviador visionario

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 23 de septiembre de 2018

Ni futurólogos, magos, adivinos, echadores de cartas, pitonisas o espías del CNI. Ni los mejores espiritistas, chamanes, astrólogos o expertos tarotistas. No hay comparación posible. Para ser un genio capaz de predecir el futuro hay que reunir dos condiciones: 1) haber nacido en Ferrol, y 2) ser piloto de aviación. ¿Lo ponen en duda? La hemeroteca de la Biblioteca Nacional lo confirma. Nos presenta documentos fehacientes -reportajes periodísticos realizados en 1932- en los que se recogían las respuestas de ilustres personajes de la época, científicos, políticos, escritores, militares, toreros, artistas y gentes así a la siguiente pregunta: ¿Cómo podemos imaginar el año 2000? Pongámonos en situación. Cada interrogado tenía que predecir cómo sería su profesión, cómo se desarrollaría la ciencia que practicaba o el arte que creaba 70 años más adelante. Es como si ahora tuviésemos que imaginarnos como sería nuestra vida en la España del 2100…¡y no nos atrevemos a aventurar siquiera si el convenio del Sánchez Aguilera se firmará algún día, si seremos capaces de domar los adoquines, o si el triste camino de la candidatura a patrimonio mundial tendrá éxito o no!

Pues ante semejante reto consiguió un acierto pleno el aviador ferrolano Francisco Iglesias Brage. El capitán Iglesias Brage no fue capaz de ver que su proyecto de explorar el Amazonas peruano se vería frustrado, pocos años más tarde, por culpa de un alzamiento golpista y la guerra civil. Sin embargo intuyó que los vuelos España-América que tardaban 35 horas se podrían hacer en 6 ó 7, porque los aviones alcanzarían velocidades de 1.500 kilómetros por hora. Y predijo que para fin de siglo se dispondría de una especie de mapa fotográfico del mundo, porque la “fotometría aérea habrá hecho verdaderas maravillas”. Y que habría serias ambiciones de las personas por salirse del planeta y viajar por el espacio. Y todo eso se cumplió, para que vean ustedes que lo de ser piloto ferrolano tenía su plus de visionario.

No tuvo tanto acierto el conde de Romanones que predijo que en el año 2000 no habría monarquías. O el torero Belmonte afirmando que las leyes agrarias acabarían con las corridas de toros. El doctor Gregorio Marañón estaba seguro de que no se moriría nadie por enfermedades infecciosas y sólo habría enfermos del sistema nervioso, el corazón y las arterias. Eduardo Zamacois estaba convencido de que a finales de siglo no se podría producir una vergüenza semejante al rechazo de la RAE a Emilia Pardo Bazán por su condición de mujer. Por su parte, Ramón del Valle-Inclán contestaba: “Si yo supiera como va a ser la literatura del año 2000 ya la estaría haciendo”. Y es que donde hay genio, hay genio.

domingo, 16 de septiembre de 2018

El palacio cumple 65 años

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 16 de septiembre de 2018

Fue el 15 de septiembre de 1953, hace ahora 65 años. El dictador Francisco Franco, tan de actualidad estos días, vino a Ferrol a inaugurar en una misma tarde el Sanatorio de Catabois, la flamante plaza de España y el Palacio Municipal. Las crónicas del día ya se las imaginan. El pueblo y las calles por las que pasaría la comitiva estaban limpísimas; al Generalísimo no dejaban de vitorearle las miles de personas que le recibieron en tan señalada jornada; allí estaban todas las autoridades militares, eclesiásticas, mandos de la Falange, gobernadores civiles, los alcaldes de las ciudades gallegas más importantes, etc… Este apartado, el del listado de autoridades que se había asomado por allí, es el que llena las páginas de los periódicos del día, junto al discurso que Franco se vio “obligado a improvisar” desde el balcón de la plaza de Armas para dar contento a tantas muestras de cariño. En realidad el tiro salió por la culata, como diría un castizo, y Franco soltó una filípica de mucho cuidado calificando a los ferrolanos de unos tipos con poca iniciativa que lo fían todo a los dictámenes de Madrid. Pero bueno, dejemos eso para otra ocasión y volvamos a nuestro Palacio, que en Ferrol estamos escasos de arquitectura palaciega.

El edificio fue diseñado por los arquitectos Nemesio López Rodríguez y Vicente García Lastra. Es de estilo Neoclásico, aquel que se impuso como reacción al Barroco desde mediados del siglo XVIII hasta el último tercio del siglo XIX. Tal vez -y sólo tal vez- los arquitectos quisieron hacer un guiño al resurgimiento de Ferrol en esa etapa, con la construcción de sus astilleros y arsenales, el barrio de la Magdalena y el crecimiento extraordinario en todos los órdenes que tuvo la ciudad. El neoclasicismo fue además el movimiento inspirador de una parte de la mejor arquitectura civil española, con edificios tan representativos como el Museo del Prado (pronto cumplirá 200 años) y el Real Observatorio Astronómico de Madrid, creados por Juan de Villanueva. En esas obras y en nuestro Palacio Municipal -salvando las distancias- se observa un claro predominio de lo arquitectónico sobre lo decorativo, el empleo de columnas, frontones y cúpulas, la apariencia solemne y severa, la simplicidad de líneas y la armonía de sus volúmenes. El Ayuntamiento ferrolano posee todas esas características y una adicional: fue construido para la función que desempeña, la sede de la Casa Consistorial.

El Palacio Municipal ha hecho su función en estos 65 años. Habrá quien lo considere digno de presidir la plaza de Armas y transformarla así en plaza Mayor. También quien lo tacha de intruso, de ser el okupa culpable de romper la armonía de la Magdalena. Ustedes dirán.

domingo, 9 de septiembre de 2018

La hora de las personas

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 9 de septiembre de 2018

El cambio horario que nos produjo auténticos quebraderos de cabeza a los españoles fue el publicado en el BOE del 8 de marzo de 1940. España, como otros países europeos, cambió su hora a la de Europa Central para acompasarla con la de Alemania. Había estallado la Segunda Guerra Mundial y por razones puramente logísticas y de modo totalmente provisional, nuestro país abandonó su huso horario (GMT+0, horario de Greenwich: Inglaterra, Irlanda, Portugal y nuestras islas Canarias) adelantando el reloj una hora. En el texto del decreto se insistía en que se trataba de un cambio transitorio y que “oportunamente se señalará la fecha en que haya de restablecerse la hora normal” (sic). La hora normal, la nuestra, la que nos corresponde por arco de meridiano, no la volvimos a recuperar, como es obvio. Seguimos instalados en la hora de Europa Central cuando deberíamos, normalmente, volver a nuestra hora de Europa Occidental.

Antes de esta arbitrariedad, ya desde principios de siglo, se habían producido en nuestro país cambios en los horarios verano-invierno. El primero de ellos en 1918, por escasez de carbón y necesidad de ahorrar energía. Los años siguientes se produjeron cambios horarios, incluyendo los gobiernos de las repúblicas e incluso durante la Guerra Civil. Pero siempre se volvía al horario normal, legal, oficial, que era el fijado por el meridiano de Greenwich. Así se había hecho desde 1901, fecha de su adopción original, consecuencia de los acuerdos producidos a mediados del siglo XIX en la Conferencia Internacional del Meridiano.

En 1974, con la crisis del petróleo, comenzaron a regularse los cambios verano-invierno de manera sincronizada en toda la Unión Europea. La historia reciente es conocida: todos los años se produce el adelanto de una hora para el verano (GMT + 2) y el retraso en octubre para el invierno (GMT + 1). Los resultados de estos cambios se pueden resumir en: 1) el ahorro económico y energético es prácticamente despreciable, y 2) se producen más trastornos de salud, en los hábitos de vida, problemas de concentración, insomnio, absentismo laboral, rendimiento escolar, menor productividad en el trabajo y un larguísimo etcétera. Por eso los ciudadanos europeos se han posicionado mayoritariamente -más de un 80%- en contra de seguir cambiando los relojes dos veces al año. Algunos parlamentos nacionales, entre ellos el español, tendrán que decidir cual será su hora oficial. Es el momento de pensar en el bienestar de las personas, en la racionalización de los horarios alrededor del día, de acompasar nuestras costumbres con la luz del Sol. De recuperar nuestro huso horario con Inglaterra, Portugal y Canarias, el de un país del occidente de Europa.

domingo, 2 de septiembre de 2018

El Pasatiempo de Betanzos

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 2 de septiembre de 2018

Todos los ferrolanos de pura cepa, los de toda la vida y los que ya dejaron el bachillerato hace unas décadas, visitamos alguna vez el parque de El Pasatiempo de Betanzos. Y miles de veces la ciudad de Betanzos, la ciudad antigua (a punto de cumplir 800 años), noble, acogedora y culta. Porque a Betanzos de los Caballeros se le tiene un cariño especial y un enorme respeto tal vez consecuencia de que los señoríos de Ferrol, Pontedeume y Vilalba, dependían de su jurisdicción. Era la época en la que Betanzos jugaba un papel destacado en el Reino de Galicia, hasta el punto de ser una de sus siete capitales y ser designada para albergar el Archivo del Antiguo Reino, edificio que sigue en pie pero que nunca llegó a ver los legajos dentro de sus paredes. 

A Betanzos se iba a las ferias, a tomar los vinos y a comer la tortilla de patatas. La mejor del mundo. A Betanzos se iba a las fiestas, a ver cómo ascendía el globo y a la romería de los Caneiros. Y se iba también a pasear por El Pasatiempo. El Pasatiempo es un lugar especial. Diferente al parque Güell diseñado por Gaudí o al de la Quinta da Regaleira de Sintra, aunque ambos fuesen fruto del ingenio de librepensadores. El Pasatiempo, obra de los hermanos García Naveira, es un parque instructivo, enciclopédico, en el que Juan y Jesús quisieron reflejar todos los conocimientos que habían adquirido en sus viajes. Una enciclopedia en la que se podían ver las estatuas de los emperadores romanos o los grandes escritores; y las pirámides, la muralla china y el canal de Panamá. Allí estaban grandes adelantos tecnológicos como un buzo con su escafandra, un zepelín surcando los aires o una máquina de tren. Y el mural de los relojes, con todas las horas del mundo. Y estanques, fuentes, laberintos, la casa de los espejos, grutas y cuevas. Allí se podían ver especies de árboles de otros países, y apreciar todas las colonias españolas hijas de la República. Y Argentina, su querida Argentina.

Los hermanos García Naveira, indianos, masones, católicos y republicanos, fueron los grandes benefactores de Betanzos a comienzos del siglo XX. Inauguraron El Pasatiempo en 1914 y lo disfrutaron hasta 1933, año en que murió Juan y comenzó el declive del parque. Ahora, después de muchos años de abandono y saqueos, un grupo de betanceiros crearon la Asociación de Amigos del Pasatiempo. Editan un blog, una revista, libros, organizan conferencias y hasta han celebrado una romería indiana. Comenzaron los trámites para que El Pasatiempo sea Bien de Interés Cultural. Lo van a conseguir y los ferrolanos, empezando por el que esto escribe, se lo agradeceremos tanto como sus antepasados lo hicieron en su día a los hermanos García Naveira.

domingo, 26 de agosto de 2018

La iguana ferrolana

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 26 de agosto de 2018

Se llamaba serpiente de verano a aquella noticia intrascendente, de relleno, casi un chascarrillo, propia de aquellos meses estivales en los que no pasaba nada. Las redes sociales están llenas de serpientes de verano en todas las estaciones del año. También de noticias repetitivas, falsas, de cotilleo y así. Hasta que empiece el curso político y la liga de fútbol, que entonces la cosa cambia. Aunque en Ferrol, sitio distinto, la ciudad del abrazo perdido, dónde se acaba el mar o dónde Europa comienza, según el poeta que le cante, a la serpiente de verano le salió una competidora: la iguana ferrolana. Una iguana de cerca de dos metros que se escapó de su terrario y se precipitó a la calle desde el segundo piso en el que vive. A dónde querría ir, ¿a la playa para mascotas? Nada, en Ferrol no hay. ¿A estirar las patas un rato? Muy ingenua la iguana, no sabe que el adoquinado ferrolano es, a su altura, peor que pasar una pista militar o un campo de fochancas sin fondo. ¿A una fiesta indiana, por aquello de que sus orígenes son latinoamericanos? En Ferrol no la iba a encontrar. Las fiestas indianas las celebran en Ares, Fene, Cedeira y ahora Betanzos, en una preciosa romería en su Pasatiempo. Definitivamente, la iguana ferrolana tenía un despiste extraordinario; menos mal que la policía, alertada de su presencia, la retuvo en el cuartel de San Juan hasta que apareció su dueño.

El mismo despiste lo tuvieron, en este verano caluroso, varios políticos departamentales. Al concejal Basterrechea le costó un disgusto que se filtrara el cartel y el programa de las fiestas de verano. Los críticos festivaleros están poniendo de vuelta y media el cartel, que no gusta, y las fiestas, que no tienen orquesta. ¡Menudo panorama! Al alcalde Suárez, en sus días de descanso, le filtraron la no-noticia de que no se iban a convocar las oposiciones municipales. El primer edil no tuvo más remedio que dar una rueda de prensa para desmentir el desmentido, y de paso anunciar la retahíla de asuntos pendientes que lleva tres años anunciando: obras en el mercado de Caranza, pasarela de Santa Marina, reforma de la plaza de Armas, etc, etc… Aunque su auténtica serpiente/iguana veraniega la está teniendo el señor Suárez con la tumba que la familia Franco tiene en Catabois. ¡Menudo lío tiene en su fuero interno el alcalde-presidente!

En fin. Que este verano preelectoral pasará a la historia porque en él aparecieron la tumba de la familia del dictador y una iguana grande, mucho más grande que un lagarto y más pequeña que un dragón. Por lo demás, me pregunto a 30 grados a la sombra, cuáles serán las razones para tener como mascota a una iguana vegetariana, indiana y ferrolana…

domingo, 19 de agosto de 2018

Todo el saber del mundo

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 19 de agosto de 2018

El navegante cartagenero Pérez-Reverte retrató como nadie el espíritu de la Ilustración en su novela Hombres buenos (Alfaguara, 2015). Pérez-Reverte, reportero, periodista, escritor y académico, armó allí una trama para describir el clima de agitación intelectual y moral del Siglo de las Luces. La Real Academia Española le hizo el encargo a dos de sus miembros, el bibliotecario Hermógenes Molina y el almirante Pedro Zárate, de viajar al París de finales del siglo XVIII y comprar la enciclopedia editada por D’Alembert y Diderot, prohibida en España. La Enciclopedia ilustrada, fruto del trabajo de filósofos, científicos, artistas, políticos y literatos, orientados por las luces de la razón, estaba destinada a arrinconar las viejas ideas absolutistas; contenía todo el saber del mundo, los conocimientos más avanzados, las nuevas ideas que permitirían conseguir la felicidad de las gentes. Eran, por supuesto, los años de las tertulias en los cafés, del despegue académico, de las agitaciones políticas y sociales. Eran años en los que también se fortalecían los Estados, sus estructuras administrativas, sus ejércitos. Arturo Pérez-Reverte lo lee bien en la huella de su Cartagena natal, y también lo vemos reflejado en los departamentos de Ferrol, Cádiz y el extraordinario desarrollo del Madrid dieciochesco.

Ferrol, -del que Pérez-Reverte lamenta que no le dé más importancia a su heroica defensa ante el ataque inglés en la batalla de Brión-, comenzó a atesorar, en esos mismos años, todo el saber que llegaba a la ciudad. Lo conserva en la Biblioteca Naval, una de esas bibliotecas que bien pudieran encajar en la definición borgiana del paraíso. Muebles de maderas nobles procedentes de antiguos buques, instrumentos navales, metopas y cuadros que decoran los escasos espacios en las paredes que dejan libres los enormes armarios libreros. El de las enciclopedias: Gran Enciclopedia Rialp; Gran Larousse Universal; Encyclopaedia Británnica; Encyclopedie Methòdique. El armario de los diccionarios de idiomas. El que contiene los libros de leyes, usos y costumbres de los pueblos. El armario librero de los atlas y tomos de geografía. El de los libros de viajes y expediciones. Y el extraordinario armario que contiene los libros de astronomía y las ciencias de navegación. 

Tal vez, en algún momento, en los estantes de esta biblioteca estuvieron los tomos de la Enciclopedia de D’Alembert y Diderot, al servicio de los ingenieros, maestros, marinos y amantes de la filosofía, las ciencias y las artes. En cualquier caso, la pátina que a sus paredes impregnaron con todo el saber del mundo los filósofos e ingenieros progresistas de la Ilustración permanece allí, cientos de años después.

domingo, 12 de agosto de 2018

El bando del alcalde Juan Flórez

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 12 de agosto de 2018

El ferrolano Juan Flórez, alcalde de La Coruña, escribió uno de sus bandos municipales en julio de 1854. Hace 164 años que este político liberal, teniente de navío de la Armada e hijo de otro ferrolano marino de guerra, consideró oportuno llamar la atención sobre los “excesos de los muchachos que cometían múltiples desmanes”. Juan Flórez había vivido su infancia y juventud en Ferrol, donde cursó estudios en la Escuela de Guardiamarinas. Después de pasar varios años en la Marina ocupó diferentes destinos en organismos públicos con sede en La Coruña. Allí tomó la decisión de dedicarse plenamente a la política. Fue alcalde herculino en un par de ocasiones y después diputado en las Cortes madrileñas. Las crónicas hablan muy bien del legado de Juan Flórez y la ciudad le dedicó una de sus calles principales. El alcalde Flórez luchó contra el hambre y la pobreza, reforzó las ayudas a la beneficencia, potenció las obras públicas en las que se contrataba a los vecinos desfavorecidos para que obtuvieran un salario y mejoró considerablemente los hospitales, el acceso al agua y la educación. No debemos olvidar lo que suponía ser liberal en el siglo XIX: progreso, respeto a la Constitución vigente, apoyo a los avances científicos, políticas de igualdad, etc…Pero también suponía una apuesta decidida por los valores de la convivencia, el civismo y la condición de ciudadanos de pleno derecho. Por eso Juan Flórez, ante las justas quejas de los vecinos, decidió poner freno a las batallas con piedras, carreras desmedidas e insultos a los mayores, y en un bando delicioso dejó claro que se prohibían estas malas prácticas, siendo “corregidas todas estas faltas gubernativamente con multas a los padres…que impondré sin contemplación ninguna”. En caso de insolvencia de los padres, “los hijos serán detenidos en la Casa Consistorial por el tiempo proporcional a la multa, para que les sirva de corrección”. Vamos, como diríamos en Ferrol, pasarían un buen tiempo en el cagarrón, que así se llamaban las celdas municipales. 

Transcurrieron 164 años de aquel bando. Los periódicos recogen estos días actos vandálicos graves ejecutados por los muchachos de hoy. Pintadas a monumentos como el de Pablo Iglesias o el marqués de la Ensenada; grafitis en la catedral de Santiago; destrozos en jardines de todas las ciudades gallegas después de celebrar sus botellones semanales; roturas del mobiliario urbano y de los centros deportivos, mercados de abastos, vagones del ferrocarril, etc... Juan Flórez, el marino ferrolano alcalde de La Coruña, intentaría frenar todos estos desmanes “que sólo pueden proceder del abandono de los padres en la vigilancia y educación de los hijos”. 

domingo, 5 de agosto de 2018

Filántropos

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 5 de agosto de 2018

Se está celebrando en Londres y París el aniversario del nacimiento de Sir Richard Wallace, viejo conocido ferrolano -dicho sea de paso-. Richard Wallace nació en julio de 1818 en Londres. Fue llevado a la edad de 6 años a París por su madre Agnes Jackson, donde lo dejó al cuidado de una niñera. Heredero de una importante fortuna, Wallace dedicó buena parte de su vida a coleccionar obras de arte. En el Wallace Museum se conserva una importantísima muestra de pinturas, muebles, joyas, porcelanas, armas y toda clase de artes decorativas. Pero además, en su etapa parisina, el refinado Wallace dedicó una buena parte de sus dineros a hacer obras en beneficio de la comunidad. Su inclinación por ayudar desinteresadamente a los demás le llevó a financiar un hospital y comprar grandes lotes de víveres para repartir entre los vecinos. Y contribuyó, decisivamente, a dotar de agua limpia, potable y gratuita a toda la población parisina, gracias a las conocidas como fuentes wallace. Se conservan en la Ciudad de la Luz unas 120 fuentes wallace, en sus diferentes tipologías. El escultor Charles Auguste Lebourg había recibido el encargo del filántropo Wallace para diseñar y construir fuentes de hierro fundido, duraderas, reconocibles, eficaces, capaces de suministrar agua sin contratiempos ni averías y, además, que tuviesen importante valor estético y ornamental. Se construyeron fuentes adosadas a paredes, otras de tipo columna y, las más llamativas, las grandes fuentes cuyo cuerpo central son cuatro figuras femeninas. ¿Saben de cual les hablo? Efectivamente, del modelo de la fuente wallace de nuestro parque municipal. Un conjunto escultórico que según algunas interpretaciones se basa en la representación femenina de la sobriedad, bondad, caridad y simplicidad. Otros autores ven allí las cuatro estaciones: primavera, verano, otoño e invierno. Y hay quien eleva el simbolismo hasta las cuatro virtudes cardinales descritas por Platón: justicia, prudencia, fortaleza y templanza. Probablemente el gran protagonista de esta crónica, Don Juan Romero Rodríguez, era poseedor de todas estas virtudes. Juan Romero, industrial del comercio, fue el benefactor que compró la fuente wallace en la Exposición Universal de París de 1889 y la donó al pueblo ferrolano. Primero se instaló en el mercado de abastos, después en la plaza del marqués de San Saturnino y, por último (aunque esto no se pueda dar por definitivo), como un adorno rodeado por una pileta de agua, en el parque municipal. Ferrol se suma así a la nómina de ciudades que atesoran una fuente wallace, en la que bien podría recordarse con una placa el noble gesto del señor Romero Rodríguez, comerciante y filántropo.

domingo, 29 de julio de 2018

Partidos políticos a tutiplén

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 29 de julio de 2018

Estoy tan seguro, pero seguro seguro, de que ustedes no se acercarían ni remotamente al número de partidos políticos registrados (legales) en nuestro país, que estaría dispuesto a invitarles a todos a unos guarisnais con tapa incluida. Vamos, que ustedes no atisbarían la cifra ni quien esto escribe tampoco, ni por asomo. Y tuve que leerla y comprobarla en la web del Ministerio del Interior para darle crédito. Porque ¿cuántos partidos políticos dirían ustedes que hay en nuestro país? ¿50, 100, 300, 1.000, 1.400…? Pues estamos lejos. La última cifra publicada, en agosto del pasado año, es que en España existen ¡4.772 partidos políticos! Han leído bien, ¡cuatro mil setecientos setenta y dos! Qué despropósito y qué disparate, pensarán muchos de ustedes. Pues no lo hagan, porque seguramente en pocos meses se registrarán unos pocos más. Al parecer, cuando se avecinan elecciones municipales (o europeas) surgen partidos políticos como las setas, aunque es verdad que la inmensa mayoría ni siquiera llegan a presentar candidaturas. Así ocurrió en los comicios municipales de 2011 y 2015, y se espera que vuelva a suceder con los de 2019. En promedio a las contiendas electorales se presentan entre 50 y 60 candidaturas, lo que no está nada mal. Si hiciésemos un segundo acertijo o mejor, un pequeño ejercicio con papel y lápiz, ¿cuántos partidos políticos seríamos capaces de escribir? Tal vez una lista de entre 6 y 10, y ya parecen más que suficientes, estarán pensando. Yo, también.

En nuestra ciudad departamental ya estamos haciendo los deberes. Nada de llegar tarde ni dejar las cosas para última hora. Aquí se están creando partidos políticos a tutiplén, antes de coger vacaciones y desconectar del embrollo partidario. Ferrol no espera al otoño para meterse en campaña electoral y, últimamente, comienza a dar señales evidentes de confrontación política, tal vez para ayudar a que España alcance los 5.000 partidos políticos registrados. A la nómina habitual se han sumado las listas de Jubilados por Ferrol, Sentimiento Ferrolano, Xuntos Actúa y Marea de Ferrol. Cuatro nuevas formaciones políticas, si bien es verdad que alguna nace de la no-confluencia en la llamada “izquierda rupturista”, espacio político en el que intentan convivir Podemos, inscritos de Podemos, En Marea, Ferrol en Común, Izquierda Unida, Anova y algunos más. Por el flanco derecho tampoco están los ánimos muy tranquilos y nadie sabe si entre los afiliados virtuales que le desaparecieron al Partido Popular (¿cuántos serán verdad de los 870.000 que ya sabemos que nunca existieron?) surgirán nuevas escisiones del tipo Ciudadanos o Vox, aparecidas en los últimos años. Estemos atentos a tanta novedad partidista.

jueves, 26 de julio de 2018

Un embajador educado y disciplinado

Gentes de trato
Publicado en La Voz de Galicia, sección Deportes, el 10 de julio de 2018

Poco antes de abrir su primera tienda en España, en el Paseo de Gracia de Barcelona, le preguntaron a Tadashi Yanai, propietario de Uniqlo, acerca de las características de su ropa y su aportación al mercado español. Naturalmente esta no era una pregunta neutra: Uniqlo pisaba, por primera vez, territorio de Inditex en uno de los países donde, además, ya estaban instalados desde hacía tiempo otros de sus principales competidores como H&M. Tadashi Yanai definió con naturalidad nipona el posicionamiento de Uniqlo: diseña, fabrica y vende ropa educada y disciplinada, con estándares de calidad altos. Una propuesta de trasladar “lo japonés” al sector textil, dirigida a los segmentos de mercado susceptibles de convertirse en compradores de una ropa diseñada específicamente para su marca, de alta calidad en su manufactura, materiales refinados y competitiva en precio. Valores, todos ellos, que pivotan alrededor de su ropa única (unique clothing), concepto del que derivó su marca Uniqlo -en lugar de Uniclo, al parecer por un error en el registro que no quisieron subsanar-. 

Hace unos días conocimos la cifra del acuerdo de Roger Federer como “embajador” de Uniqlo. Treinta millones de dólares anuales, por diez años…¿es mucho o poco? Los gallegos tenemos la respuesta -siempre la tenemos-: depende. Si sólo nos fijásemos en la cantidad comprobamos que es sensiblemente inferior a la pagada a deportistas como LeBron James, Michael Jordan o Usain Bolt. Y es muy superior a la que Federer estaba percibiendo de su anterior patrocinador, Nike. Pero, en este caso, permítanme la frivolidad, la cantidad de dólares dibujada en el cheque es una cuestión casi menor.

Uniqlo, a diferencia de otros grandes operadores del textil, tiene una clara apuesta en su mix de marketing para los próximos años. Busca una expansión potente en EEUU y Europa, tiene que reforzar el relato de su marca y sí quiere potenciar su diseño propio, algo así como una ropa informal y elegante. Coincido con otros analistas en el juicio de que, para desarrollar esa estrategia, Roger Federer es una apuesta ganadora. Para muchos el mejor tenista de la historia, deportista ejemplar, educado, tenaz, comprometido y disciplinado. Federer fue elegido en 2011 el segundo ser humano más confiable y respetado del mundo, sólo superado por Nelson Mandela. Un joven europeo que comparte valores japoneses, universales, como le ha reconocido Unicef. Un profesional que creó su propia fundación dedicada a financiar proyectos humanitarios, como también hace Tadashi Yanai con Uniqlo. Un tipo elegante dentro de una cancha de tenis y fuera de ella. Por eso el acuerdo es de larga duración. Y por eso Uniqlo acertó con este patrocinio. Definitivamente.

domingo, 22 de julio de 2018

Librados a su suerte

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 22 de julio de 2018

En el año 2013 el grupo de trabajo sobre desapariciones forzadas de la Organización de Naciones Unidas emitió un informe sobre como el Estado español había tratado los casos de la Guerra Civil y la Dictadura franquista. El diagnóstico fue demoledor. Frases como: “El Estado está lejos de las víctimas” o “El Estado ha dejado a los descendientes librados a su propia suerte” expresan con claridad el resultado de los meses de investigación que, sobre el terreno, los técnicos comisionados desarrollaron en nuestro país. En el mismo informe y, siguiendo pautas internacionales de cómo históricamente se trataron situaciones similares, se hacían una serie de recomendaciones y se instaba al gabinete de Mariano Rajoy a su puesta en práctica. Finalizado el año 2017 ya sabíamos el resultado. El señor Rajoy no sólo no había avanzado nada en esta materia sino que, además, alardeaba constantemente de que mientras fuese presidente no dedicaría ni un solo euro a nada que tuviese que ver con la memoria histórica. A día de hoy, con un nuevo Ejecutivo presidido por Pedro Sánchez, comienzan a tomarse las primeras medidas contempladas por la ONU. Algunas de las recogidas en el dossier citado -y que parece que se irán poniendo en práctica- son: creación de una Comisión de la Verdad; resignificación del Valle de los Caídos; anulación de las sentencias de tribunales franquistas y juicios celebrados sin derecho a la defensa; plan nacional de búsqueda de desaparecidos; ilegalización de fundaciones, asociaciones o instituciones que hagan apología del franquismo; retirada de condecoraciones y privilegios económicos vinculados a la Guerra Civil y la Dictadura, y otras de este tenor.

A la espera de que el Estado se acerque a las víctimas, la llamada sociedad civil se ha puesto en marcha tratando de encontrar la verdad, justicia y reparación de la infamia vivida hace ya tantos años. Algunos Ayuntamientos, asociaciones de familiares e historiadores, están intentando, sin ayudas públicas, devolver la dignidad a la democracia violentada en el alzamiento de 1936. Muy cerca de aquí, en el cementerio de Vilarraso en Aranga, se están exhumando los restos de 37 asesinados en la que se considera la mayor fosa común de Galicia. Los vecinos de Sada trabajan en la recuperación del Pazo de Meirás, los de A Coruña en la devolución de la Casa Cornide y los de Santiago en la vuelta de las estatuas de Abraham e Isaac. En nuestro rincón atlántico, comarcas de Ferrol, Eume y Ortegal, se han contabilizado y documentado cerca de mil asesinados entre 1936 y 1975 con el propósito de grabar sus nombres en un monumento que les asigne un lugar destacado en la memoria colectiva. Es de justicia.


domingo, 15 de julio de 2018

La tumba desconocida

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 15 de julio de 2018

La aparición de la tumba de la familia Franco Bahamonde en el cementerio de Catabois fue una sorpresa mayúscula. Los periodistas locales tratan de obtener información fiable que subsane este despiste monumental. Los historiadores están haciendo horas extras; algunos no sabían nada de la tumba y tampoco le conceden mayor relevancia. Otros afirman que hacen falta los documentos que acrediten su propiedad. Hay quien piensa que la tumba está vacía. Los funcionarios municipales querrán asegurarse de que los pagos de las tasas se efectuaron correctamente o no se realizaron en años. El archivero municipal debe ser otro que hace “veladas” en la plaza de Armas. ¿Y los políticos, qué dicen? De todo, dicen de todo. Algunos de las Mareas, con el alcalde al frente, opinan que se trata de un asunto privado y que la familia deberá hacerse cargo de los restos de Franco. Le respalda el grupo Popular y Ciudadanos. ¿Dejan, con su ambigüedad, la puerta abierta a que vuelvan los restos de Franco a Ferrol? Por su parte, el BNG manifiesta su rechazo incondicional e incluso propone la expropiación de la tumba, sin importar su titularidad ni quien esté allí enterrado. 

La polémica está servida. La familia del dictador Franco no quiere que se exhumen sus restos del Valle de los Caídos y han firmado ante notario su no disponibilidad a hacerse cargo de ellos. Sí se hicieron cargo de su herencia, las propiedades inmobiliarias expoliadas, las cuentas corrientes y los títulos nobiliarios que, de nobles, no tienen absolutamente nada. Ni siquiera pretenden obedecer el deseo de Franco de ser enterrado en Madrid, junto a su señora Carmen Polo, en el panteón de Mingorrubio de El Pardo. La señora Polo de Franco, dando indicaciones a “la superioridad”, supervisó las obras de la capilla de planta cuadrada, con capacidad para 60 personas y una cripta con acceso desde el atrio. En ella dispuso que trabajaran los mejores profesionales empleando materiales de la máxima calidad: mármoles, granitos pulidos, faroles y rejerías de hierro forjado, esmaltes…y que se incluyera una imagen de la virgen del Carmen. Todo a cargo de Patrimonio Nacional y el Ayuntamiento de Madrid, naturalmente. El panteón, en el que sí está enterrada Carmen Polo, está en una zona en la que también se encuentran las tumbas de Carrero Blanco, Arias Navarro, Quintana Lacaci, Camilo Alonso Vega y otros destacados personajes de la época franquista. Allí irán a parar los restos de Franco, parece que más pronto que tarde, y nada hace pensar que ningún familiar se acuerde de Catabois. La decisión del Gobierno socialista es firme, tiene el respaldo del Parlamento español y de la Unión Europea. El traslado de Franco es sólo el primer paso.

domingo, 8 de julio de 2018

El cronómetro municipal

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 8 de julio de 2018

Alguno de ustedes se acordará de la celebración que tuvimos en estas páginas -que hasta tomamos unos guarisnais- cuando nos enteramos de que la corporación municipal había comprado un sonómetro. Qué bien, pensamos, los señores concejales se han escuchado a sí mismos y, a la vista del malsonante resultado, habrán decidido medir los decibelios para, al menos, no hacer tanto ruido que altere el sueño de los vecinos. Porque los plenos municipales, como es sabido, eran nocturnos, largos, tediosos, improductivos e interminables. No se ponía fin cuando se llegaba a acuerdos sino cuando los señores políticos decaían por cansancio, aburrimiento, fatiga o sueño. O todo al mismo tiempo. 

Ahora sabemos que al sonómetro le acompañará el cronómetro. Ferrol, este nuestro Ferrol ilustrado, racional, científico y lógico, no podía figurar en los anales del municipalismo como un ayuntamiento incapaz de medir el tiempo. Sea este el tiempo municipal, el tiempo político, el tiempo de los reproches, del “y tú más”, de la descalificación o del enfrentamiento partidario. Los plenos municipales tendrán fecha y hora, se sabrá cuando empiezan, de cuánto tiempo dispondrán los señores portavoces para defender sus posiciones, y se sabrá cuándo deben finalizar. Se acatarán las normas, similares a las de otros foros municipales y autonómicos, con disciplina y autocontrol, o, en su defecto, estarán expuestos a que el alcalde Suárez toque la campana cual señor Cicuta en el 1,2,3 (¡cómo pasan los años!). Porque el alcalde Suárez será, según parece, el medidor del tiempo, tarea noble que recoge la tradición de los Antelo, padre e hijo, creadores de máquinas para relojes de torre en toda Galicia e incluso del mecanismo de relojería del faro de la Torre de Hércules. Y la de los oficiales de derrota, custodios de los cronómetros marinos imprescindibles para el cálculo de la longitud y el correcto posicionamiento de los buques en la mar. Y la de los marinos de los CIC encargados de dar el “top” con sus cronómetros para correr la milla y medir la velocidad que podría alcanzar el buque. Pero también podrá el alcalde Suárez aplicar (y aplicarse) aquel aforismo de Baltasar Gracián: lo bueno, si breve, dos veces bueno.

El cronómetro municipal será, por todas estas razones, una pieza clave en el devenir ferrolano. Incluso podrá trascender a su utilización en los plenos para medir, objetiva y científicamente, cuánto tiempo transcurrirá hasta que se frene la sangría demográfica, se adecente la plaza de Armas, se avance en la peatonalización del casco histórico, se ponga en valor Ferrol Vello o se recupere la parcela del Sánchez Aguilera. Que ya va siendo hora.

sábado, 7 de julio de 2018

Las casas de la memoria

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 1 de julio de 2018

En una de las plantas altas del Archivo del Reino de Galicia se encuentra una sala de restauración. Los técnicos visten bata blanca. Aquello se parece a un quirófano también en el trato a los documentos. Legajos, fotografías, escrituras, libros con siglos en sus lomos, y un Fontán. En una mesa enorme está enrollada una Carta Geométrica de Domingo Fontán a la espera de restauración. La experta encargada de hacerla dice que ya restauró ocho fontanes, así, como al desgaire, con la misma naturalidad que se toma un café. Aunque con la responsabilidad de quien se sabe guardián de la memoria de una sociedad compleja en la que se suceden los acontecimientos a todo filispín.

En este mundo tan tecnológico, tan cibernético, tan interconectado y tan virtual, necesitamos los archivos más que nunca. Dicen los pedagogos que cada vez se le da menos valor a la memoria en los procesos de aprendizaje, pero necesitamos que la memoria esté a salvo. La memoria colectiva, social, lo que pasó, por qué pasó y los documentos que lo sustentan. Tenemos presente, no hace mucho tiempo, el pleito que ganó el Estado español ante unos tribunales americanos contra la empresa que expolió el tesoro de la fragata Mercedes. Miles de monedas de un valor incalculable que se pudieron recuperar gracias, entre otros, a los documentos aportados por el Archivo del Museo Naval de Madrid que demostraban que se trataba de un navío de guerra, con pabellón español y que por tanto, lo que contenía el buque estaba en suelo español.

Ahora hacemos frente a otro expolio, el de los herederos de Francisco Franco con unas propiedades usurpadas en la dictadura. La comisión de expertos encargada de documentar el caso particular del Pazo de Meirás ha encontrado tanto en el Archivo General del Palacio de El Pardo como en el Archivo Militar Intermedio de A Coruña, documentación fehaciente que demuestra que ese inmueble nunca dejó de ser parte del patrimonio público. Allí figuran los documentos de los consejos de ministros, recepciones de autoridades, órdenes de traslado de tropas y personal de servicio y facturas de gastos de mantenimiento a cargo del ejército. Las pruebas, afirman, son contundentes, como lo son los documentos custodiados en esos archivos que han podido ser recuperados y analizados. La Granja de Meirás, como la llamaba Emilia Pardo Bazán mientras fue su casa, será un bien cultural de todos en buena medida porque se habrá probado documentalmente su uso público como una residencia de verano del dictador, igual que el Palacio de El Pardo lo era el resto del año y a nadie se le ocurriría intentar apropiárselo. Y si alguien lo intenta, tendremos los archivos que nos recuerdan quienes somos y donde estamos.




domingo, 24 de junio de 2018

Acogida

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 24 de junio de 2018

Ferrol es una ciudad acogedora. Una ciudad cargada de historia de integración de miles de hombres y mujeres provenientes de otros puntos del territorio nacional, europeo y americano, fundamentalmente. Desde hace más de dos siglos se hizo imprescindible que llegaran a la Villa de Ferrol personas que ayudasen en la construcción de los arsenales y en la construcción de buques. Ferrol inscribió en su padrón de habitantes a ingenieros muy cualificados y operarios sin ninguna cualificación, incluso de la llamada cuerda de maleantes y malentretenidos. Recibió con los brazos abiertos una “colonia inglesa”, en la constructora naval, que ayudó a mejorar considerablemente la ciudad, con su teatro inglés, su escuela británica, la creación de un equipo de fútbol y los scouts; el resultado fue un vocabulario único en el mundo: el ferrolano. Llegaron en diferentes etapas familias de comerciantes procedentes de la maragatería y cántabros y catalanes. Y continúan haciéndolo muchos profesionales de la Armada. Ferrol es, en definitiva, una gran mezcla integradora, acogedora, civilizada y culta de miles de apellidos de diferentes orígenes. El carácter del ferrolano, sus costumbres y su posición ante la vida, se puede entender -al menos intentarlo- sólo desde esta perspectiva de mestizaje e integración de lo diferente.

Desde la corporación municipal se anunció que Ferrol se iba a convertir en una ciudad de acogida para ayudar a dar solución a la llegada de refugiados en el buque Aquarius. Una muy buena decisión que muestra los auténticos valores de nuestra sociedad. Lamentablemente a la hora de escribir esta crónica (jueves 21 a las 10,00 hs.) nuestra ciudad continúa sin aparecer en el listado oficial emitido por la Federación de Municipios y Provincias, en el que sí están 30 ciudades y villas gallegas y más de 300 de toda España. De nuestro vecindario figuran Moeche y Mugardos, gesto que además de honrar a sus pueblos demuestra agilidad y eficacia en sus representantes políticos. Esperemos que esta deficiencia se subsane pronto y la ciudad se prepare para acoger, una vez más, a algunas de las personas que buscan sobrevivir. Hombres y mujeres que escapan de la miseria, del terrorismo, de la guerra. Huérfanos que saben que el ébola les mataría muy pronto, como mató al resto de su familia. Jóvenes que tienen una esperanza de vida no muy superior a los 45 años. Personas de diferentes religiones y nacionalidades que entregaron todo su dinero a las mafias para comenzar una travesía de hambre y sed, de violaciones, golpes y muerte, en muchos de los casos; dispuestos a enfrentarse a una mar desconocida, sin saber nadar ni conocer su destino. Con el único horizonte de conservar su propia vida.

domingo, 17 de junio de 2018

Sociedad de Amigos del País de Ferrol

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 17 de junio de 2018

Este mes de junio se reunieron en Jaén representantes de las más de cincuenta Sociedades Económicas de Amigos del País activas en España. En Galicia contamos, desde 1784, con la Real Sociedad Económica de Amigos del País de la Ciudad de Santiago, institución sobre la que ya hablamos en estas páginas. Las Sociedades Económicas forman parte del legado de la Ilustración. Nacieron amparadas por el rey Carlos III e impulsadas por Campomanes, creador del llamado Manifiesto de Campomanes en el que se expresa “el deseo de que se establezcan estas sociedades por España y América para conseguir la pública felicidad de la nación”. En ellas se involucraron muchos de los hombres más cultos del país: militares, clérigos, comerciantes, filósofos, pensadores y hombres de ciencia, con el noble propósito de desterrar la desigualdad, el analfabetismo y el atraso secular heredados del Antiguo Régimen. Figuras como Jovellanos y Olavide tuvieron la valentía de enfrentarse a los preceptos de la Inquisición -del rezo, silencio y orden debido- para estimular la creación de tertulias, lecturas de periódicos y fomentar la educación. Se hizo popular el lema “Socorrer Enseñando”, explicativo del empeño en crear escuelas de Primeras Letras, de Artes y Oficios, de Agricultura, escuelas de Hilazas y Mantelerías, estudios sobre la pesca, además de escuelas de dibujo, música y otras artes.

En Galicia, además de la de Santiago se creó una Sociedad Económica en Lugo (se mantuvo activa pocos años) y el Real Consulado en La Coruña, entidad que desempeñó funciones similares en materia educativa además de las propias del comercio marítimo. Ambas ya desaparecidas, aunque del Consulado coruñés sigue funcionando su Biblioteca. Pero también se registró, en un intento frustrado, la Sociedad de Amigos del País y Escuelas Prácticas de Agricultura de Ferrol. Consta en el archivo municipal el acta firmada un 17 de junio de 1813 por treinta y tres personalidades de esta ciudad, entre los que reconoceremos los nombres del marqués de San Saturnino, el intendente Francisco Roldán, el capitán de navío Manuel Herrera, el abogado Ventura Taxonera, Andrés Antelo como director de la Fábrica de Moneda de Jubia y el diputado en las Cortes de Cádiz José Alonso López Nobal. Se hicieron los trámites para su puesta en marcha en un triste y desgraciado momento. Fernando VII había alcanzado el trono y un infausto 4 de mayo de 1814 firmó el Decreto de Valencia por el que se derogaba el régimen constitucional de 1812 y la práctica totalidad del reformismo ilustrado. La Sociedad de Amigos del País de Ferrol no pudo desarrollarse. Nacía otro período oscuro de nuestra historia.

domingo, 10 de junio de 2018

Casi todo vale menos

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 10 de junio de 2018

A Mariano Rajoy se le pasó el tiempo rapidísimo, tanto que no tuvo ocasión de pensar en el futuro. M. Rajoy dedicó sus esfuerzos a recrearse en la herencia recibida al tomar posesión como presidente del gobierno. No hubo un solo discurso importante en el Congreso de los Diputados, desde el atril del Palacio de la Moncloa o a través del plasma de Génova, que no tuviera como hilo argumental la situación catastrófica en la que había encontrado España y los ímprobos esfuerzos que tuvo que hacer para rescatarla. Así empezó su primera legislatura, aprobando un gran paquete de recortes, eliminando inversiones, pidiendo dinero a Europa para rescatar a una parte ineficiente del sistema financiero y aumentando todo tipo de impuestos y tasas para incrementar los ingresos públicos. Fue memorable aquella intervención en el Congreso de los Diputados, en medio de aplausos, sonrisas y vítores por parte de la bancada conservadora. Tanto que marcó el resto de sus mandatos, en los que el expresidente Rajoy continuó aplicando tenazmente su estrategia política: no gastar lo que no se tiene, hacer las cosas como Dios manda, no adelantar acontecimientos, no tomar ninguna decisión porque eso es también una decisión, no jugar al pan para hoy y hambre para mañana y saber gobernar sin volverse loco. Una estrategia inspirada en su propia filosofía rajoyniana: salvar las cuentas de España aunque se devaluase la vida de los españoles. Y en eso estaba cuando una mayoría absoluta del Congreso le arrebató su presidencia y su Gobierno. Le pilló desprevenido, con los cálculos mal hechos sobre la aberrante corrupción, solo una semana después de haber conseguido el apoyo de esa misma Cámara para aprobar los presupuestos. Con un país cada vez más lejos de pertenecer al G-8. Una Sanidad que pasó de ser la décima del mundo al puesto diecinueve. Las relaciones laborales y los convenios colectivos devaluados. Los salarios y las pensiones con menor capacidad adquisitiva. Mariano Rajoy devaluó la libertad de expresión, la dignidad política, la cohesión social, el equilibrio territorial y la cultura. Despachó la brecha salarial entre hombres y mujeres con una sentencia: “mejor no entremos en esos asuntos”. Devaluó el juego democrático vetando desde Moncloa acuerdos tomados por mayorías parlamentarias. Asistió impávido a la pérdida de valor de su partido político a manos de un nuevo partido conservador carente de programa, de experiencia y de implantación territorial. Hasta devaluó el idioma castellano, creando decenas de expresiones sin sentido e incoherentes. Ferrol, en los mandatos de M. Rajoy, también perdió peso relativo en Galicia y Galicia dentro de España. Desgraciadamente.

domingo, 3 de junio de 2018

Un café con Torrente Ballester

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 3 de junio de 2018

En el mayor tratado en español sobre el café, Los cafés históricos escrito por Bonet Correa, están recogidas decenas de opiniones de los referentes del pensamiento, la filosofía, la política y la literatura. Para Benito Pérez Galdós un café era una gran feria en la que se cambiaban infinitos productos del pensamiento humano. Stefan Zweig definía a los cafés como los clubs de la democracia. Para el genial Gómez de la Serna el café era el Consejo de Estado que nadie va a consultar pero que forma parte de la opinión de la calle. Zamacois los definía como abreviatura del mundo. Y así podríamos continuar con figuras como Pessoa, Voltaire, Sartre, Steiner, Umbral, González Ruano, Azaña, Unamuno, Camba, Valle Inclán y, por supuesto, Gonzalo Torrente Ballester.

En la Fundación Torrente Ballester de la compostelana Rúa do Vilar tuvo lugar la exposición Un café con GTB. En la obra -y la vida- de Torrente Ballester se observan varias constantes. Sus referencias a la mar, el apoyo de muchos paisajes gallegos en miles de fotografías y su identificación con un tertuliano de café, son algunas de ellas. En la exposición se mostraron todos estos elementos. Don Gonzalo aparece fotografiado en el café Novelty de Salamanca, en el Monterrey de Baiona, en el Gijón de Madrid. Pero también se colgaron bodegones hechos por el propio Torrente, en los que combinaba teteras, cafeteras, tazas, máquinas de escribir y paquetes de Ducados. Y citas sobre las tertulias de café en algunas de sus obras, como la ferrolanísima La boda de Chon Recalde.

La escultura de Torrente en el Novelty daba la bienvenida a la exposición. Apoyado en la mesa-velador con sobre de mármol blanco y sentado en la silla thonet, invitaba a sentarse con él y recordar todas y cada una de las tertulias que en su vida fueron. Consideración especial debieran tener las de los cafés Suizos. En los años 40, en el Café Suizo de la calle Real ferrolana. Más adelante en el Suizo compostelano, al lado de la facultad de Geografía e Historia. Y, obviamente, como caballero de La Tabla Redonda, tertulia celebrada en el Café Suizo de Castroforte del Baralla que compartía con el obispo hereje Jerónimo Bermúdez, el canónigo Jacobo Balseyro, el almirante John Ballantyne y el vate Joaquín Barrantes.

El apego y cariño por los cafés históricos, como los Suizos, lo dejó escrito GTB en un artículo de 1984 titulado París bien merece una misa. Don Gonzalo alababa el interés de los franceses por conservar sus cafés mientras que los españoles siempre pensaban en cambiar sus decoraciones, e incluso en sustituir cafés por oficinas bancarias. Terminaba afirmando: “Un Café puede hacer historia, un Banco jamás. Ni apenas el Nacional”. Que gran enseñanza.



domingo, 27 de mayo de 2018

La denuncia de Albalat

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 27 de mayo de 2018

Cada cierto tiempo surgen, casi por generación espontánea, figuras excepcionales en los diferentes campos de las artes, las ciencias, los negocios o la política. Bueno en las cosas políticas, en España, pongamos que lo excepcional se produce de otra manera. En las bellas artes, concretamente en Arquitectura, celebramos ahora el cincuenta aniversario de aquella sensacional idea llamada “La Ciudad de las Rías”, proyecto presentado como discurso de entrada en el Instituto José Cornide de Estudios Coruñeses por Andrés Fernández-Albalat Lois. Corría el año 1968 y el maestro Albalat (así se le conoce desde entonces) proyectó la creación de tres puentes sobre las rías de Ferrol, Ares y La Coruña, que permitirían la unión física de todas las poblaciones ribereñas del Golfo Ártabro. Se trataba de un proyecto innovador, revolucionario, una idea moderna inspirada en la mejor arquitectura e ingeniería desarrollada en grandes espacios europeos y norteamericanos. Tres puentes que ayudarían al desarrollo de un área metropolitana sustentada en el razonamiento ilustrado del Estado Borbónico español, por el que se había potenciado a La Coruña como ciudad del comercio con Ultramar (los correos con La Habana) y a Ferrol como ciudad de la industria y la milicia, creando el Gran Arsenal del Rey y la capitanía del Departamento Marítimo del Norte. 

Andrés Fernández-Albalat Lois representa como nadie la figura del arquitecto-humanista. Formado en Madrid, contemporáneo de Vázquez Molezún, Oiza y Rafael de la Hoz, fue el impulsor -ya en Galicia- de la Escuela y Colegio de Arquitectos. Autor de obras como las instalaciones de Coca-Cola, la SEAT o la Hípica en La Coruña, la fábrica de Sargadelos en Cervo, el estadio multiusos de San Lázaro y varias facultades en Santiago, su huella es innegable en toda Galicia. Pero también lo es su aportación al humanismo: “…en el momento en el que el arquitecto pierda de vista el humanismo, lo que es la vida, puede acabar convirtiéndose en una bestia bruta de la técnica”, explica en una entrevista recogida en su biografía de la universidad coruñesa.

Medio siglo es una eternidad para la vida útil de un proyecto, en cualquier orden de la vida. Las comunicaciones cambiaron sustancialmente, sobre todo por carretera. Hay nuevos puentes que evolucionaron los de As Pías, Pontedeume, Pedrido y Pasaje. Sin embargo lo auténticamente importante de la iniciativa de Albalat, lo que se denuncia y no lo que se anuncia, dicho con sus palabras, continúa plenamente vigente. El área metropolitana Ártabra será una realidad y las comunicaciones por tren, barco o coche conformarán un gran espacio con las mejores condiciones para la vida en comunidad. Algún día.

lunes, 21 de mayo de 2018

Las cuentas de la legislatura

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 21 de mayo de 2018

En el salón del castillo de los pirulitos se respira felicidad. Los 25 concejales departamentales deben estar como en una nube virtual, en una ciudad futurista, en el paraíso 4.0. Por fin, se alegran, hemos sido capaces de aprobar los presupuestos municipales. Ya estamos en una ciudad de primera, con sus cuentas aprobadas y una ilusión enorme por hacer en unos meses todos los trabajos de una legislatura. Es verdad que en cualquier municipio la primera y más importante obligación de su corporación es aprobar los presupuestos cada año, pero Ferrol es diferente, ya se sabe. Aquí las disputas partidistas, los enfrentamientos personales y las trifulcas ideológicas consumen buena parte de las energías de los miembros de la corporación. No queda espacio para el acuerdo, obviamente, y cuando se produce…¡la alegría es infinita!, los políticos sonríen y se saludan y hasta parece que el palacio municipal levita, si me permiten el trasunto de Torrente Ballester con su Castroforte del Baralla en La saga/fuga de JB.

El día anterior al pleno de los presupuestos el alcalde Jorge Suárez había asistido a la tertulia que habitualmente organiza el Club de Prensa en el Parador de Turismo. Suárez es ya un tertuliano habitual; es la tercera vez que se presenta sin guión y a pecho descubierto en ese foro. A veces le cuesta reconocerse en su papel de alcalde, de identificarse como un activista reconvertido temporalmente en político o como un tertuliano de tropa y marinería, tal que el resto de concurrentes. El caso es que, en uno de esos papeles -no recuerdo cual, ustedes me disculparán-, Jorge Suárez dictó la sentencia del año y de toda la legislatura: “Ferrol necesita un salto de calidad en su clase política”. Y la redondeó con explicaciones como que en estos años hubo más defensa de marcas (siglas partidistas) que defensa de la ciudad, que se preocuparon más por los ideales que representa cada partido que por solucionar los problemas ciudadanos, y algunas más por el estilo.

El salto cualitativo se produjo al día siguiente. Un salto pequeñito que hizo que un gesto ordinario, normal, como es el de dialogar y llegar a acuerdos para poder contar con las cuentas municipales, se viviese como algo extraordinario. Pero una mejora, al fin y al cabo, conseguida también gracias al voto de calidad (¡y dale con la calidad!) del propio alcalde. Ferrol presenta ahora unas cuentas de 69 millones de euros, con una partida de inversiones de 6,9 millones para una población de 69 mil vecinos. Menuda puntería tuvieron en la plaza de Armas para afinar así las cuentas y cuadrarlas con el padrón de habitantes. Una precisión exquisita, de matemática financiera de alta calidad.  


miércoles, 16 de mayo de 2018

Operarios ciberfísicos

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 16 de mayo de 2018

Llegó a la ciudad ilustrada la cuarta revolución industrial. Vino por mar, de la mano del programa de construcción de las cinco fragatas F110. La revolución de la Industria 4.0 no podría arribar a Ferrol de otra forma distinta de la cultura naval, la construcción de buques y el adiestramiento de las dotaciones que los gobiernan. Así, en los astilleros, arsenales y escuelas de la Armada, se fraguaron las tres revoluciones industriales anteriores, como es bien sabido. Cuando ya en los reales astilleros de Esteiro se dominaba la construcción de fragatas como en ningún otro lugar de Europa, dio comienzo la implantación de la máquina de vapor. La revolución del vapor lo cambió todo, desde el achique de los diques hasta la propulsión de los barcos. Después le siguieron las revoluciones vinculadas a la electricidad, los motores de combustión y la electrónica. 

Ahora el astillero ferrolano se va a convertir en un astillero 4.0 gracias a las aplicaciones informáticas, de inteligencia artificial, los algoritmos, el internet de las cosas y la realidad virtual. Dentro de la factoría veremos volando decenas de drones y muchos vehículos sin conductor. Funcionarán impresoras que harán piezas en tres dimensiones y los robots se conectarán entre ellos gracias al internet de las cosas. El astillero se transformará en un astillero ciberfísico que necesitará nuevos operarios ciberfísicos, profesionales digitales que releven a los analógicos, especialistas de la realidad virtual que sucedan a los tradicionales caldereros, tuberos, soldadores o ajustadores-montadores, auténticos maestros de la realidad material y física. ¡Menudo cambio! ¡Vaya revolución!

Oiga, ¿y Ferrol tiene inscritos en su padrón muchos ferrolanos 4.0? ¿Existe ya una generación preparada de ferrolanos ciberfísicos que puedan pilotar la inminente revolución? ¿Será necesario que el alcalde-presidente edite un bando municipal, con toda su parafernalia, y ponga la ciudad patas arriba para que se dedique a formar a los jóvenes en robótica, informática, diseño y realidad virtual, en lugar de enseñarles a navegar a vela, tocar la guitarra o pescar chocos?

Estoy convencido de que no será preciso declarar zafarrancho de combate. Bastará con que en el campus industrial y los centros de FP continúen trabajando en la dirección en que lo están haciendo. Y que complementen la formación con múltiples visitas al Arsenal dieciochesco, y a sus museos Naval y de la Construcción Naval. En ellos verán como, desde la nada, se construyó en 1752 la Galga, la primera fragata de la Marina Española, y después muchas otras a lo largo de varios siglos y todas las revoluciones industriales. Jorge Juan, en los jardines de Herrera, parece estar muy tranquilo.

miércoles, 2 de mayo de 2018

Una forma de felicidad

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 2 de mayo de 2018

Las estadísticas, tan tozudas ellas, sitúan a Galicia -también con relación al mundo del libro- en una nueva paradoja. Nos dicen que los gallegos somos los penúltimos de España en el gasto en compra de libros. Los últimos son los andaluces y los primeros los madrileños y catalanes. Sin embargo Galicia presentaba en el 2016 el mayor número de librerías por habitante de todo el país. Exactamente había 14,8 librerías por cada cien mil habitantes, cuando la media española era de 8,5. De nuevo el último lugar era para Andalucía con 5,7. El mapa describía más librerías en el norte, centro y Canarias, y menos en el sur, levante y Baleares. En resumen, los gallegos somos los que tenemos más librerías y de los que menos libros compramos. Visto lo cual, de la rentabilidad media de cada establecimiento librero mejor ni hablamos.

Hablemos de la feria del libro recién celebrada y del Día del Libro, institución que el mundo le debe al ingenio español. Exactamente al escritor valenciano Vicente Clavel, quien propuso su celebración en 1923. Pocos años después, en 1926, Alfonso XIII firmó el real decreto para que todos los años, el 7 de octubre (probable día del nacimiento de Cervantes) se celebrara la Fiesta del Libro. Ya en 1930 la celebración se traslada al 23 de abril, por razones meteorológicas y por la certeza de la fecha coincidente del fallecimiento de Cervantes, Shakespeare y Garcilaso de la Vega. Y fue en 1995 cuando el gobierno español presentó ante la UNESCO la iniciativa de la Unión Internacional de Editores para que la celebración tuviera carácter universal. Así es desde entonces y, además, se le añadió el nombramiento anual de una ciudad como capital mundial del libro, honor que este año le corresponde a Atenas.

La feria del libro local tuvo lugar hace unos días en la plaza de la Constitución. Fue una feria, por así decirlo, muy recogida, muy cuquiña y acogedora. Una fila de casetas estaba bajo la protección del edificio dieciochesco que, en algún momento, acogió un instituto de enseñanza; antes había sido cárcel y después gobierno militar. Las otras casetas estaban amparadas por la alameda más antigua y menos valorada de Galicia. A un lado el palco de la música, aunque la música de los Beatles no salía de allí. Detrás el rótulo del camino inglés a Compostela, por el que a aquellas horas de la mañana del sábado no pasó ningún peregrino. Había muy poco público ojeando o comprando libros. Tomando un café recordé al maestro Borges: “Yo he dedicado una parte de mi vida a las letras y creo que una forma de felicidad es la lectura”. Me acerqué a comprar algunos y ahora estoy -un poco más feliz- con la lectura de los cuentos perdidos de Scott Fitzgerald. ¡Larga vida al libro!