domingo, 28 de enero de 2018

Gobernar lo urbano

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 28 de enero de 2018

El profesor Luis Caramés, Catedrático de Economía, vino a Ferrol a compartir los últimos avances sobre políticas locales y gobernanza. Lo hizo en el marco de las Conversas no Parador, ese a modo de tertulia que acaba de cumplir dos años en el que un invitado -experto en una materia- dialoga con un grupo de ferrolanos tomando un café (sirva de guarisnai). Entre otras aportaciones el profesor Caramés tuvo a bien regalarnos una nueva palabra, metropolización, tan nueva que a los académicos de la RAE todavía no les ha dado tiempo a incluirla en el diccionario. El mundo es un mundo cada vez más urbano y lo urbano necesita ser gestionado; la separación entre municipios no satisface las nuevas formas de implantarse en el territorio pero, al mismo tiempo, no han acabado de desarrollarse las áreas metropolitanas; la hegemonía de lo propio, de cada ayuntamiento, está muy arraigada en el ADN de los vecinos y los políticos, y otras afirmaciones de este tenor, fueron desgranadas por el profesor Caramés. Su sentencia más significativa fue que “la gobernanza requiere echar mano de los sistemas tradicionales y sumarles la aportación de la sociedad”. Es verdad que, cada vez más, las sociedades quieren compartir, conocer, participar, tener fijados de antemano cuáles son los objetivos y cómo es de transparente la gestión de los representantes políticos que los han de llevar a cabo. Sin embargo, aún reconociendo que el camino pasa por compartir servicios, mancomunarlos con los vecinos cercanos, continúa existiendo una fuerte carga emocional en la consideración de lo propio. Por eso, después de cuarenta años, en España no se han desarrollado eficazmente los entes supramunicipales (recogidos en la Constitución) que faciliten la mejor gestión de los recursos. Ni que decir tiene que Galicia, con tres universidades, tres aeropuertos, infinidad de puertos deportivos y decenas de centros de interpretación que nunca llegaron a funcionar, es un buen ejemplo de aquello de “la desunión no hace la fuerza”.

¿Qué pasa con Ferrol?, lanzó la pregunta al aire Luis Caramés, y todavía debe estar flotando en el salón con vistas al Arsenal. La sorpresa fue mayúscula porque esa era, precisamente, la cuestión sobre la que se esperaba su sabio dictamen. Nadie aportó una respuesta contundente, más allá de los comentarios habituales de que la ciudad naval estaba condicionada por el monocultivo industrial y el sector público, nunca hubo demasiada suerte con los gobiernos municipales, la iniciativa empresarial prefirió instalarse en otros lugares menos reivindicativos, etcétera. 

Mientras tanto la ciudad se sigue vaciando de contenidos y de vecinos. La buena gobernanza, de seguir así, dejará de ser una necesidad.

domingo, 21 de enero de 2018

Días tristes

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 21 enero 2018

Estamos en enero, es invierno, hay poca luz. El ocaso se produce a las seis de la tarde, hace frío, llueve a menudo (¡por fin!) y no apetece demasiado hacer vida fuera de casa. Los meses de enero y febrero son meses difíciles para el turismo. Baja el consumo, hay menos actividad comercial, hotelera y hostelera. Y arranca el año, con expectativas y propósitos que generalmente se desvanecen en poco tiempo. Poco a poco se consolida en nuestra memoria el balance del año finalizado.

Hace unos años la agencia de viajes Sky Travel, ya desaparecida, le encargó al creativo Cliff Arnall el diseño de una campaña publicitaria para fomentar los viajes en estos meses de temporada baja. Deben potenciarse los viajes todo el año, no sólo en verano, pensaron astutamente estos británicos, como si fuesen los primeros en llegar a esa conclusión. Cliff Arnall se puso manos a la obra y trató de meter en una fórmula matemática valores como: finalizó la euforia de las navidades, los consumidores tienen los bolsillos vacíos, cada día se alejan más los buenos propósitos para el año que comienza, hay cierto cansancio emocional, se han ido los seres queridos a otras ciudades o países, la cuesta de enero es cada vez más pendiente, etc…Llegó al resultado -nada científico, obviamente- de que el tercer lunes de enero, ese que acabamos de pasar, es el día más triste y deprimente del año. Los británicos lo llaman blue monday y nosotros lunes triste. El resto ya lo saben. Se ha repetido el término indefinidamente en las redes sociales, los medios de comunicación han sacado en sus páginas a expertos con recetas para combatir la tristeza y el fenómeno se ha hecho más viral que el propio virus de la gripe.

Pero no se preocupen ustedes. A la ciudad naval no llega el desánimo, si se  hace caso a las declaraciones de los gobernantes municipales. Este año va a ser el del cambio radical, dicen. A la tercera va la vencida, o algo así. Habrá presupuestos, inversiones y obras. Habrá proyectos a tutiplén financiados por la Xunta y Europa. Habrá continuidad en el modelo de gestión que ha permitido al alcalde Suárez autocalificarse con un notable. Ferrol será una ciudad alegre, próspera y feliz en 2019, cuando llegue el momento de unas nuevas elecciones municipales. En Ferrol, sentencian los políticos del gobierno, de blue monday nada de nada. Y que no vengan los tristes y deprimidos a aguar la fiesta. No hagan caso a aquellos que califican al gobierno de difunto y a los políticos de incompetentes, gestores ineficaces y sin proyecto de ciudad. O de viajeros que se divierten más en su mundo de confluencias que resolviendo problemas cotidianos. Abracen el nuevo eslogan: Ferrol, ciudad libre de tristeza. Y sonrían, por favor.


domingo, 14 de enero de 2018

Cuartel de Guardiamarinas

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 14 de enero de 2018

La tarjeta dice así: “Proyecto de Francisco Sabatini para Cuartel de Guardiamarinas. Ferrol, 10 de diciembre de 1791”. La maqueta, expuesta en el Museo Naval, muestra un edificio extraordinario, cuadrado, con un gran patio central porticado, muy similar al Cuartel de Dolores. Se levantó en la zona en la que hoy está el parque Reina Sofía. Allí se instalaría todo lo necesario para la formación de los futuros oficiales de la Armada, y se incluiría un Observatorio. Ustedes ya son conocedores de que esa fue la razón por la que a la iglesia de San Francisco no le permitieron construir sus torres campanario; imposibilitarían la observación astronómica, esencial para la navegación en alta mar fuera del alcance de la costa. En la misma tarjeta se dice que en el año 1796 se firmó una real orden de suspensión de la obra. Se desmanteló lo construido para aprovechar los materiales en otros lugares. En octubre de 1825 se suprimió la Compañía de Guardiamarinas de Ferrol.

En el año que acaba de finalizar se cumplió el 300 aniversario de la creación de la Real Compañía de Guardiamarinas. Fue en 1717, en Cádiz. Desde entonces, la formación de los oficiales de la Armada se realizó en diferentes sedes y escuelas, incluyendo la formación a flote. Ferrol tuvo, como sede de un Departamento Marítimo, un papel muy destacado en materia educativa. De 1776 a 1825 se formaron los guardiamarinas en Ferrol, Cartagena y Cádiz. De 1871 a 1907 estuvo operativa en Ferrol la Escuela Naval Flotante, a bordo de la fragata Asturias. Y no será hasta 1943 que se inaugure la Escuela Naval Militar de Marín, gracias a una decisión tomada en 1938. Por primera vez -en siglos- se decidió asignar la formación de los oficiales de la Armada a una ciudad que no era una de las tres capitanías de las zonas marítimas ni Madrid.

Ferrol presenta una amplísima hoja de servicios como ciudad volcada con la educación, a todos los niveles. Sede de academias de primeras letras y de latinidad, de escuelas de artes y oficios, de formación profesional para aprendices de los astilleros. Sede, como no, de las mejores escuelas para formar maquinistas y navegantes, en sus Escuelas de Máquinas y Maniobra transformadas ahora en la Esengra y la Antonio Escaño. Sede, privilegiada, de un campus universitario con especializaciones no sólo en Ingeniería Industrial sino también Naval y Oceánica. Y sede de un Arsenal y una Estación Naval en pleno funcionamiento. Ferrol, fiel a su esencia, presenta una vez más sus mejores credenciales para acoger nuevamente la formación de guardiamarinas. Más pronto que tarde se impondrán las razones logísticas, económicas y operativas en el Ministerio de Defensa. Ojalá sea pronto. 

domingo, 7 de enero de 2018

Cronista oficial

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 7 de enero de 2018

Ferrol cumple quince años sin cronista oficial. Desde el 6 de enero de 2003, fecha del fallecimiento de Mario Couceiro, la ciudad naval no tiene quien le escriba... una crónica. Una crónica oficial, quiero decir, firmada y rubricada por una figura nombrada por el pleno municipal. Ferrol, ciudad de larga y profunda tradición de cabeceras periodísticas y cuna de grandes escritores, literatos, historiadores y cronistas, dispone de un amplísimo batallón de plumas dispuestas a transcribir los entresijos de la vida local. Pero no tiene cronista oficial. Oiga, ¿y es necesario tener un cronista oficial?, seguro que se preguntarán una buena parte de los vecinos. Oiga, ¿y por qué Ferrol no mantiene la sana costumbre de tener un cronista oficial?, tal vez se pregunte la otra parte. La respuesta, cualquier respuesta, no la busquen en el palacio municipal. Allí no estará.

Es probable que por los pasillos del castillo de los pirulitos se haya perpetuado la creencia de aquellos alcaldes y concejales que piensan que tener un cronista oficial es una antigualla. Vivimos en el mundo virtual, de las comunicaciones a través del correo electrónico, las páginas web y las redes sociales. Donde esté un buen tuit que se quite una crónica oficial. Ferrol, argumentarán, es una ciudad inteligente, smart y debe estar a la última en estas tecnologías. También es posible pensar que otro grupo de alcaldes y concejales crea, en su fuero interno, que lo mejor es continuar sin cronista oficial; total, para lo que tendría que escribir en sus crónicas, mejor no escribir nada.

Las dos ciudades más importantes de Galicia procedieron, recientemente, a nombrar a sus nuevos cronistas oficiales. La Coruña y Vigo continúan con esta tradición y han potenciado los estudios y la publicación de trabajos sobre lo local a través de sus propios institutos: el Instituto José Cornide de Estudios Coruñeses y el Instituto de Estudios Vigueses. Villas nobles y cercanas, a las que nos unen siglos de historia y hermandad como Betanzos y Mondoñedo (por citar algunas) mantienen con orgullo la figura del cronista oficial. Y cientos de villas, pueblos y ciudades de toda España.

Los escasos meses que quedan de legislatura no serán propicios para que Ferrol vuelva a tener un cronista oficial. No habrá nadie que represente a la ciudad en la Real Asociación Española de Cronistas Oficiales, que exponga ponencias en sus congresos o publique en sus revistas. No habrá crónicas ni estudios oficiales. La vida de la ciudad habrá que interpretarla a través de los chascarrillos en tuiter. Menos mal que todavía contamos con la prensa local y el saber hacer de tantos escritores ferrolanos.