domingo, 27 de enero de 2019

La obra más grande del supremo arte

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 27 de enero de 2019

Siempre se dijo que la historia de Ferrol hay que buscarla fuera de Ferrol. Algunos historiadores locales defendieron, no sin razón, esta teoría. Me refiero a la ciudad que nació de una decisión geopolítica tomada por la Corona española. La villa de 300 casas de pescadores y 1.500 almas que pertenecía al señorío del Conde de Lemos se transformó, por arte de una decisión en la Corte madrileña, en una ciudad nueva, creada casi de la nada. Le ganó la partida a Vigo y Marín, las otras villas candidatas a albergar los astilleros y arsenales reales. La burocracia se puso en marcha, se hizo acopio de los dineros necesarios y se destinaron a los mejores ingenieros y arquitectos de la época a construir tan gigantesca empresa. También se hizo un poco de espionaje por Francia, Italia e Inglaterra, algo muy propio de aquel siglo XVIII y de todos los siguientes, aunque ahora el espionaje se maquille con el formato de colaboraciones, aprendizajes compartidos o transferencias tecnológicas. El caso es que Ferrol sufrió un crecimiento extraordinario y su principal exponente fue el Arsenal. Y sí, es verdad que muchos documentos originales, planos y maquetas se conservan fuera de Ferrol, en el Museo Naval de Madrid, el Archivo General de Simancas, y el Archivo Álvaro de Bazán de Viso del Marqués, entre otros. Pero también lo es que hoy tenemos disponible gran cantidad de información gracias sobre todo al tesón, los conocimientos y los muchos años de dedicación del intendente Juan Antonio Rodríguez-Villasante Prieto. El Ministerio de Defensa, en su colección Edificios Militares Singulares, publicó en 2011 el libro: “La obsesión por el orden académico. El Arsenal de Ferrol”, en la que se condensan las investigaciones de este marino, historiador y escritor. El texto, una joya de colección, incluye los primeros diseños del arsenal, el proyecto definitivo y sus autores, la descripción de cada uno de sus componentes y una valoración general desde el punto de vista patrimonial. También recoge los catálogos de los documentos escritos y planos históricos, indicando los museos, archivos e instituciones en los que se encuentran. Por eso hoy día, del arsenal ferrolano lo podemos saber todo, o casi todo. Incluso podemos leer el texto de la cartela situada sobre el arco de la puerta del Dique. Dice así: “Se ha erigido aquí la obra más grande del supremo arte que alguien haya visto en el mundo, a fin de que contemple a los que recorren todos los mares, a los navíos, a las armadas, a todo. ¡Oh feliz España! y ciertamente feliz. Por ti dichosamente gobierna, dirige y para ti reina con sabiduría Carlos III. Rey ilustre, piadosísimo y augusto a quién todo el orbe no alcanza. Año 1783”. Pues eso.


lunes, 21 de enero de 2019

Centros comerciales (entrevista)

Publicada en La Voz de Galicia, edición A Coruña, el 21 de enero de 2019

Entrevista sobre la gran oferta disponible de superficies comerciales en Galicia, basada en datos de AECC contrastados con la periodista de La Voz.

https://www.lavozdegalicia.es/noticia/coruna/coruna/2019/01/16/provincia-corunaaglutina-mitad-centros-comerciales-galicia/00031547634083653638989.htm

domingo, 20 de enero de 2019

Cosas más importantes

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 20 de enero de 2019

Si le damos carta de naturaleza (en nuestro caso mejor sería otorgar patente de corso) a los contenidos escritos en las redes sociales, a Ferrol y los ferrolanos debemos atribuirles un nuevo elemento diferenciador, propio, esencial: el de las cosas más importantes. Ferrol es, además de la ciudad naval, la novia del mar, la capital del departamento marítimo, la cuna de las fragatas, la ciudad de las anclas, el fruto de la geopolítica o el modelo de ciudad academicista e ilustrada, el paraíso de las cosas más importantes. Las redes sociales así lo atestiguan. Las redes sociales, aquellas en las que no hay contacto social, las que se apoyan en la red virtual y la nube informática, ponen de manifiesto que en las páginas ferrolanas de Facebook, Twitter, Instagram, distintos blogs y chats, se ha apalancado de forma tenaz y persistente el colectivo de los partidarios de las cosas más importantes. Sus opiniones son claras: “mira tú sino habrá cosas más importantes en qué gastar los cuartos”, “claro, el dinero no les duele, sino lo gastarían en cosas más importantes”, “a eso se llama despilfarrar; los cientos de cosas más importantes que se podrían hacer en esta ciudad abandonada”, y otras muchas de esta guisa. Sus fieles son tantos que podrían constituir un foro de amigos, sociedad, club, ateneo, sindicato o hasta un partido político. Hay que decir que un partido político más ni se notaría, ahora que se reproducen como las avispas velutinas para las elecciones municipales. Partido Ferrolano de las Cosas Más Importantes (PAFECOMI, para abreviar), podría llamarse, y tendría un modo de actuar coherente con su filosofía, valores y su patrón de conducta. Tres son sus características destacables. La primera es la de responder siempre y en primer lugar de la misma forma: “no habrá cosas más importantes que hacer que esa trapallada”. La segunda es que esta respuesta actúa como un resorte automático ante cualquier idea, obra, propuesta o proyecto, sea del tipo que sea. Y la tercera –aunque tal vez la más importante- es que jamás, bajo ningún concepto, el fiel militante de la política de las cosas más importantes hará pública ninguna idea propia. Nunca dirá que se podrían invertir los fondos públicos en tal asunto ni que se debe atender aquella otra necesidad. Ni siquiera se atreverá a citar ningún ejemplo de algo relevante visto en otra ciudad o que funciona bien en otro lugar. Esto, por lo demás, es absolutamente lógico en este simpático colectivo. Si alguien cometiera el desliz de indicar qué sería importante sus correligionarios serían los primeros en contestar a todo filispín: “bah, menuda ocurrencia, mira tú si en Ferroliño no habrá cosas más importantes a que dedicar los cuartos”.

domingo, 13 de enero de 2019

770 menos

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 13 de enero de 2019

Estamos de enhorabuena. Los ferrolanos, de siempre grandes expertos en matemáticas y amantes de los cálculos, conseguimos dejar el padrón de habitantes en un número redondo: 66.799. ¡Qué maravilla, qué número tan bonito! Es verdad que para conseguirlo hubo que restarle 770 vecinos al censo de 2017, pero eso no tiene ninguna importancia. Es lo de todos los años, más o menos. Ferrol ha perdido ya un tercio de su población, aproximadamente, por lo que continuar en ese declive demográfico se ha convertido en una rutina. Da igual que el gobierno local sea de derechas o izquierdas, conservador o progresista, tenga mayoría absoluta (Rey Varela) o se defienda con una exigua minoría (Jorge Suárez). La ciudad continúa padeciendo los mismos problemas y los gobiernos han presentado, en ambos casos, la misma capacidad para solucionarlos: ninguna. El saldo vegetativo es negativo; nacen menos vecinos que los que mueren. El saldo migratorio también es negativo: se van más que los que llegan. Y los que se van son los mejor preparados, más jóvenes, en edad de procrear, cotizar y consumir. Llegan, de regreso, vecinos que se han ganado su derecho a la jubilación, sin duda de ningún tipo, pero son los que consumen menos, no tendrán más hijos y necesitarán más recursos sanitarios y sociales. Repito, de un modo totalmente merecido, después de una vida de trabajo aportando lo que la sociedad les demandó. 

Este año será el del cambio de ciclo, dicen los más optimistas. Los astilleros construirán fragatas y quién sabe si algún buque más para vender a una Marina extranjera. El campus industrial de Esteiro encontró su hueco y las titulaciones nuevas son un éxito. El Puerto está batiendo récords de trasiego de toneladas de mercancías y de pasajeros en los cruceros. Las escuelas de la Armada obtienen los mayores reconocimientos por la capacitación de los marinos profesionales. ¿No es suficiente? Qué importa que la ciudad sea de las más envejecidas de España, que haya más pensionistas que empleados activos y que la dependencia del sector público sea la única alternativa en la que confiar. Menudencias, problemas sin importancia. La crisis demográfica no es algo que preocupe en Ferrol. Todavía hay quien lo fía todo a la carga de trabajo y al corte de chapa en los astilleros, tal vez porque no haya caído en la cuenta de que esos astilleros tendrán cada vez una plantilla menor. El empleo es un factor necesario, imprescindible, pero no suficiente para provocar un vuelco demográfico. Hace falta mucho más. Todo aquello que haga que un joven apueste por Ferrol cuando se le presente la oportunidad de conseguir el mismo empleo que en otra ciudad. ¿Es Ferrol un lugar atractivo para vivir? 

domingo, 6 de enero de 2019

Café Moderno

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 6 de enero de 2019

En el Café Moderno de Pontevedra era frecuente encontrar a Castelao, Cabanillas, Alexandre Bóveda o a Losada Diéguez. Cuentan las crónicas que allí comenzó a redactarse el primer Estatuto de Autonomía de Galicia. Alexandre Bóveda había sido nombrado miembro de la comisión redactora del Estatuto en el año 1932 y se puso a la tarea. El Café Moderno era un lugar ideal para escribir, conversar, contrastar ideas, revisar el articulado del nuevo texto autonomista. Los ferrolanos conocemos bien la importancia de los cafés para el desarrollo social, cultural y hasta político, por eso es fácil para nosotros imaginarnos el escenario en que se vivieron aquellos tiempos de esperanza. Recientemente, en 2006, se instalaron en la placita delante del Café Moderno las figuras de tertulianos ilustres que se sentaron alrededor de sus mesas de mármol modernistas: Alfonso Daniel Rodríguez Castelao, Alexandre Bóveda, Valentín Paz Andrade, Ramón Cabanillas, Carlos Casares y el músico Manuel Quiroga. Es un homenaje al diálogo, la tertulia, la razón y la convivencia en paz.
 
Alberto Núñez Feijóo, presidente de todos los gallegos, eligió como decorado para el discurso de año nuevo el cuadro de Castelao A derradeira leición do mestre, traído de Argentina y expuesto estos días en Compostela. Permítanme que lo diga alto y claro: no es compatible ocupar un alto cargo en el Partido Popular y utilizar durante unos minutos el cuadro de Castelao para dar apariencia de una normalidad democrática y espíritu de concordia del que se reniega. No es posible defender la idea de que nadie va a callar a los gallegos delante del cuadro que representa el silencio de la muerte, del exilio, del terror impuesto por el bando sublevado que originó una guerra y una dictadura larga, cruel y sangrienta. No es decente afirmar que el cuadro “es un exiliado más que vuelve a su casa” cuando Castelao, su autor, jamás pudo regresar y malvivió en el exilio argentino y Bóveda, representado en el maestro asesinado, fue pasado por las armas en el cercano monte pontevedrés de A Caeira. No es coherente reivindicar el diálogo, la libertad y la reconciliación militando en un partido político incapaz de condenar el franquismo, rechazar la guerra civil, los valores del Movimiento Nacional, las sentencias ilegales de miles de consejos de guerra infames y los cientos de miles de asesinados enterrados en fosas comunes, al pie de las tapias de cementerios sin identificación o en páramos desiertos.

La política líquida, efímera, digital, sin contenidos ni valores que nos envuelve actualmente, hace posible que los representantes políticos defiendan una cosa y la contraria en el mismo acto, tal que un discurso dirigido a toda la población.