domingo, 3 de marzo de 2019

Mercados de abastos 4.0

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 3 de marzo de 2019

Los mercados de abastos ferrolanos, Caranza, Recimil y Magdalena, están desatendidos, desamparados, faltos de cuidados. Lo digo así, con cierta “finura”, pero ustedes ya saben a qué me refiero y utilizarán el calificativo qué mejor les parezca. Siéntanse libres, por favor. Los mercados de abastos, propiedad de los municipios, están siendo rehabilitados y puestos en valor en muchas plazas de Galicia y España. Para no cansarles sólo citaré los ejemplos de Lugo, ya totalmente operativo, y Pontedeume, a punto de estarlo después de una profunda restauración. La lista es larga (en Galicia hay 105 mercados) y muy variada, si bien es cierto que en la mayoría de los Concellos se han tomado medidas para mejorar este canal comercial: ampliación de horarios, promociones, servicio a domicilio, aprovechamiento de todos los puestos de venta, diversificación, mejora de la hostelería, y cosas así. 

En Ferrol, poco o nada. Ahora que estamos en vísperas de elecciones algunos partidos políticos se acuerdan de las abandonadas plazas. El señor Rey Varela, candidato a recuncar a la alcaldía por el partido conservador, ha sacado del cajón una propuesta para los mercados de abastos que tenía traspapelada y se le olvidó ejecutar cuando era alcalde y tenía mayoría absoluta y a todas las administraciones gobernadas por sus compañeros de partido. El señor Suárez, actual alcalde y también candidato a recuncar por los Comunes (eso parece), ha presentado por enésima vez sus proyectos. Para Recimil un estudio de una empresa consultora; para Caranza unos planos “que ya son una realidad aunque las obras no han comenzado”; y para el mercado de la Magdalena unos proyectos para el derribo de la nave provisional “que tendrán que esperar a que se disponga de fondos”. La explicación, en este caso, se quedó corta y tendría que continuar “…ya que los dineros que había los hemos destinado a amortizar deuda en lugar de invertirlo en la ciudad para quedar bien con los bancos”.

Pero mantengamos la esperanza. Hay muchos alcaldables en liza y alguno nos presentará su propuesta Mercados de Abastos 4.0. Ya lo estoy viendo. Robots limpiando los pasillos, carritos autónomos que siguen a cada cliente, drones haciendo recados, pantallas de plasma contando cuándo fueron pescadas las parrochitas, sensores que se ocupan de purificar el aire, acomodar la temperatura y la luz ante cada puesto e, incluso, un sistema inteligente que avise si se pretende salir sin hacer bien la compra: “Señor Fandiño, se le olvida comprar el pan y un trocito de empanada de raxo”, “Doña Chuca, pásese a recoger los tomates y los pimientos del Couto”, y mensajes parecidos. Los mercados no envidiarían en nada a los astilleros. Al tiempo.

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