lunes, 30 de junio de 2014

Consensos urbanísticos

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 30 de junio de 2014

Consenso fue la palabra más repetida en el Foro Voz que tuvo lugar esta semana, en el que se debatió acerca del plan urbanístico de Ferrol para los próximos lustros. Hasta tres tipos de consensos fueron señalados como necesarios. Un primer consenso entre todos los agentes implicados sobre el diseño del próximo Ferrol. Arquitectos, urbanistas, sociólogos, comerciantes, vecinos, seguro que se pondrán de acuerdo en pretender una ciudad sostenible, respetuosa con el entorno, amable con sus ciudadanos, con buena movilidad que permita la interconexión entre todos sus barrios, con respeto a su historia e identidad. Será necesario detallar, en todo caso, las intervenciones que recogerá el plan acerca de los terrenos desafectados por Defensa, del desarrollo de los planes especiales para Ferrol Vello y la Magdalena, los ensanches, el uso de terrenos portuarios una vez que se trasladen sus operadores al puerto exterior, la necesaria mejora de la nueva entrada a la ciudad a través del muelle y el desarrollo de los transportes urbanos y de cercanías.

El segundo consenso necesario es, a mi juicio, una obviedad, aunque también es en demasiados casos una "rara avis". Me refiero al consenso político, al acuerdo entre todos los representantes políticos y sociales, fruto del conocimiento, del debate, de la cesión e incorporación de las mejores ideas, tengan el signo que tengan, al margen de la fuerza de los votos que las respalden. En Ferrol hubo unanimidad en el apoyo al plan vigente. Esperemos que se pueda conseguir en el futuro.

El tercero de los consensos se refiere al ámbito comarcal, a la necesidad de dialogar entre ayuntamientos limítrofes que forman un "contínuum" en el territorio. Tímidamente los tertulianos manifestaron la necesidad de entendimiento entre los concellos de la ría o incluso de toda Ferrolterra, 11 municipios y 160.000 habitantes: Ferrol, Narón, Neda, Fene, Mugardos, Ares, Valdoviño, Somozas, Moeche, San Sadurniño y Cedeira. Un entendimiento que supere las fronteras, que no fomente una competencia fratricida en la disputa por fijar población, por capturar el asentamiento de empresas e infraestructuras.

Pero claro, aquí estamos hablando del mismo consenso que tendría que posibilitar el funcionamiento de entidades supramunicipales para compartir servicios y ser más eficientes en la gestión de recursos y sus costes, tales como mancomunidades o áreas metropolitanas. E incluso que permitiese la fusión de concellos, algo sobre lo que todos los políticos dicen estar de acuerdo pero, (con la única excepción "forzada" para dar ejemplo en Oza-Cesuras) ninguno quiere fomentar. Por eso este "consenso comarcal" se me antoja el más difícil de alcanzar. Pero sería muy deseable.

jueves, 26 de junio de 2014

La Xunta y la evaluación de los funcionarios

Artículo de Opinión
Publicado en Economía Digital el 25 de junio de 2014

¡Ya está el lío armado! ¡Otra vez! Y ya van unas cuantas. Me refiero a que de nuevo los responsables de la Xunta de Galicia han sacado del cajón el proyecto de implementar un sistema de "evaluación del desempeño" para medir el rendimiento de los aproximadamente 100.000 funcionarios sobre los que tiene competencias. Un sistema que sirve, según tratan de explicar, para "mejorar la gestión" y que tendrá la finalidad de "ligar parte de las retribuciones complementarias a la progresión alcanzada por el personal". A ver, dicho en claro, como se dice en las empresas donde esto ya está implantado desde hace tiempo, se trata de un sistema para pagar la parte variable de la retribución en función del rendimiento alcanzado. La productividad. Sin eufemismos.

En las empresas se miden los resultados de las gestiones de cada empleado, su productividad, su nivel de absentismo, su desarrollo profesional, en definitiva, el cumplimiento de los objetivos que tiene asignados. Estos resultados se trasladan a sus cuadros de objetivos y, en función de su consecución, se traducen en el complemento retributivo correspondiente. 

El asunto es sencillo por muy compleja que pueda resultar la metodología empleada. El problema de su aplicación al colectivo de funcionarios (también sucede en las empresas) estriba en la figura del evaluador y en el grado de objetividad que pueda garantizarse en el sistema. La mayoría de los intentos realizados fracasaron precisamente aquí. ¿Qué sucede si a un funcionario le tiene que evaluar un jefe que no lo es? Digamos un cargo de libre designación, un político de los que no salió elegido y su partido lo "coloca" en una Administración cualquiera. O un directivo de un "chiringuito parapúblico" que tiene asignados funcionarios. O incluso un funcionario de carrera que temporalmente ocupa un puesto en un Servicio del que desconoce su funcionamiento y que únicamente estará el tiempo necesario para hacer méritos que le permitan acceder a otro superior. Y así un buen número de casos en los que pueda concurrir el desconocimiento, la subjetividad e incluso la "opinión política" a la hora de realizar las evaluaciones de un subordinado.

En éstas están. También en las modificaciones legales que permitirán la movilidad forzosa, la devolución de retribuciones que fueron recortadas y discusiones sobre otros derechos adquiridos. Pero, a mi juicio, es su obligación llegar al entendimiento que permita implantar un sistema que "prime" el rendimiento, que elimine el café para todos y no perpetúe la ineficiencia de la Administración. 

España continúa teniendo unas empresas de las menos productivas de Europa, lo que es un serio problema a solucionar. Y también continúa teniendo una Administración General sobredimensionada, duplicada e ineficiente, cuando ahora más que nunca necesita transformarla en una Administración racional, eficaz, austera, ocupada por funcionarios que "se desempeñen" alcanzando una alta productividad por la que cobrarán una parte de su salario. Es una asignatura pendiente desde hace ya demasiado tiempo.

domingo, 22 de junio de 2014

Ferrol, Cádiz, Cartagena

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 22 de junio de 2014

Decía el ex-alcalde Bello hace pocas fechas que el tiempo en Ferrol no se mide en años, se mide en épocas. Es una unidad de medida, como lo puede ser un cambio generacional, el paso de los gobiernos municipales, o el reinado de un monarca. Supongo que esta ocurrencia de medir el tiempo en épocas no es otra cosa que afirmar que todo en Ferrol se hace muy lentamente y, me permito añadir, no con el mejor de los resultados.

Comparemos el paso de una época, el juancarlismo, en las otras dos ciudades departamentales españolas, Cádiz y Cartagena, que comparten con Ferrol buena parte de su historia reciente. Las tres ciudades acogen a los Arsenales Navales, dependencias y escuelas de la Armada, y astilleros dedicados a la construcción civil y militar. Obviamente, cada una ha tratado de desarrollar otras muchas peculiaridades que les permitieran no tener una dependencia "absoluta" de la vida castrense tales como la pesca, sus puertos, industrias complementarias, comercio y turismo. Además de tratar de "vender" la propia imagen, la ciudad, su patrimonio, la acogida de sus gentes y el disfrute de sus fiestas locales.

Aquí es donde la evolución de las tres ciudades navales divergen, y mucho, especialmente en los últimos 25 años. En esta época tanto Cádiz como Cartagena han vivido una transformación extraordinaria. Son ciudades que tienen en común un alto nivel de desempleo (como Ferrol, por encima del 30%) una gran estabilidad política con el mismo alcalde desde 1995 -curiosamente en ambos casos son alcaldesas- y que debido a su clima sus ciudadanos viven las calles y plazas como si fuesen sus salas de estar. También están potenciando el turismo de cruceros, sus museos navales, o su pasado fenicio y romano, todo ello una vez hechos los deberes de presentar (y disfrutar) unas calles limpias, rehabilitados sus mejores edificios, peatonalizados sus cascos históricos y ajardinadas sus plazas, paseos y alamedas.

Ferrol, mientras tanto, ha mantenido su empecinamiento en destruir patrimonio. Cada alcalde (hasta 8) ha dedicado tiempo y dinero a derribar lo que hizo el anterior, sabiendo que el siguiente lo modificará. Haciendo que la plaza de España bata todos los récords de "obra en curso". Y todavía con la tarea pendiente de transformar, rehabilitar y modernizar la ciudad. Ahora buscando la forma de potenciar el turismo industrial, de encontrar fondos para recuperar Ferrol Vello y todavía acabando las infraestructuras que permitan sanear la ría. 

No sé si todo esto es consecuencia de que hubo demasiados alcaldes. ¿O será por que no hubo una alcaldesa al estilo gaditano y cartagenero? Lo sabremos cuando transcurra otra época. Que sea breve.

viernes, 20 de junio de 2014

El mercado son personas

Artículo de opinión
Publicado en Economía Digital el 18 de junio de 2014

Conocimos recientemente los resultados de la última Encuesta de Presupuestos Familiares: el gasto medio de los hogares se redujo un 3,7% en 2013, lo que sumado a los anteriores años de la crisis se traduce en una reducción del 14,5% desde 2008. El dato es claro, es cruel, y describe claramente la situación actual.En el desglose de la encuesta se comprueba como se encarecieron las partidas de vivienda, agua, luz, gas y alimentación en el hogar. Además de la enseñanza y los medicamentos. Por el contrario se redujeron los gastos en transporte, viajes, ocio y comidas fuera del hogar, lo que afecta fuertemente a los sectores de la restauración, hoteles, cafés, cines, teatros, espectáculos y ocio en su conjunto.

Al mismo tiempo que conocemos estos datos la Comisión Europea hace públicos los informes de Eurostat. Nos dice: "España es el país de la UE con menor recaudación derivada del consumo". La recaudación se situó en 14 euros de impuestos por cada 100 euros de consumo en los hogares, mientras que la media de la UE fue de 19,9 euros. Su conclusión fue de primero de carrera: hay que incrementar los impuestos al consumo.

Si los rectores del asunto hubieran pasado de curso, o hubiesen tenido la responsabilidad de vender productos de consumo en mercados en recesión o estancados su respuesta sería otra. No sería subir el precio a los productos que ya se han convertido en caros o prohibitivos para un alto porcentaje de consumidores. Necesariamente tendría que pasar por incrementar la recaudación de otras fuentes de ingresos: gravando en mayor medida los capitales (sicavs), reduciendo el fraude fiscal, la economía sumergida, la evasión de divisas, o acometiendo reformas que llevasen al Estado a la reducción de gastos superfluos, administraciones innecesarias o redundantes, y medidas similares.

Esto lo han entendido países poco sospechosos de tratar mal a los capitales, como Estados Unidos, Japón o Alemania. Sus medidas fueron en esta dirección al mismo tiempo que favorecieron el consumo interno a través de una mejora del poder adquisitivo de sus ciudadanos. Subieron salarios y bajaron impuestos directos al consumo. Habrá sido porque tienen claro que para crecer es necesario estimular el mercado interno, y "el mercado son personas". Este es el título de un pequeño libro publicado por el prof. Chías en 1990. Hace ya mucho tiempo de su publicación y de la de cientos de estudios y tratados en la misma dirección, con resultados de éxito. Se ve que los técnicos de la Comisión Europea no tuvieron oportunidad de estudiarlos, y continúan estrujándose el cerebro tratando de ver cómo se puede obtener mayor recaudación estrujando a quien ya no puede comprar ni lo necesario.





miércoles, 18 de junio de 2014

Patrimonio industrial, patrimonio mundial

De guarisnais.
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 15 de junio de 2014

Definitivamente se ha abierto la carpeta del fomento del Patrimonio Industrial. Se celebrará estos días un congreso internacional pilotado por la Diputación, asistimos a la edición de nuevos libros, y recientemente impartió una ponencia en la Cidade da Cultura el ingeniero Manuel Lara, ferrolano, profesor universitario y uno de los máximos defensores del patrimonio industrial. Se crean múltiples rutas con vocación divulgativa y turística, como la ruta de la construcción naval, la de los faros, de las conserveras, se estudia la del pan de Neda y también otras rutas culturales como la del modernismo o la ruta de Torrente Ballester.

Sin embargo la carpeta titulada Patrimonio Mundial (antes Patrimonio de la Humanidad) está cerrada o al menos permanece abierta por la misma página desde hace muchos años, llena de problemas alrededor de los trámites que impiden que Ferrol de la Ilustración obtenga el reconocimiento que merece. Que si se presenta sola o junto a otras ciudades. Que si se gestiona a través de una fundación o a través de otro organismo. Que si se impulsa o se frena porque hay otras prioridades. De todo esto hubo y algo queda en una candidatura que cuenta con un gran trabajo técnico y documental que la respalda -ya expuesto en varias ocasiones- y de la que poco se sabe acerca de su órgano gestor y de las gestiones (permítaseme la redundancia) que realiza.

Se cumple ahora el quinto aniversario del nombramiento de la Torre de Hércules. Hace ya más de diez años del de la Muralla romana de Lugo, y Santiago de Compostela tiene el reconocimiento desde mediados de los años ochenta. También lo tiene el Camino de Santiago. Hoy día están trabajando con agilidad las candidaturas de la Ribeira Sacra, la de Baiona y los Pueblos Colombinos, y la del Folclore gallego, al menos que yo conozca. Todas ellas documentando sus méritos y con entes gestores constituidos y perfectamente enfocados hacia el objetivo de conseguir el valioso reconocimiento.

¿Para qué? La respuesta podría formularse con otra pregunta, "a lo gallego" que diría el todavía Rey: ¿conocen ustedes alguna ciudad o bien cultural que, una vez conseguida su proclamación como patrimonio mundial, haya empeorado? Claro que no. En todos los casos se produjeron importantes mejoras en las tareas de rehabilitación, consolidación, señalización, presencia en publicaciones especializadas e incremento exponencial del interés de vecinos y turistas hacia los bienes catalogados.

Ferrol comenzará a recoger los frutos del turismo industrial en los próximos años.  Ha comenzado ya a recoger los del reconocimiento internacional de la Semana Santa. A ver si alguien se acuerda también de la carpeta del Patrimonio Mundial.

Ferrol y los Borbones

De guarisnais. 
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol el 8 de junio de 2014

Es difícil encontrar un caso como el ferrolano en el que el desarrollo de una ciudad esté tan estrechamente ligada a la decisión de la Corona española. Durante el reinado de Felipe V, primer Borbón que reina en España desde 1700 a 1746 se pueden señalar en el calendario tres fechas decisivas para Ferrol: 1717 con la decisión de construir buques modernos, nuevos astilleros y organizar las distintas flotillas en la Armada Española; 1726 con la creación de los departamentos marítimos de Ferrol, Cádiz, Cartagena y la Habana, y la posterior estrategia de construir "los más imponentes arsenales"; y 1733 en que las villas de Ferrol y La Graña pasan de la Casa de Lemos al realengo de la Corona. Lo que supusieron estros tres hitos en la transformación de la villa ferrolana es ya conocido: aumento de la población hasta el punto de convertirse en la ciudad más poblada de Galicia, nacimiento de nuevos barrios y creación de infraestructuras "innovadoras" que la convirtieron en la primera ciudad del Reino de Galicia en contar con un cementerio y una alameda pública. De estos desarrollos y los producidos en los reinados posteriores de Fernando VI (1746-1759) y Carlos III (1759-1788), ha salido Ferrol como ciudad beneficiada, especialmente a partir de 1761 con el diseño y ejecución del Nuevo Poblado de la Magdalena por los ingenieros militares Ilustrados, lo que cambiaría definitivamente la fisonomía, organización y la cultura de la ciudad naval.

Un par de siglos y medio más tarde nos toca ser testigos de la abdicación de Juan Carlos I, después de un reinado de 39 años calificado ya en algunos foros como el más fructífero de la historia de España. Permítanme que lejos de efectuar ningún análisis deje en manos de los historiadores tan difícil tarea. Felipe VI comenzará su reinado en medio de una crisis de la institución monárquica, con buena parte de la sociedad manifestándose a favor de la instauración de la III República y otra solicitando que se someta la decisión a referéndum. Si bien es verdad que una mayoría votante de los partidos mayoritarios con más de un ochenta por ciento de representación en la Cámara Baja, apoyan el Pacto Constitucional en el que se recoge con claridad la línea sucesoria a la Corona. Es un escenario en el que el nuevo Borbón estará sometido a una reválida contínua de su gestión y a la comparación del coste-beneficio de que la jefatura del Estado esté encarnada en un monarca "profesional" o pueda ser elegida cada cierto tiempo de entre todos los españoles.

Entre examen y examen déjenme que le recuerde a don Felipe que no sólo la monarquía está atravesando una profunda crisis. Ferrol, la ciudad naval e ilustrada "nacida" por una decisión borbónica, también.  

martes, 17 de junio de 2014

Liderazgos variopintos

Artículo de Opinión
Publicado en Economía Digital, 11 de junio de 2014


Cada vez se escuchan calificativos más rebuscados que intentan explicar diferentes estilos de dirección, de liderazgo político e incluso "monárquico". El último es el expresado por el presidente de México sobre Juan Carlos I, tildándolo de "líder visionario", cuando trataba de explicar el adelanto a su tiempo en el momento del relevo franquista para devolver el régimen democrático usurpado a los españoles.

De "liderazgo a la expectativa" e incluso "a la bartola" se ha calificado el modelo empleado por el presidente Rajoy. Define alguno de sus rasgos característicos dentro de una estructura de partido monolítico, que basa su liderazgo en el poder otorgado en su nombramiento aunque el líder carezca de autoridad y esté permanentemente en "tela de juicio". El poder del aparato emite a diario la posición a adoptar y, de manera jerárquica, toda la organización asume esos argumentos y deja para algunos "versos sueltos" las poquísimas disidencias que se producen. 

Por su parte en las filas socialistas el lío para solucionar sus problemas internos es de tal envergadura que impide catalogar el modelo de liderazgo a seguir. Por una parte intentan transmitir el deseo de escuchar y hacer partícipe a la sociedad en la elaboración de sus programas y propuestas. Por otra, cada vez que tienen que dar un paso en esa dirección se encuentran con sus más de 100 años de historia, con el respeto hacia los órganos del partido y con el intento de encajar la "participación con la ortodoxia de sus diferentes comités". A esta ensalada se suma el característico espíritu crítico socialista, las voces de los barones, los poderes territoriales, aspectos todos ellos que sumados traducen el discurso de los líderes socialistas en algo así como: "es bueno que decidan las bases pero a mí me gustaría que se eligiera a funalito/a". La incoherencia que se traduce, una y otra vez, en descrédito.

Existen otros modelos acomplejados por definirse como líderes y que tratan de suavizarlo definiéndose como "portavoces". En partidos como Izquierda Unida llenos de "corrientes de opinión" "familias" y "voces discordantes", con líneas de actuación diferentes e incluso contradictorias en diferentes zonas del país y todas ellas defendibles echando mano de la decisión de los "compañeros locales". El caso más llamativo lo observamos ahora en el "partido virtual, de facebook" que es Podemos. Su "humilde portavoz" no lo ha sido tanto cuando ha utilizado su propia imagen en los medios de comunicación, redes sociales, carteles e incluso como logotipo en las papeletas electorales. Veremos si esta humildad permite que su imagen se difumine a medida que gana peso la organización política, necesaria para poder operar como  cualquier estructura social, tenga el tamaño que tenga. El reto que tiene no es pequeño y parece que ya en los comienzos de su definición han saltado más de un par de chispas.

Hay otros liderazgos curiosos en el horizonte político. El "liderazgo suicida" de Mas que no quiere ir solo al precipicio después de que recientemente descubrió que era independentista, y quiere que le acompañen muchos ciudadanos que no saben muy bien para qué. El contrario de Rosa Díez, quien descubrió que no era socialista después de perder unas primarias y creó un partido para poner en práctica su "liderazgo egocéntrico" que traduce en "lo que yo diga, lo que yo determine y el ya lo decidiré". O los liderazgos minoritarios que buscan incansablemente la participación ciudadana defendiendo unos proyectos de los que los ciudadanos no quieren participar, porque no están de acuerdo, no los entienden, no los consideran viables o cualquier otra razón. Lo curioso de algunos de estos es que su acción para mejorar esta participación no la traducen en más acercamiento y explicación de sus propuestas, sino que habitualmente hacen el diagnóstico de que la sociedad todavía no está madura para asumir sus propuestas visionarias.

Anda! De nuevo los "liderazgos visionarios". Se cierra el "círculo" del liderazgo, ese lleno de modelos pintorescos, de incoherencias, poco sólidos, cargados de poder y vacíos de autoridad y lejos, muy lejos de ganarse el respeto de los ciudadanos.

jueves, 5 de junio de 2014

Comercialización de la nueva monarquía

Artículo de Opinión
Publicado en Economía Digital el 5 de junio de 2014


El escenario surgido tras la abdicación de la Corona por parte de Juan Carlos I estará lleno, al menos hasta la proclamación de Felipe VI, de análisis, valoraciones y manifestaciones a favor y en contra de que la Jefatura del Estado resida en la Monarquía e incluso en si el modelo de Estado debe seguir siendo el que fija la Constitución, una Monarquía Parlamentaria, o debe cambiarse para favorecer la llegada de la III República. Al mismo tiempo se han comenzado ya a llenar miles de páginas y cientos de horas de tertulias acerca de lo bueno o malo que ha sido el "juancarlismo" durante estos 39 años, y del nivel de preparación que ha conseguido atesorar don Felipe para poder desempeñar el "trabajo" de rey como Felipe VI.

No parecen existir dudas acerca del papel de dos de las funciones constitucionales más relevantes que ha desempeñado Juan Carlos I: como Capitán General de las Fuerzas Armadas, y como el primero de los Embajadores de España ante el mundo. Es cierto que la transformación que se produjo en nuestros ejércitos (en los que todavía se oían "ruídos de sables" a mediados de los 80) ha sido ejemplar, pasando de un ejército masculino, heredero de muchos valores procedentes de la dictadura franquista y basado en el Servicio Militar Obligatorio, al ejército profesional actual, mixto, ampliamente valorado por el conjunto de la sociedad española. Igualmente, el papel del rey padre ante las instituciones internacionales, gobiernos y regiones estratégicamente importantes para España como Latinoamérica, Europa, Norte de África y Oriente Medio, ha sido muy fructífero y ha posibilitado que los intereses españoles (ciudadanos, empresariales e institucionales) encontrasen un buen caldo de cultivo en el que poder desarrollarse. 

Por otra parte, un amplio conjunto de méritos se atribuyen a este período monárquico, tales como su apoyo a la transición y el cambio de régimen, la estabilidad política con sus correspondientes alternancias, la cohesión territorial y el  impulso institucional. Pero no se puede decir lo mismo acerca del bagaje en el comportamiento personal, claramente marcado por la opacidad en el manejo de los presupuestos asignados a la Casa Real, el proteccionismo periodístico-informativo totalmente dirigido desde su gabinete de prensa, o los excesos económicos poco ejemplarizantes en que ha incurrido y no sólo en períodos de crecimiento. 

La evolución de España en estos 39 años ha sido extraordinaria. No hay duda de esto. Y los comportamientos, la preparación, el manejo de información y los valores de las actuales generaciones de españoles que no votaron la Constitución del 78 se están demostrando muy diferentes de los de las anteriores, "aflorando" especialmente en medio de esta crisis económica y social. Están en crisis los liderazgos de los partidos políticos y organizaciones sindicales; generalizada la corrupción; aumentando la desigualdad y acercando a miles de españoles a los umbrales de pobreza; incrementándose la desconfianza en las instituciones judiciales y medios de comunicación; y en "solfa" el propio rol de la monarquía.

Felipe VI no lo tendrá fácil. Estará sometido a una evaluación permanente y tendrá que procurar un cambio radical si quiere volver a obtener la valoración que tenía la Casa Real de 7 en lugar del 3,5 actual, según los últimos datos del CIS. ¿Con qué "plan comercial"? Estoy seguro de que en la libreta de don Felipe deben estar anotados, cuanto menos, cuatro corredores estratégicos de los que no sería bueno desviarse: austeridad en todos los gastos y máximo ajuste en el presupuesto de la Casa Real; transparencia absoluta en todo su ámbito de actuación; excelencia en la comunicación de cada una de sus gestiones; y demostración de la utilidad de la institución frente a un posible cambio a una jefatura elegida entre todos los ciudadanos españoles.

Estos pilares comerciales son, a mi juicio, condición necesaria para que pueda tratar de vender la "institución monárquica" en el momento actual a la sociedad española. Quedará por ver si son condición suficiente. De ello, entre otras cosas, dependerá la aceptación de su reinado y, con él, la permanencia de la monarquía.

lunes, 2 de junio de 2014

De tapas, pinchos y pimientos

De Guarisnais. 
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 1 de junio de 2014


Son muchos los concursos que hay por toda Galicia, alguno ya con una historia de años de éxito. Se trata de una buena herramienta de ese tipo de márketing llamado "experiencial" del que, les aseguro a ustedes, muchos de los cocineros, hosteleros y concejales del ramo encargados de organizarlos ni han oído hablar ni falta que les hace. Pero es verdad que los concursos de tapas generan una muy grata experiencia en los consumidores, no sólo las derivadas de su degustación sino también por el hecho de poder emitir un veredicto, de interactuar con un jurado profesional, de tener una buena comunicación con otros agentes o ser entrevistado por algún medio de comunicación.

Los tenemos de todos los tipos. Aquellos que tratan de promocionar un casco histórico, una ciudad: Pontedetapas, en Pontevedra; Ribadeo de tapeo; Santiago(é)tapas; tapeando en Mondoñedo; saborea As Pontes; Baidetapas por Baiona; Cangas sabe bén; pinchanoGrove; que bó estás Guitiriz. O aquellos que promocionan un producto específico, como los concursos de tortilla en Betanzos, las tapas con pimientos de Herbón, en Padrón, las de pulpo en O Carballiño, las elaboradas con queixo San Simón da Costa, o la ruta con fabas de Lourenzá. Aquellos otros que premian una mayor exigencia de los cocineros, como el concurso Picadillo de A Coruña, el de tapas en Vigo Vello o Lugo, y los Sabores de Outono de Ourense. E incluso algunos que utilizan la tapa como elemento promocional para un fin de mayor rango, como las Tapas pola Igualdade de Vigo o el consumo de productos ecológicos en la alimentación con-senso en Palas de Rei.

En nuestra comarca comienza ahora el Tapéate Ferrol de primavera. Un concurso  abierto, que persigue potenciar la creatividad de los cocineros dejando libertad en el uso de ingredientes y materias primas. Es el criterio elegido, tan válido como cualquier otro. Aunque tal vez pudiera aprovecharse este evento para encontrarle un hueco a los "pementos do Couto", producto cultivado en once municipios de Ferrolterra, con "indicación xeográfica protexida" desde el 2010 y el reconocimiento del sello Galicia Calidade gracias a que es una especie distinta a  los pimientos de Herbón (Padrón) por su ausencia de "capsicina" entre otras diferencias. Vamos, que hay total garantía de que no pican.

Los gallegos encontramos una buena propuesta con los concursos de tapas, con una mecánica barata, fácil de llevar a la práctica, que permite defender la gran calidad de las materias primas. Y también expresarse a los cocineros que saben transformarlas y conseguir pequeñas maravillas a un precio asequible. Algo que todos, gallegos y visitantes, valoramos especialmente en los tiempos que corren. Buen provecho.