domingo, 29 de noviembre de 2015

Santi Santos y Los Limones

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 29 de noviembre de 2015

La Sociedad Artística Ferrolana (SAF) le acaba de hacer entrega del premio musical Gregorio Baudot a Los Limones, grupo fundado en 1987 por Santi Santos y otros músicos ferrolanos de su pandilla de Montefaro. Santi Santos, al que ustedes identificarán como el cantante y alma máter del conjunto, se merece este premio como músico. Igualmente podría ser reconocida su faceta de escritor, porque Santi Santos ha escrito y arreglado ya más de cien canciones de esas que tienen calidad, de las que se sabe lo que quiere decir y además lo dice con su estilo, que cuentan historias, que son mucho más que estribillos pegadizos… “Vivo al lado del mar / en un pueblo donde /perder es lo normal / Los que pudieron escapar / juraron no volver jamás”. Canciones que han sido reconocidas, entre otros, por los grandes grupos del pop madrileño, a los que Santi Santos les acercó la influencia de su tierra, del mar, de su forma de ser. Les contó y les cantó como somos los ferrolanos a los hermanos Urquijo, o a Antonio Vega, y compartió escenario y estudio con ellos en multitud de ocasiones. Las alegrías, las penas, las crisis y el orgullo de ser de una tierra de altibajos, como ciclotímica, que recorre la historia a través de momentos de euforia y depresión casi a partes iguales… “La fábrica cerró / las máquinas pararon / se secó el sudor / La cabeza bien alta / cuando se tiene valor / para andar por la vida / como el mejor perdedor”.

A Santi Santos le gusta tocar en los bares. En el año 2012, con motivo de sus 25 años componiendo y actuando en todo tipo de escenarios, vino a recorrer Galicia en una gira de 25 conciertos titulada “Cientos de bares, cientos de canciones”. Me gusta tocar en los bares, decía en las ruedas de prensa previas, “porque allí es donde pasa todo. Son un espacio cultural de primer orden, del que sales sabiendo cómo está el mundo sin necesidad de ver el telediario”. Y continuaba hablando sin parar de música, de músicos, de los diferentes tipos de formaciones que podía utilizar, desde las más complejas hasta salir él solo con su guitarra, de la calidez que le aporta el sonido de una steel guitar o la fuerza y la presencia de la gaita gallega. Los periodistas no preguntaban, escuchaban, en aquellas sesiones que se alargaban porque se habían transformado en clases magistrales.

Asistí a varios conciertos de Los Limones y pude comprobar como el público sabía la letra de “Donde se acaba el mar” aunque muchos decían que esa canción se titulaba Ferrol. La cantaban con Santi Santos: “Sé que aquí nací / y aquí quiero quedarme / aquí está mi hogar / dónde se acaba el mar…”. Es ya un himno de Ferrol que supo salir y triunfar fuera de puertas. Como Los Limones.

miércoles, 25 de noviembre de 2015

La movilidad en Galicia, una ruina

Cuadrante de reflexión
Publicado en Economía Digital, edición Galicia, el 25 de noviembre de 2015

En unos pocos días en Galicia no habrá ningún tipo de bonificación o descuento en el precio de los peajes para camiones. El próximo 1 de diciembre las ayudas actuales dejan de tener efecto. Esta Comunidad Autónoma se convertirá en la única con autopistas de pago en la que no se ofrecerá ningún incentivo a los transportistas para que continúen usándolas en detrimento de las carreteras convencionales. Para este sistema de transporte, el primer arrastre desde las fábricas o los puertos hasta los almacenes reguladores o plataformas logísticas, el pago de los peajes se convierte, en la práctica, en la única opción, con el consiguiente incremento de coste en comparación a este tipo de servicio en otras zonas del país. En el caso de los productos primarios, especialmente los agropecuarios y resto de la alimentación, a este mayor coste se suma la necesidad de someter las cargas a varios arrastres. No es posible, en la inmensa mayoría de los casos, transportar camiones completos de una referencia (por ejemplo, leche) directamente al almacén de una gran superficie debido a su pequeño tamaño y menor rotación de los productos que, pongamos por caso, un hipermercado de la misma enseña de Madrid. Esto obliga a realizar más entregas de menos cantidad de producto, con las consiguientes descargas en almacenes intermedios. Más movimientos, más consumo de combustible, más peajes, más mano de obra, más contaminación… En definitiva, más coste en horas y en euros para transportar la misma mercancía y llevarla hasta los lineales de los puntos de venta.

Por otra parte, sufre también el correspondiente sobrecoste el servicio de segundo arrastre, la logística interna de las cadenas de distribución. La entrega de mercancías a puntos de venta más pequeños, como los supermercados y tiendas franquiciadas que tenemos en nuestra región, obliga al reparto en furgones prácticamente a diario cuando no varias veces al día en algunos puntos de venta. De nuevo, mayor esfuerzo en la distribución.

En tercer lugar, la utilización de las autopistas de peaje por un alto porcentaje de la población que se desplaza en el eje atlántico por razones profesionales está igualmente penalizada. Son miles los desplazamientos efectuados diariamente desde Ferrol a la frontera portuguesa, que hacen frente a un sobrecoste en comparación con los desplazamientos que se realizan en las comunidades vecinas del noroeste, por citar un ejemplo. Es mucho más barato moverse en Asturias o Castilla y León, con un sistema de autovías o autopistas exentas de peaje.

El panorama, a partir del 1 de diciembre, no puede ser peor. Los salarios en Galicia están un 20% por debajo de la media nacional. Los beneficios empresariales son también más bajos, como lo es el tamaño medio de las empresas. Es una comunidad con un asentamiento poblacional muy disperso, con más puntos de venta y de menor superficie que el promedio. La distribución (y la movilidad) en la región, aún con las ayudas actuales, es cara. Sin las ayudas, una ruina. Veremos si aumenta el tráfico, de camiones, furgones y turismos, en las carreteras secundarias, con las consecuencias negativas que eso trae consigo. En el Ministerio de Fomento algún experto en planificación y movilidad se preguntará por qué.

domingo, 22 de noviembre de 2015

Con dos palés

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 22 de noviembre de 2015

En la foto publicada por este periódico hace unos días se veía a unos músicos actuando al lado de unas terrazas en la calle Real. Unos músicos muy entregados cantando ante un público muy atento. La foto me gustó mucho y lo que más me impactó fue el escenario: dos palés. Dos palés que sujetaban la peana de una sombrilla, en los que estaban subidos los músicos, con sus instrumentos, sus pequeños altavoces, una botella de agua y una cerveza, que tampoco es cosa de deshidratarse. Un escenario perfecto, cercano, amable, que al mismo tiempo que alza a los artistas no lo hace tanto como para endiosarlos, como pasa con los escenarios tipo orquesta Panorama y otros así, más propios de verbenas. Este era un escenario ecológico, que se monta y desmonta en menos tiempo que se afina la guitarra. Barato, portátil, vintage.

La actuación forma parte de los actos de dinamización que organizaron los comerciantes del centro, como medida promocional ante la peatonalización integral de la calle Real. Antes era peatonal a medias, como por horas, y permitía el aparcamiento por las noches. Ahora no. Nada de coches, solo personas, que para eso es la espina dorsal del casco histórico, el eje de simetría de la Magdalena. Y, además, tenía que tomarse esta medida, dicen los expertos, que no es más que una de las contempladas dentro del plan MUS.
- ¿Cómo? ¿Qué en Ferrol hay que hacer un plan para jugar al mus? ¿Ya no vale aquello de tres a la mayor, paso a chica, no llevo pares y órdago al juego?
- No hombre no, no se trata del juego del mus en el que los ferrolanos somos catedráticos. Es el plan de Movilidad Urbana Sostenible, una cosa más fina, con un nombre más rimbombante, como de más calado.
- Ah, bueno, acabáramos.

Ese es el tema, la movilidad urbana sostenible que lleva implícita la devolución del centro de la ciudad a los peatones y trata de racionalizar y disminuir el uso de los coches, algo que hacemos “ineficazmente, desaprovechando su capacidad de transporte, favoreciendo la congestión, la contaminación, la accidentalidad y la ocupación de los espacios reservados a los ciudadanos” según nos dicen desde la Escuela de Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos de la UDC.

A día de hoy, después de darle vueltas a la foto, entiendo la utilización de los palés como escenario. Los palés fueron diseñados para mover cajas y mercancías. Son una herramienta para la movilidad. Igualmente son un elemento urbano, desarrollado en las industrias, centros comerciales y plataformas de distribución. Y son sostenibles, reciclables. Es decir, los palés son unas piezas MUS y además sustentan la música, el arte. ¡Qué lástima no haberlo pensado antes y usarlos como base del capuchoncito!

domingo, 15 de noviembre de 2015

La esencia de la Plaza de Armas

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 15 de noviembre de 2015

Allá por 1480, cuando los Reyes Católicos estaban armando España a golpe de Ordenanzas (en nuestro país somos muy dados a reinar o gobernar produciendo ordenanzas, decretos y leyes a tutiplén) se dictaminó en una de ellas que la Plaza Mayor de una ciudad tenía que tener suficiente espacio para celebrar el mercado y además debía acoger la Casa Consistorial del Ayuntamiento. Cinco siglos más tarde, en la pasada década de los cincuenta, en Ferrol se decidió que la Plaza de Armas, que ya acogía un mercado, fuese el lugar donde se instalase el edificio del Ayuntamiento. La Plaza de Armas se transformó en la Plaza Mayor de Ferrol. ¡Y de qué forma y manera! Se cambió la funcionalidad de la plaza y se dio el pistoletazo de salida para cometer en ella toda clase de disparates y tropelías, hasta llegar a nuestros días convertida en una plaza sin alma, una plaza a la que se le robó su esencia.

A la plaza de Armas le robaron muchos metros cuadrados cuando se le instaló el “castillo de los pirulitos”, como le llamaba Torrente Ballester o “ese edificio de color ladrillo y cemento con chirimbolos en el tejado”, que diría Luis Otaduy, el abogado-escritor ferrolano. A la plaza de Armas le arrancaron de cuajo la fuente del Obelisco de Churruca y la mandaron al exilio y, además, mutilada sin los caños para que dejara de ser fuente. Y le arrancaron del suelo los árboles que daban sombra y la hacían acogedora. A la plaza de Armas la despojaron de su condición de plaza confortable con los vecinos y la llenaron de los coches de los vecinos. La desproporcionaron, le quitaron la simetría con su gemela de Amboage y rompieron alguna de las alineaciones dentro de un conjunto en el que todo se había trazado de manera simétrica, lineal, perfecta. A la plaza de Armas la convirtieron en plaza Mayor pero le quitaron su esencia, eso que en la filosofía clásica se define como la propia e indisoluble identidad de las cosas. Ahora Ferrol tiene plaza Mayor, sí, ¡pero qué plaza Mayor!

La corporación actual tiene el propósito de arreglar la plaza y volver a hacerla un espacio singular dentro del casco histórico. Por eso acaba de convocar un concurso de ideas para su reforma, al parecer muy abierto, en el que se podrán presentar todo tipo de propuestas. Esto está bien. Los arquitectos, ingenieros, urbanistas, paisajistas, historiadores del arte, sociólogos y demás disciplinas interesadas podrán aportar sus soluciones técnicas. Su grado de acierto, creo yo, no debiera medirse con la innovación que sigue una moda, ni con la copia de un diseño que encajó en otra ciudad. Debiera primar el proyecto que respire Ferrol, su cultura, su arquitectura, su arte, su historia, su manera de ser. Su esencia.

 

domingo, 8 de noviembre de 2015

Crowdfunding

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 8 de noviembre de 2015

Si el tema de la financiación de la Semana Santa lo tuviera que arreglar Pablo Iglesias –el madrileño de Podemos, no el ferrolano fundador del PSOE- seguro que ponía en marcha una campaña de crowdfunding, en castellano: micromecenazgo. Por aquello de no lesionar los presupuestos públicos ni pedir dinero a los bancos. Pero se ve que a los alcaldes de las mareas de este rincón atlántico, respaldados y con integrantes de su partido político, no se les ocurrió, por el momento, semejante idea. Una idea que no es nueva ni original; en España tiene un ilustre precedente conocido como “marcarse un lola flores”, nacido cuando la cantante tuvo un despiste con Hacienda y nos pidió unas pesetillas a todos los españoles para ver si solucionábamos su deuda como buenos patriotas.

Pero qué quieren que les diga. A mí el despiste me lo está produciendo seguir tantas reuniones, comunicados y negociaciones en las tres ciudades, aunque la palma la lleva el conflicto local. El alcalde de A Coruña se despachó diciendo que iba a permitir que se celebraran las procesiones y la cabalgata de Reyes, sin emplear ni un minuto en el detalle de cómo se financiarían. El de Santiago manifestó que era “voluntad del gobierno actual no aplicar líneas de subvención a las cofradías”, entendiendo que para el reparto de los fondos públicos esto no es prioritario. En ambas ciudades se trata de una actividad menor, sin amplia tradición y prácticamente sin ningún impacto económico ni en la ciudad ni para sus presupuestos; por ejemplo, en el caso de Santiago la subvención “en especie” es el equivalente a 7.000 euros.

En Ferrol el escenario es otro bien distinto. Se trata de conjugar la laicidad defendida en el programa político de los actuales regidores con mantener una actividad declarada de Interés Turístico Internacional, de gran impacto económico para las arcas de muchos sectores y en un escenario de grave crisis económica en toda la comarca. Con esto de conjugar quiero decir gestionar intereses a priori contradictorios. Eso, guste mucho o poco, es acción política. 

En estas están. Que si los 70.000 euros tienen que salir de las tres administraciones (Xunta, Diputación y Concello); que no cuenta el pago a la TVG por las retransmisiones ni tampoco el coste de las revistas monográficas; que yo pago si tú pagas, aunque vaya en contra de mi programa; que si las procesiones no son liturgia religiosa, como tampoco lo es balanceo del botafumeiro en la catedral compostelana, y cosas así. Hasta que a alguien se le ocurra algo como hacer una derrama, pagar a escote o mejor, un crowdfunding. Eso sí, seguro que a cada vecino que aportase algún eurillo le enviarían una postal del capuchoncito. Para motivar, más que nada.

Crecerán las ventas y el empleo

Gentes de trato
Publicado en La Voz de Galicia, sección Economía, el 8 de noviembre de 2015

En Londres ha comenzado ya la campaña de Navidad. En otras muchas ciudades europeas, entre ellas las españolas, las grandes cadenas de distribución están realizando los últimos preparativos. El ritmo frenético en que vivimos y la necesidad de mantener en crecimiento el consumo interno hace que cada vez se alarguen más los períodos promocionales, hasta el punto de conformar un contínuum en el calendario comercial. Llegará un momento en que termine la celebración de difuntos (Halloween o, en Galicia, Samaín) y al día siguiente aparezcan los “papanoeles” de peluche trepando por los balcones. Especialmente los fabricantes de productos de gran consumo –no solo de alimentación- lo aplaudirían, sobre todo en momentos como los actuales en los que los márgenes comerciales se achicaron, los precios no repuntan y se necesitan unos incrementos de volumen en las ventas muy considerables para garantizar su sostenibilidad. 

En España las expectativas son, un año más, positivas. Se prevé crecimiento de la actividad económica en una campaña comercial navideña que, por primera vez, estará cruzada con una campaña electoral. Las elecciones generales del 20D son un elemento atípico en la agenda de diciembre, aunque muy probablemente el comportamiento de compra no se verá influido en absoluto. Como cabe esperar, el empleo crecerá en el sector servicios. Los empleadores tienen a su disposición los últimos datos acerca del incremento de la confianza del consumidor, situados de nuevo a niveles de 2009. El mercado publicitario presenta el tercer mejor valor de contratación de los últimos 15 años (Zenthinela). Las reservas de alojamiento turístico mantienen la tendencia positiva de los últimos meses. Y se espera récord de facturación en el sector de comercio electrónico, según el estudio Términis. El escenario es el adecuado para que se cumplan las previsiones de crecimiento de las empresas de trabajo temporal, los portales de empleo y la contratación directa por parte de las empresas. Una de estas grandes distribuidoras prevé incorporar en Galicia a 300 nuevos trabajadores, con el compromiso de que algunos continuarán en plantilla en 2016. Ojalá fuesen muchos.

martes, 3 de noviembre de 2015

Un centro comercial en cada barrio

Cuadrante de reflexión
Publicado en Economía Digital, edición Galicia, el 2 de noviembre de 2015

La construcción de nuevos centros comerciales sigue su curso; en Galicia, de forma invariable. Y lo hace en la misma dirección que en su día lo hicieron los hipermercados y supermercados hasta convertirnos en una de las comunidades españolas con más metros cuadrados de superficie comercial por habitante. Algo así como construir un minifundismo comercial: más puntos de venta, de menor tamaño que la media nacional y más dispersos.

Los datos de la Asociación Española de Centros Comerciales registran 38 centros comerciales en Galicia sobre el total español de 542. Es decir, tenemos en este momento el 7% de los centros cuando la población gallega es de poco más que el 5%...y bajando. Su ubicación no se distribuye de forma homogénea por la totalidad de la región, y ni siquiera obedece de forma directa (aunque sí bastante proporcional) al tamaño de la población. Sencillamente hay ciudades que han apostado por este modelo y los sucesivos regidores, fuesen del partido que fuesen, no tuvieron tiempo a analizarlo en profundidad. Mientras, en otras como Santiago y Pontevedra se apostó por un modelo de ciudad con más presencia del comercio tradicional y el cuidado de sus cascos históricos.

Los años 2013 y 2014 fueron años de pocas aperturas de centros comerciales. Es muy llamativo el dato de que en 2013 sólo se abrió uno en toda España, y tuvo lugar precisamente en Ferrol. Ahora el fenómeno se reactiva. Nuevos grupos inversores están entrando en la compra y gestión de grandes superficies, así como en la construcción de espacios nuevos. En Galicia se abrió recientemente el de Bandeira (Vigo), se abrirá en pocos días el centro comercial Abella en Lugo, se está comenzando el de Pizarro también en Vigo y se sigue negociando la construcción del que sería el más grande de España en Porto Cabral, igualmente en Vigo. Todo esto sin olvidar algunos proyectos de ocupación de nuevas superficies comerciales en terrenos militares desocupados que se están recuperando por las ciudades, zonas portuarias o estaciones de ferrocarril e intermodales que buscan financiación a través de la recalificación de sus terrenos para usos terciarios.

El modelo parece claramente perfilado y su ejecución se ha puesto nuevamente en marcha. Importa poco el análisis de los centros que han tenido que cerrar, la saturación en zonas concretas (que están perdiendo población), el impacto en el pequeño comercio, los consumos de combustibles que generan los desplazamientos, la contaminación, el tiempo invertido, los costes de distribución y logística, la construcción en sus cercanías de urbanizaciones que contribuyen al despoblamiento de los barrios tradicionales, etcétera. Dicho de otro modo, importa poco o nada saber si el modelo es sostenible o no. Importan más, en este momento, las inversiones, la recalificación de suelo, la reactivación de la construcción, los impuestos de bienes inmuebles y los consumos y servicios que generan, incluyendo el consumo de combustibles del transporte de mercancías y personas.

Esta mañana mi Facebook me sorprendió con un reportaje sobre centros comerciales abandonados en España. Algunos con sólo tres años de vida. La información está un poco desfasada y todavía no recoge el complejo Dolce Vita de A Coruña. Conviene echarle un poco de ciencia al asunto, pero no únicamente ciencia económica y con enfoque cortoplacista. El modo y calidad de vida de las personas, como compradores y consumidores que somos, también tendría que estar dentro del modelo de desarrollo comercial. Y no como un elemento secundario, sino central.

lunes, 2 de noviembre de 2015

Con decoro

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 1 de noviembre de 2015

¡Un momento! La cosa se ha puesto interesante y merece la pena parar a reflexionar sobre ella. Las redes sociales están que echan humo y en los mentideros ferrolanos no se debe estar hablando de otra cosa, así que pongámosle un poco de ciencia y razón a semejante asunto de alta política local. Me refiero, ya lo habrán adivinado, al trascendente problema de la vestimenta que van a utilizar los ediles ferrolanos en la visita oficial al Arsenal y a Capitanía General el próximo 4 de noviembre. ¡Manda truco! Ya se sabe que las normas de convivencia y buena vecindad –no escritas- exigen visitas mutuas cada vez que se produce un relevo en una corporación local o en la máxima autoridad de la Armada (antes era el almirante Capitán General y ahora es el almirante del Arsenal). En esta ocasión sucede que las dos autoridades son nuevas en sus cargos, el alcalde Suárez y el almirante Romero Caramelo. Y claro, toca visita del gobierno local a las instalaciones navales dieciochescas para su conocimiento y mejor confraternización.

Pues decía que la tensión está aumentando a medida que se acerca la fecha. ¿Por algún asunto concreto? ¡Qué va! No parece que preocupe ningún tema que contribuya a mejorar la situación actual. Ni la apertura de Capitanía a la sociedad civil, ni el derribo de la muralla (a ver alcalde, aproveche la ocasión para pasear por el perímetro interior y se dará cuenta de que con la sustitución de la muralla por una verja en ningún caso se podría ver el mar) ni la cesión de edificios fuera de uso como el cuartelillo o la antigua Intendencia (¡qué magnífico edificio!) ni nada de eso. El tema relevante es la vestimenta de sus señorías. Como lo oyen. Que si llevarán corbata o no los concejales; que en una ocasión al concejal Miramontes, que era del mismo partido que el actual alcalde Suárez, no lo dejaron entrar al Arsenal sin corbata; que al poner chaqueta, la camisa no debería ir por fuera del pantalón y ser demasiado larga; ni las faldas de las concejalas, por el contrario, ser demasiado cortas…y todos, ellos y ellas, debieran vestir con decoro. Y aquí se armó la marimorena. ¿Y qué es el decoro y cómo se mide? Aquello de la dignidad en el aspecto, el cuidado de la estética y la decencia en la apariencia, ¿cambia en el tiempo? ¿es igual para jóvenes y mayores? ¿y para políticos activistas o conservadores?

A finales de los 80 viví una situación similar dentro de la Armada, cuando se permitió que los alumnos y marineros salieran de permiso con ropa “de paisano”. Había que pasarles revista y solo dejar salir a los que vistieran con decoro. Se pueden imaginar los debates en las cámaras de oficiales. Hay cosas en las que, efectivamente, Ferrol ha cambiado poco.