domingo, 17 de noviembre de 2019

Un café con Canalejas

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, 17 noviembre 2019

Al presidente Canalejas le han puesto un buen abrigo de bronce. Miguel Couto, el artista que hizo su escultura, pensó en un José Canalejas confiado, tranquilo, al que le gustaba pasear por aquel Madrid de principios del siglo veinte. Y lo trasladó al Cantón de Molins ferrolano, aunque don José naciera en Amboage. De Canalejas dicen los cronistas que era un hombre de temple, de fuerte personalidad y esmerada educación. Un patriota descomunal que se alistó en las tropas españolas para defender Cuba con más de cuarenta años y después de haber sido ministro de varias carteras. Políticamente fue un liberal progresista. Enfocó su trayectoria política en intentar hacer reformas democráticas que tuviesen como raíz la libertad de conciencia y las mejoras sociales. Cuando ocupó el cargo de presidente del Consejo de Ministros, entre 1910 y 1912, trató de solucionar los problemas surgidos en Marruecos, Canarias y Cataluña, propuso la reducción de impuestos a los productos básicos eliminando los consumos y los foros, intentó reformar las condiciones de trabajo nocturno de las mujeres y el descanso dominical, aprobó una ley de separación de los intereses entre Iglesia y Estado, reguló el servicio militar obligatorio eliminando el privilegio del pago para no ir a filas, luchó contra el caciquismo y a favor de la democratización de la política independientemente de que el Estado tuviese jefatura monárquica o republicana, y muchas cosas más.

No tuvo tiempo para desarrollar toda esa labor. El presidente Canalejas fue asesinado vilmente un frío mes de noviembre de 1912. Un anarquista sanguinario de los partidarios de las bombas y las pistolas le disparó tres tiros en la Puerta del Sol cuando miraba el escaparate de la librería San Martín, ya desaparecida. Acabó con la vida del ferrolano Canalejas, uno de los hombres más brillantes de la época que, a sus cincuenta y ocho años aún tenía mucho que decir. En el campo de la política y la jurisprudencia, el periodismo y la literatura. Este liberal demócrata, formado en Filosofía y Letras y Derecho, había sido decano del Colegio de Abogados, presidente del Ateneo y miembro de las Academias de la Lengua, Jurisprudencia y Ciencias Políticas y Morales, además de asiduo colaborador de los diarios La Democracia y el Heraldo de Madrid, del que también fue director.

Noviembre nos está azotando con un tren de borrascas cargado de meteoros adversos. Se une a la tormenta política y la inestabilidad provocada por la fragmentación del Congreso de los Diputados. Es un buen momento, tal vez, para tomar un café con el presidente Canalejas y aprender de sus reflexiones cultas y razonadas, alejadas del fanatismo, la superstición y la intolerancia.

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