domingo, 4 de octubre de 2020

Día internacional del café

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, 4 octubre 2020

En el almanaque ideal ferrolano debe señalarse como especial el 1 de octubre: Día internacional del café. Se cumplen ahora cinco años desde su proclamación por la Organización Internacional del Café y se conmemora con celebraciones por todo el mundo. Ferrol forma parte del mundo, aunque muchos ferrolanos no lo sepan o incluso se atrevan a negarlo. Como parte de ese mundo -ilustrado, culto, académico y racional, al menos desde el siglo XVIII-, Ferrol debe sumarse al conjunto de ciudades que reconocen, aplauden y difunden la gran aportación que el consumo de café ha supuesto para la sociedad moderna.

En el almanaque ideal ferrolano cabría mencionar al papa Clemente XIII, un veneciano del siglo XVIII que tuvo a bien “bautizar” el café porque era una “bebida deliciosa de procedencia turquesca” y, por tanto, de origen infiel. Pero irresistible y estimulante. Clemente XIII eliminó con un ensalmo los escrúpulos de los cristianos viejos y consiguió un doble avance: el café como bebida y los cafés como establecimientos públicos. A partir de aquí la historia es conocida y la resume en una frase el escritor Antonio Espina: “Los espejos y las mesas de mármol las puso enseguida Venecia. Los músicos, Viena; y los artistas y literatos, París”.

Ferrol se sumó pronto a la cultura del café. Hay registros de la llegada de productos de ultramar traídos en 1803 desde el puerto de La Coruña que incluían azúcar, cacao, maderas, tabaco, palo de Campeche, vainilla y cerezas de café. En 1853 se habilitó el puerto ferrolano para el comercio de cabotaje y el abastecimiento de “coloniales” fue constante. Se abrieron cafés, tostadores, salones de recreo y se generalizó el consumo de café en los hogares. En época más moderna el café llegó a la cantina de la estación del tren, a los ambigús de los cines y teatros, a las dependencias militares y hasta a una barra de bar instalada en el palacio municipal. Sin olvidar, nunca lo hacemos en esta columna, la gran presencia de los cafés en La Magdalena: cafés musicales, cafés de tertulia, cafés de socialización, cafés de juegos de mesa y de lectura de periódicos. 

El almanaque ideal ferrolano nos avisará en 2021 que debemos asistir a alguna charla en la sala Carlos III y recordar que, a pesar de que era un gran consumidor de chocolate (Carlos III, digo), mandó construir una pieza de café en el palacio real. Y visitar la exposición en el invernadero del Cantón para ver los cafetos y sus frutos. Y ver a Torrente Ballester sentado en el Novelty. Y a Wenceslao Fernández Flórez dudando de si ir a tomar café a El Siglo o a El Suizo. Y asistir al concurso de cafés actuales elaborados por quienes conocen unas recetas de siglos. Y Ferrol seguiría en el mundo…del café.   

No hay comentarios :

Publicar un comentario