domingo, 14 de noviembre de 2021

Es la semántica, camarada Garzón

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, 14 noviembre 2021

Al ministro Garzón se le atraganta la semántica como se le atragantó la carne. Se le dan mejor los números que las letras, al parecer, cosa que tropieza con su actividad de parlamentario. El ministro Garzón trató de echarle una mano a su compañera de partido Yolanda Díaz en su afán de clarificar lo que quieren hacer en materia laboral, cuando le asestó un duro golpe al idioma que usa para trabajar. Vamos a modificar los artículos más lesivos, eso es lo importante y olvídense de la semántica, vino a decir. El Diccionario de la Lengua Española (DLE) enseña que la semántica es la disciplina que estudia el significado de las unidades lingüísticas y sus combinaciones. El castellanohablante Garzón, Yolanda Díaz, Nadia Calviño, Pedro Sánchez y otros miembros del Ejecutivo, líderes de los agentes sociales y buena parte de los medios que los cubren, llevan enzarzados varios meses con el significado de la palabra reforma aplicada a la legislación laboral. 

Consultemos el DLE. Revertir: volver al estado o condición que tuvo antes. Derogar: dejar sin efecto una norma vigente. Por aquí no vamos bien. No se puede derogar y dejar un vacío legal, tampoco se pretende volver al articulado anterior a 2012. Hay que avanzar. Modernizar, actualizar: poner al día. Cambiar: convertir algo en otra cosa, frecuentemente su contraria. Modificar: dar un nuevo modo de existir a algo; reducirlo a los términos justos, templando el exceso o exorbitancia. Con estas expresiones afinan un poco mejor. La última pronunciada por la ministra Díaz fue reformular. El diccionario dice que se trata de enunciar algo en términos claros y precisos. ¡Al fin! Escribir los artículos atropellados por el gobierno de Rajoy, sin diálogo ni negociación ni consenso ni nada parecido, en términos claros y precisos. Aquellos, los más urgentes, recogidos en el componente 23 del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia consensuado en el gobierno coaligado y aprobado por la Unión Europea. A saber: simplificación en la contratación; reducción de la temporalidad; regulación y sostenibilidad del empleo; modernización de la negociación colectiva; subcontratación; y eficiencia de las políticas públicas de empleo.

La redacción en el nuevo articulado de cada una de estas cuestiones se debe antojar clara, precisa y limpia, como le gustaría a Antonio Muñoz Molina. Se deben, dijo el escritor, “…limpiar las palabras de la mugre y la costra del embuste…y la palabrería corporativa de las rutinas y los clichés y las insufribles muletillas de ese extraño idioma que comparten los profesionales de la política…”. Cosas de la semántica, imprescindible para saber lo que significan las palabras y aprender a decir lo que se quiere decir.

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