domingo, 11 de octubre de 2015

Los políticos se aburren

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 11 de octubre de 2015

No es más que una sensación acerca de los políticos locales. Esos que se dedican de forma profesional a la política, los que dicen tener una clara vocación por el municipalismo, aquellos otros que únicamente manifiestan estar de paso prestando un servicio temporal a la ciudadanía o los que están sentados en el consistorio porque no les queda más remedio, porque sus compañeros de partido se lo pidieron por aclamación. En cualquiera de los casos, yo creo que se aburren. Que no encuentran el suficiente glamour en las cosas ferrolanas y por eso buscan otros alicientes de más alta consideración. Permítanme que haga un repaso.

El alcalde Suárez se declara activista y repite con frecuencia que no le gusta gestionar, que no está allí para eso. Lo suyo es remunicipalizar servicios para que “queden exentos de estar gestionados por empresas privadas” (sic). Se le ve más sonriente cuando está en otros foros buscando hacer “frentes comunes”, ya sea para presentarse a unas elecciones o para definir acciones de unidad popular de mayor rango al municipal. Al exalcalde Rey, recién nombrado Conselleiro de Política Social de la Xunta, se le notaba algo incómodo en los rifirrafes locales. Tal vez por eso había buscado refugio en la Federación Galega de Municipios y en tareas orgánicas de su partido. La actual teniente de alcalde Sestayo no acaba de entender por qué tiene que quedarse únicamente con un cargo público, concejal o parlamentaria en O Hórreo. Su presencia en los dos puestos es una “apuesta por defender mejor Ferrol”, dice, aunque ese áurea de alguien insustituible no case muy bien con lo que dice su partido. Y el concejal Rivas está en el discurso de la soberanía. No de la soberanía ferrolana, sino de Galicia, tal y como repetía el profesor Beiras, el referente de su formación, hace más de 25 años en la Praza da Quintana santiaguesa.

El caso es que todos buscan combatir el tedio de la gestión local con el trabajo por conseguir logros más relevantes. No encuentran suficientemente atractivas las tareas de dejar de contaminar la ría, cuidar y poner en valor el patrimonio, encontrar una playa en la que puedan corretear los perros, atinar con los usos que se quieran dar a la pajarera-invernadero-expositor cultural del Cantón y a la pérgola de los jardines de Herrera, limpiar y arreglar las calles para que los vecinos no tengan que preocuparse por sus tobillos o sus dientes, y pequeñeces de esta naturaleza.

Por eso yo echo de menos a un político municipalista como el doctor Lores, alcalde de Pontevedra, quien en un ataque de sinceridad dijo que le gustaban todas las ciudades de Galicia, “incluso” Ferrol. Él lleva años demostrando que no se aburre gestionando y mejorando su ciudad.





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