domingo, 5 de junio de 2016

Casa de Baños Flotante

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 5 de junio de 2016

Vamos a dar un paseo, ahora que viene el buen tiempo, de 130 años. Les invito a viajar a 1886. Mientras tomamos unos guarisnais podemos entretenernos con los periódicos locales. Leeremos que ya comienza la temporada de baños y se instalará, desde el 19 del mes actual hasta el 30 de octubre, la Casa de Baños Flotante en el muelle de Curuxeiras. Dice el anuncio: “Ya el público conoce este establecimiento, cuyas condiciones de comodidad, seguridad y aseo, han sido aumentadas el presente año”. Al lado del texto aparece una fotografía de la Casa de Baños Flotante, anclada a poca distancia del muelle, a la que se llegaba gracias al servicio de un mozo que patroneaba un pequeño bote de remos. Calculen ustedes que las dimensiones del artefacto flotante serían de unos 30 metros de largo por 10 de ancho, de forma rectangular, con las cabinas situadas en la cubierta inferior y una terraza cubierta, abalconada, en la superior, para disfrutar del paisaje. “La empresa -continúa el anuncio- procuró introducir en el balneario toda la suma de comodidad posible y, a pesar de esta circunstancia, ha decidido no aumentar los reducidos precios que estableció durante la temporada anterior”. Se ve que, en la época, finales del siglo XIX, la cosa del negocio estaba un poco apurada. Por 0,25 pesetas se compraba el billete con derecho a baño general. Con otras 0,25 pesetas se tenía derecho a sábana y toalla. Y, además, “para que las familias numerosas puedan obtener mayor economía, no vaciló la empresa en hacer un nuevo sacrificio y abrir desde el 16 de los corrientes abonos para baños particulares a precios económicos y convencionales, para lo cual deben entenderse las personas que deseen abonarse con D. Leandro Torres y Cía, Real 112, donde se expenden los billetes”. 

En 1886, por lo que vemos, la dársena de Curuxeiras era un lugar limpio en el que se instalaba una casa de baños de la que los vecinos podían hacer uso. El agua de mar se filtraba y calentaba, para llenar las bañeras, algo que ahora se hace en los más modernos centros de talasoterapia. Hoy, 130 años más tarde, no se puede disfrutar de los baños de mar en la ría. Es una cloaca llena de bacterias insalubres provenientes de residuos fecales, industriales, agrícolas y ganaderos. Lo dicen las autoridades sanitarias y lo dice en su informe la Agencia Europea del Medio Ambiente, dándole un varapalo demoledor al golfo Ártabro y, muy particularmente, a la ría de Ferrol. El progreso y los avances industriales hicieron que se llenara la ría de hormigón, de diques, de muelles y de fábricas. Pero también de lodos, de metales pesados y bacterias. Así que, ya lo saben, esta temporada no se podrá disfrutar de la Casa de Baños Flotante en Curuxeiras.

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