domingo, 18 de septiembre de 2016

¡Alerta, el café se acaba!

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 18 de septiembre de 2016

Lamento tener que escribir esta crónica y traerles esta terrible noticia, pero como ferrolano de toda la vida y, por tanto, amante del café y de la cultura de los Cafés, me siento obligado a contárselo. Ustedes sabrán disculparme y, a buen seguro, me lo agradecerán. El caso es que este verano en varias publicaciones científicas y portales web de alimentación se publicaron unos resultados del Instituto del Clima de Sidney (Australia) que señalan, reproduzco literalmente, que el café podría desaparecer por completo este mismo siglo. Así lo han escrito, tal cual. Los científicos australianos, para mayor abundamiento en la tragedia, fijan dos fechas en el calendario: en 2050 la mitad de las zonas cafeteras del mundo ya no podrían producir, y para 2080, si no se pone remedio, se certificará la desaparición definitiva del café. ¡Qué gran desastre!¡Qué terrible amenaza! Muchas páginas de organismos reguladores del café están reproduciendo la noticia y, en Internet se está produciendo un debate de lo más sesudo: que si el café da trabajo a más de 120 millones de personas en 70 países; que si el culpable del fiasco es un hongo llamado “la broca”; que todo es consecuencia del cambio climático, y razonamientos de este tipo.

Mientras tanto en Ferrol yo empezaría por tocar todas las campanas de las iglesias y la de la puerta del Dique y poner a la ciudadanía en máxima alerta. ¡Zafarrancho de combate! sería lo apropiado. Y, rápidamente, empezar a tomar medidas para que la ciudad departamental no se quedase sin café. Nunca. Qué seríamos sin café en las torrefacciones, ultramarinos, mercados, tiendas, y los propios cafés. Qué seríamos sin el fuerte y excitante licor cerebral que decían los ilustrados. Imposible explicar la historia ferrolana y su presencia en el mundo sin el Café del Ángel, el Café de la Iberia y el Café del Correo del siglo XIX, o los del siglo XX el Gran Café Español, el Café el Siglo, el Real Café Bar, el Gran Café del Comercio, el Gran Café América y, como no, el primer Café Suizo. Y por supuesto, los cafés actuales, magníficos espacios de charlas, tertulias, algunos todavía lugares amables en los que se leen periódicos, se escriben retales literarios, crónicas periodísticas o se hacen croquis de las hélices que montarán las fragatas F110.

Los desvelos de la sociedad ferrolana ya no deben centrarse en tener o no presupuestos municipales, formar parte de una especie en peligro de extinción o no poder aparcar en el barrio de la Magdalena. Tendrán que hacer frente a la peor de las amenazas imaginables: la desaparición del café. Los investigadores australianos avisan con antelación. Permanezcamos en alerta, con ayuda de un buen café.

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