De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, 21 febrero 2021
Cada día digerimos cientos de cifras. O miles. Es verdad que no todos, si contamos a los ciudadanos alérgicos a la información, aquellos otros que transitan por su micromundo dándole vueltas a los cuatro o cinco datos que le interesan (porque refuerzan su ego) y los más modernos chuliguais antisistema que rechazan, por sistema, toda fuente de conocimiento, inteligencia colectiva y progreso porque sí, porque ellos lo valen. Pero los que sí pretenden conocer los datos de la sociedad en que viven se enfrentan a una dura tarea: diferenciar la verdad de la mentira, las noticias verdaderas de las falsas, de los números ocultos o de las verdades a medias.
Será difícil conocer los entresijos de la caja B del Partido Popular, aquella “contabilidad extracontable” bautizada así por Luis Bárcenas, gracias a las artimañas de los inocentes dirigentes del partido conservador que por las mañanas destruyen pruebas y por las tardes alardean de transparencia y colaboración con la justicia. Sería deseable conocer las cuentas del rey Juan Carlos en el extranjero ajenas al fisco, esto es, a todos sus compatriotas. Y, de paso, las cuentas verdaderas de la Casa Real, al margen de las asignaciones presupuestadas: esto lo paga Patrimonio, los coches los cede aquel ministerio, aquello lo mantiene tal empresa pública, y así. Se precisa contabilidad de costes con todas las partidas perfectamente valoradas e imputadas (con perdón) a la cuenta de gastos, que esta sí ha de ser real además de Real. Y las cuentas claras de las empresas públicas (menudo agujero el de Navantia), de las eléctricas, de los contratos con las farmacéuticas. Las cuentas de la concesión de la AP-9 y las cláusulas de su contrato leonino: si gano, gano; si pierdo, me paga el Estado. Y las cuentas del rescate europeo al Reino de España para que, a su vez, rescatara a una parte del sistema financiero: cuánto han devuelto, cuánto queda por devolver y cuándo lo harán. Sobre todo por aquello de que de los dineros que pagamos en los impuestos no se iba a detraer ni un céntimo, como nos aseguraron los gobernantes de la época, fieles y leales representantes de la cosa política de los que no cabe duda que jamás mentirían a sabiendas a los nacionales españoles, muy españoles y mucho españoles.
Hace unos días el actual gobierno presentó las cuentas de gastos 2020. Lo hizo a través de las Delegaciones del Gobierno, en los medios y redes sociales. Partida a partida, capítulo a capítulo, euro a euro. Probablemente, a estas alturas, estemos empachados con las terribles estadísticas de la pandemia y no nos quede materia gris disponible para dedicar a los números reales de la gestión de los dineros públicos. Es lo que hay.
¿Entonces el PSOE es el único que hace bien las cuentas? Por favor, don José, usted vale mucho más que eso.
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