domingo, 29 de agosto de 2021

Cinco nombres escritos en el suelo

De guarisnais 
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, 29 agosto 2021

La ejecución de los proyectos de cierta envergadura tiene vida propia, esto es bien conocido. Se dibuja una cosa, se presupuesta otra, se aprueba una tercera y se ejecuta la obra al buen saber y entender de quien la hace. El caso de la premiada plaza de Armas es un buen ejemplo. Le cambiaron hasta el nombre del proyecto. Y una rampa de acceso que iba a salvar las escaleras, pues va a ser que no. Y un tablero de ajedrez que no estaba previsto, pues esto sí. Y una escultura de grandes bloques de granito como homenaje al barrio de la Magdalena, pues fuera con ella. Y todo así. Hasta el rediseño de última hora de homenaje a algunos de los ingenieros ilustrados que construyeron el nuevo Ferrol. Ah, pero…¿no sabían que la plaza incluye un agradecido reconocimiento a los marinos ilustrados que construyeron el Arsenal, los astilleros y el Nuevo Poblado de la Magdalena? Pues lo incluye, aunque para verlo hay que mirar al suelo. Deberán ustedes bajar la vista (cosa que siempre viene bien para no meterse en una fochanca o tropezar con algún granito rebelde) y pasear la acera de la calle Real opuesta al palacio municipal. Allí están grabados en piedra los nombres de cinco ingenieros y arquitectos que más y mejores obras hicieron en esta villa.

Cosme Álvarez presentó el proyecto para el Astillero de Esteiro en 1749 y en 1750 confecciona el plan de Arsenal. Fue uno de los primeros directores de esta obra, además de jefe de la Escuadra y comandante general del Departamento. Joseph Petit de la Croix fue ingeniero jefe del Arsenal. A él se debe el proyecto del Cuartel de Batallones de Marina, hoy Cuartel de Dolores, de 1751. Un edificio con capacidad para acuartelar a 4.000 infantes de marina, presidido por el patio cuadrado porticado de 100 varas de lado. Francisco Llobet realizó el plano de 1757 en el que se define el martillo del malecón, la plaza de acceso a Puerto Chico y comienza a levantarse la monumental Sala de Armas, más conocida como Cuartel de Instrucción de Marinería. Jorge Juan y Santacilia, el sabio y gran espía español, trazó en 1761 uno de los últimos planos de la Magdalena, además de hacer mejoras en el Arsenal y fomentar el sistema de construcción de buques “a la inglesa”. Y por último, tal vez el más importante, Julián Sánchez Bort, ingeniero y arquitecto que construyó el gran Tinglado, finalizó la Sala de Armas, la Teneduría, el Cuartel de Presidiarios y diseñó la iglesia de San Julián.

Fueron cinco marinos ilustrados con los últimos conocimientos atesorados en la Compañía de Guardias Marinas, la Academia de Matemáticas de Barcelona y la Academia de Nobles Artes de San Fernando de Madrid. Ferrol les debe mucho. Una lástima que para reconocerles sea preciso escudriñar el suelo. 

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