domingo, 27 de febrero de 2022

Avistamiento

 De guarisnais

Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, 27 febrero 2022

 

 

La arquitecta Julia Schulz-Dornburg, alemana afincada en Barcelona, está intrigada por saber dónde está Franco. Hace un tiempo le encargaron una exposición sobre la Segunda República y el Franquismo y se le ocurrió sacar a la luz la estatua ecuestre de Franco, entre otras. La vandalizaron, golpearon, pintaron y destrozaron más de lo que ya estaba. A la arquitecta Julia Schulz-Dornburg aquello le sorprendió. ¿Acaso esperaba otra cosa? ¿Qué esperaba? El resultado es que decidió investigar dónde se encontraban las demás esculturas ecuestres de Franco para publicar un libro. Un pequeño fiasco, con perdón. Consiguió fotografiar la de Zaragoza, guardada en la Universidad Laboral, la de Santander en un almacén municipal, y la de Valencia, en la base militar de Bétera. Pero no tuvo acceso a las de la academia militar de Toledo, la de Madrid en paradero secreto, la de la Fundación Gaselec en Melilla ni a la oculta en los jardines de La Granja de San Ildefonso en Segovia. Tampoco le fue permitido fotografiar la más grande de todas, la estatua ecuestre de siete toneladas y mayores dimensiones que, durante tanto tiempo, presidió la plaza de España de Ferrol. Está guardada en algún almacén custodiado por la Armada, probablemente un pañol del Arsenal o de la Escuela Antonio de Escaño, según dicen. Pero la arquitecta desasosegada no la pudo ver y mucho menos fotografiar.

 

En cualquier caso, si hubiera venido a Ferrol, la arquitecta Schulz-Dornburg hubiese encontrado a Franco igualmente. No tenía más que asomarse a ver la placa de su casa natal en la calle María, o la placa en recuerdo de su bautismo en la iglesia castrense, o buscar la placa de inauguración de la plaza de España aún colocada al lado del café Avenida e incluso un retrato vestido de almirante capitán general colgado en el salón de lectura de la biblioteca naval, que esto ya parece el colmo del despropósito. Franco vestido de almirante a pesar de haber suspendido el examen de ingreso a la Escuela Naval. Podía, además, completar el dossier con nombres de calles de cargos franquistas, cruces, monumentos a la victoria, escudos y un largo etcétera.

 

La arquitecta Schulz-Dornburg no sabe dónde está Franco pero quien sí lo sabe es la presidenta IDA, Isabel Díaz Ayuso. Hace unos días, en Valladolid, confirmó en un mitin que “en estos años hemos visto a Franco volando en helicóptero”. La cita es literal. Y haríamos bien en creerla. La prueba es que también hemos visto a políticos partidarios de la pureza de la raza, de eliminar derechos de las mujeres, de derogar la Ley de la Memoria Democrática, de volver a un estado centralista y totalitario, recuperar los principios del Movimiento de los años 40 y demás cosillas franquistas. En serio.

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