domingo, 24 de abril de 2022

La confianza toca fondo

Escribanía de mar

Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, 24 abril 2022

 


El mes de marzo presentó unos indicadores económicos decepcionantes. El IPC alcanzó en España un 9,8%, dato que no se veía desde 1985; en Galicia, vaya sorpresa, el 10,5%, a pesar de que Núñez Feijóo gobernaba la economía (y todo lo demás) presumiendo de que los conservadores siempre fueron maestros en la gestión de las cuentas. No hay excusas, suelen acusar los partidos de la oposición a los que ocupan el poder cuando las cosas de los cuartos se complican. Ni la subida del gas y el petróleo, ni los precios de la electricidad, ni la pandemia maldita (de la que hasta se obvia que continua matando a cien personas cada día, en promedio), ni la invasión de Ucrania por un dictador matón que solo entiende de tanques, espías y asesinatos. Nada de eso justifica, dicen los opositores al Gobierno, que en España suban los precios más que en Francia, Alemania, Estados Unidos o Portugal, por mucho que en esos países lo hagan por encima de lo que lo hicieron en los últimos treinta años.

 

Los precios subieron y la confianza bajó, y bajó mucho. El ICC (Índice de Confianza del Consumidor) se dio un batacazo de órdago y eso es muy malo, créanme. El dato de marzo fue del 53,8, 36 puntos menos que en febrero y 20 puntos menos que en marzo del 2021. Recuerden que la escala en que se mide va de 0 a 200, y una puntuación por debajo de 100 indica una percepción negativa mientras que por encima de 100 sería positiva. ¿Percepción de qué? Percepción de que la economía pueda mejorar, que el mercado de trabajo presente una mejor cara y que la situación de los hogares no sea tan difícil como lo es ahora. De todos estos factores nos presenta el CIS unos resultados catastróficos, los peores de toda la serie histórica y lo de histórico aquí no es una frase hecha. Los españoles han respondido a la encuesta de marzo de forma rotunda: no encuentran razones para confiar en el futuro inmediato. Valoran mal la situación actual, con 49,5 puntos sobre 200. Puntúan mal las expectativas a corto plazo, con un 58,1 puntos sobre 200. Y, como consecuencia, presentan escasa confianza en que mejore de forma inminente su capacidad de compra y ahorro. De forma complementaria en las respuestas del CIS se observa una evolución negativa de las expectativas en relación con cuatro factores críticos: los precios, ya comentados, la evolución de los tipos de interés (no ven un buen momento para pedir un crédito), las posibilidades de ahorro -muchas familias tienen serias dificultades para llegar a fin de mes, como para darse el lujo de ahorrar unos euros- y la compra de bienes duraderos (mejor esperar a comprar casa, coche, electrodomésticos, muebles, etc…). Vamos, lo que se dice un auténtico descalabro.

 

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