domingo, 10 de abril de 2022

Pagar por aparcar

Escribanía de mar

Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, 10 abril 2022

 

Una noticia volandera, de esas que llegan por sorpresa, provocó un subidón extraordinario en la autoestima ferrolana. Habrá un Plan MUS. Por fin, pensaba quien les escribe, un plan en el que podremos destacar, en el que somos catedráticos, en el que nadie, a excepción de los vascos, nos aguanta ni tres asaltos. Jugaremos al mus, ya saben, paso a la grande, envido a chica, no tengo pares pero ¡órdago al juego!, todo eso aderezado por las señas, que sí valen, y la boca, que no juega. El mus es a las tascas, las cantinas de las sociedades de barrio, las de los equipos de modestos y los bares del café de tarde, tan importante que explica buena parte de su existencia. Pero…¿para qué un plan mus?

 

Hasta aquí llegó la alegría. Esto del plan MUS era, nuevamente, otra forma de llamarle a la enésima propuesta en materia de movilidad. MUS es ahora Movilidad Urbana Sostenible y obedece a la actualización de lo que en 2009 se llamó Plan de Movilidad y Espacio Público. ¡Acabáramos! Nada de mus, noble juego de naipes, y sí MUS, plan que pretende una ciudad más segura, saludable y sostenible a base de poner orden en la peatonalización, los desplazamientos a pie, en bicicleta, en transporte público o en coche privado. Un plan que se financiará con fondos europeos y estará incluido en la estrategia Edusi, aquella que recibió un aprobado raspado para algunos proyectos conjuntos con Narón.

 

En la nueva revisión, actualización o adaptación de aquel plan asesorado por los técnicos especialistas del Ayuntamiento de Barcelona, puede leerse alguna que otra sorpresa escrita a modo de circunloquio o, dicho en ferrolano, con ganas de marear la perdiz. Les explico. Se dice que el vehículo privado es un bien de lujo y que, como tal, la responsabilidad de su guarda y custodia (aparcamiento) debe ser asumida por su propietario…”igual que el seguro, el combustible, el mantenimiento o las reparaciones”. Dicho en corto y por derecho, lo razonable sería pagar por aparcar, aunque esto último no se dice así ni siquiera parecido. Las corporaciones ferrolanas con sus alcaldes al frente saben que el inquilino del palacio municipal que se atreva a sugerir que en este Departamento se pague por aparcar sencillamente, en las siguientes elecciones, dejará de custodiar el bastón de mando. 

 

¡Pagar por aparcar! ¡Menudo desatino! Por eso se suaviza la cuestión con un plan de estacionamiento (queda más fino decir estacionar que aparcar), un plan de transporte público terrestre, marítimo y ferroviario que devuelva la dignidad a sus usuarios (sic), lo sostenible que es desplazarse en bicicleta y lo saludable que es hacer los recados andando. Eso sí, dejando tiempo para echar una partidita de mus.

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