domingo, 20 de diciembre de 2015

Suspenso en transparencia, otra vez

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 20 de diciembre de 2015

Hace poco menos de un año les contaba en esta columna como Ferrol había obtenido un suspenso estrepitoso en transparencia. Los datos los publicaba la Universidad Rey Juan Carlos I en un informe sobre la aplicación de la Ley de Transparencia en municipios españoles de más de 50.000 habitantes. Ferrol se colocaba en el puesto 112 sobre un total de 144 municipios, con unas puntuaciones muy deficientes en los capítulos de información económica, presupuestaria y estadística, e información institucional, organizativa y de planificación; eran un poco mejores los resultados en información jurídica y acceso a la información, sin llegar al nivel de aprobado. Hace poco menos de un año, recordémoslo, en la plaza de Armas se sentaba un gobierno monocolor, conservador, liderado por el entonces alcalde Rey Varela. Yo titulaba el artículo “Transparencia, menuda escabechina”.

Les comento ahora los resultados auditados por Transparency Internacional. En su informe el concello ferrolano obtiene una puntuación de 93 sobre 110. Suspenso. Estrepitoso. Otra vez. Los datos son malos en información sobre la corporación municipal, en relaciones con los ciudadanos y la sociedad, en transparencia económica-financiera, en transparencia sobre contrataciones de servicios y en materia de urbanismo y obras públicas. Es decir, suspenso en todo. Ahora en el castillo de los pirulitos de la plaza de Armas se sienta un gobierno multicolor, de varios partidos, progresista y presidido por el alcalde Suárez. Y escribo este artículo pensando que, tal vez, en esta materia como en tantas otras, no hay remedio posible para nuestra deprimida ciudad.

Pero les diré que en cualquiera de los casos a mí no me preocupan tanto los suspensos, algo ya grave en sí mismo, como la actitud de todo el arco político ante la transparencia. Al parecer, las reformas y adaptaciones del nuevo Portal de Transparencia ferrolano obligaron a que su entrada en vigor se aplazase. Este hecho, las promesas, las reformas, las adaptaciones, los nuevos usos, las mejoras y demás excusas son lo verdaderamente preocupante. El ser transparente en la gestión pública no puede ser una declaración de intenciones, ni un capítulo programático, ni un mantra electoral. Es una obligación. Tiene que formar parte del ADN de cualquiera que quiera dedicarse a gestionar el dinero de todos. Por eso no son de recibo los resultados en Ferrol, gobierne quien gobierne. 

Esta misma semana las agencias internacionales se hacían eco de las declaraciones de la asesora del presidente Obama en esta materia: “el fácil acceso a los datos públicos es clave para la democracia”. No valen excusas.  


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