domingo, 1 de mayo de 2016

Miguel Ángel Aguilar

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 1 de mayo de 2016

El Club de Prensa de Ferrol y el Colexio Oficial de Xornalistas hicieron público, esta semana, el fallo del Premio José Couso de Libertad de Prensa. Como muchos de ustedes ya habrán leído, el premiado es Miguel Ángel Aguilar, ese jovenzuelo de 73 años, travieso, simpático, irónico, que está dedicando su vida a acercarnos las grandezas y miserias de nuestro país con un punto de humor y siempre con la dignidad propia del periodista que defiende a capa y espada su independencia y libertad. Cuando comenzaba, a finales de los sesenta, no se le ocurrió otra cosa mejor que escribir un editorial en el Diario de Madrid sobre los disturbios universitarios y claro, tropezó con el Tribunal de Orden Público franquista y terminó encausado y juzgado. ¡Ay, qué chiquilladas de periodista amateur!

Hasta el año 1980 trasladó su finura e ironía a Cambio 16 y Diario 16 y ya desde 1980 hasta 2015 le pudimos seguir en El País. Habían pasado ya muchos años, muchos reportajes, noticias y columnas, pero el travieso Miguel Ángel no pudo dejar en un cajón su defensa de las libertades y participó en un foro de entrevistas de The New York Times junto a otros periodistas. En él defendió claramente su postura contraria a la presencia en el consejo de administración de su periódico de fuertes grupos económicos y la coacción (censura) que se producía en la redacción por este motivo. Consecuencia: despido fulminante. ¡Ay, otra vez el pícaro Aguilar tropezando con quien no le permitía escribir con libertad! En ese reportaje se pudieron leer afirmaciones del calibre de: “…estamos en el peor momento para la libertad de expresión desde la muerte de Franco”.  

Pues hala, vuelta a empezar. Cincuenta años de profesión en la mochila, miles de vivencias a cuestas -golpe del 23F incluido-  pero la misma pasión por escribir las crónicas diarias de la vida política, social y económica de su “España contra pronóstico”. Y le vemos, de nuevo, en las tertulias televisivas. Y le vemos, otra vez, en las salas de prensa del Congreso, compartiendo oficio con los reporteros más jóvenes y enseñando pinceladas de comunicación a los políticos con pocos hervores. También, en ratos libres, contándoles por qué, a veces, hay que mantener reuniones en la intimidad. Y le leemos, cómo no, en su columna  “Pero ¿qué broma es esta?” de su nuevo periódico semanal independiente. ¡Es que no aprende!

Miguel Ángel Aguilar vendrá al teatro Jofre a recoger el premio. Dice que se le truncó una larga trayectoria de permanecer sin premio alguno, cosa muy meritoria de la que se siente orgulloso. Pero ha dicho también que perder ese récord ha merecido la pena por un reconocimiento como el José Couso de Libertad de Prensa.

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