miércoles, 10 de agosto de 2016

Julio Camba tiene la solución

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 10 de agosto de 2016

Siempre es buen momento para volver a los clásicos. Este verano caluroso, festivalero y turístico, especialmente. Yo me refugio en Camba. Julio Camba es uno de los mejores articulistas en lengua castellana. Él era consciente de su éxito y bromeaba así: “Yo soy un escritor de artículos cortos, cosa terrible, porque los artículos cortos se leen”.  Camba no estudió en la Universidad ni tenía ningún título, pero trabajó para muchos periódicos. Camba no sabía idiomas, y fue uno de los mejores corresponsales en el extranjero, escribiendo crónicas memorables desde Nueva York, París, Londres, Ginebra o Berlín. Camba no tenía conocimientos de organización de empresas, estrategia, producción o economía, y por eso descubrió la clave de cómo se hacían los periódicos, clave que voy a compartir con ustedes y con los representantes municipales ferrolanos para que puedan aplicarla a la solución de todos los males “eternos” de la ciudad.

Julio Camba escribió un artículo titulado Los periódicos se hacen solos (El Sol, 5-12-1919) en el que declaraba que había trabajado en un periódico que se hacía solo, de la siguiente manera: “Ordinariamente, los redactores nos reuníamos en torno de una mesa muy grande, pedíamos café y comenzábamos a charlar y a fumar pitillos. Abajo estaban los talleres. ¿Por qué procedimiento se transformaba nuestra conversación en artículos y noticias? Yo lo ignoro; pero ello es que, poco a poco, el periódico iba haciéndose… Hacia las cinco y cuarto o cinco y media de la mañana comenzaba a funcionar la rotativa y entonces nosotros nos callábamos. Nuestra labor había concluido. Las cafeteras estaban agotadas y el periódico salía…”

Esta es la fórmula infalible. Imaginen ustedes a los políticos locales en acción, alrededor de una mesa y bien provistos de café aunque sin pitillos, que los tiempos han cambiado y ya no se puede fumar ni en las bañeras de los alcaldes. Se trataría de mantener cada día una tertulia acerca de menudencias locales. Una noche sobre el presupuesto municipal. Otro día sobre el aparcamiento, de coches en la ciudad y de perros en las playas. ¿Y de gatos, cerdos vietnamitas o caballos? No, de esos no que no se consideran mascotas ferrolanas. Otras tertulias sobre la crisis demográfica, o el empleo, o las políticas de reindustrialización. Otro día cualquiera sobre el saneamiento de la ría. Y por qué no hablar sobre el turismo, el comercio, o la rehabilitación de los mercados de abastos…Así indefinidamente, hasta que cada noche alguna de las impresoras del palacio municipal comenzara a clasificar las hojas con las soluciones pertinentes, y no habría más que llevarlas a pleno para su firma. La ciudad renacería, gracias al genio de Camba y un poco de café. 

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