domingo, 21 de enero de 2018

Días tristes

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 21 enero 2018

Estamos en enero, es invierno, hay poca luz. El ocaso se produce a las seis de la tarde, hace frío, llueve a menudo (¡por fin!) y no apetece demasiado hacer vida fuera de casa. Los meses de enero y febrero son meses difíciles para el turismo. Baja el consumo, hay menos actividad comercial, hotelera y hostelera. Y arranca el año, con expectativas y propósitos que generalmente se desvanecen en poco tiempo. Poco a poco se consolida en nuestra memoria el balance del año finalizado.

Hace unos años la agencia de viajes Sky Travel, ya desaparecida, le encargó al creativo Cliff Arnall el diseño de una campaña publicitaria para fomentar los viajes en estos meses de temporada baja. Deben potenciarse los viajes todo el año, no sólo en verano, pensaron astutamente estos británicos, como si fuesen los primeros en llegar a esa conclusión. Cliff Arnall se puso manos a la obra y trató de meter en una fórmula matemática valores como: finalizó la euforia de las navidades, los consumidores tienen los bolsillos vacíos, cada día se alejan más los buenos propósitos para el año que comienza, hay cierto cansancio emocional, se han ido los seres queridos a otras ciudades o países, la cuesta de enero es cada vez más pendiente, etc…Llegó al resultado -nada científico, obviamente- de que el tercer lunes de enero, ese que acabamos de pasar, es el día más triste y deprimente del año. Los británicos lo llaman blue monday y nosotros lunes triste. El resto ya lo saben. Se ha repetido el término indefinidamente en las redes sociales, los medios de comunicación han sacado en sus páginas a expertos con recetas para combatir la tristeza y el fenómeno se ha hecho más viral que el propio virus de la gripe.

Pero no se preocupen ustedes. A la ciudad naval no llega el desánimo, si se  hace caso a las declaraciones de los gobernantes municipales. Este año va a ser el del cambio radical, dicen. A la tercera va la vencida, o algo así. Habrá presupuestos, inversiones y obras. Habrá proyectos a tutiplén financiados por la Xunta y Europa. Habrá continuidad en el modelo de gestión que ha permitido al alcalde Suárez autocalificarse con un notable. Ferrol será una ciudad alegre, próspera y feliz en 2019, cuando llegue el momento de unas nuevas elecciones municipales. En Ferrol, sentencian los políticos del gobierno, de blue monday nada de nada. Y que no vengan los tristes y deprimidos a aguar la fiesta. No hagan caso a aquellos que califican al gobierno de difunto y a los políticos de incompetentes, gestores ineficaces y sin proyecto de ciudad. O de viajeros que se divierten más en su mundo de confluencias que resolviendo problemas cotidianos. Abracen el nuevo eslogan: Ferrol, ciudad libre de tristeza. Y sonrían, por favor.


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