domingo, 7 de enero de 2018

Cronista oficial

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 7 de enero de 2018

Ferrol cumple quince años sin cronista oficial. Desde el 6 de enero de 2003, fecha del fallecimiento de Mario Couceiro, la ciudad naval no tiene quien le escriba... una crónica. Una crónica oficial, quiero decir, firmada y rubricada por una figura nombrada por el pleno municipal. Ferrol, ciudad de larga y profunda tradición de cabeceras periodísticas y cuna de grandes escritores, literatos, historiadores y cronistas, dispone de un amplísimo batallón de plumas dispuestas a transcribir los entresijos de la vida local. Pero no tiene cronista oficial. Oiga, ¿y es necesario tener un cronista oficial?, seguro que se preguntarán una buena parte de los vecinos. Oiga, ¿y por qué Ferrol no mantiene la sana costumbre de tener un cronista oficial?, tal vez se pregunte la otra parte. La respuesta, cualquier respuesta, no la busquen en el palacio municipal. Allí no estará.

Es probable que por los pasillos del castillo de los pirulitos se haya perpetuado la creencia de aquellos alcaldes y concejales que piensan que tener un cronista oficial es una antigualla. Vivimos en el mundo virtual, de las comunicaciones a través del correo electrónico, las páginas web y las redes sociales. Donde esté un buen tuit que se quite una crónica oficial. Ferrol, argumentarán, es una ciudad inteligente, smart y debe estar a la última en estas tecnologías. También es posible pensar que otro grupo de alcaldes y concejales crea, en su fuero interno, que lo mejor es continuar sin cronista oficial; total, para lo que tendría que escribir en sus crónicas, mejor no escribir nada.

Las dos ciudades más importantes de Galicia procedieron, recientemente, a nombrar a sus nuevos cronistas oficiales. La Coruña y Vigo continúan con esta tradición y han potenciado los estudios y la publicación de trabajos sobre lo local a través de sus propios institutos: el Instituto José Cornide de Estudios Coruñeses y el Instituto de Estudios Vigueses. Villas nobles y cercanas, a las que nos unen siglos de historia y hermandad como Betanzos y Mondoñedo (por citar algunas) mantienen con orgullo la figura del cronista oficial. Y cientos de villas, pueblos y ciudades de toda España.

Los escasos meses que quedan de legislatura no serán propicios para que Ferrol vuelva a tener un cronista oficial. No habrá nadie que represente a la ciudad en la Real Asociación Española de Cronistas Oficiales, que exponga ponencias en sus congresos o publique en sus revistas. No habrá crónicas ni estudios oficiales. La vida de la ciudad habrá que interpretarla a través de los chascarrillos en tuiter. Menos mal que todavía contamos con la prensa local y el saber hacer de tantos escritores ferrolanos.


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