miércoles, 21 de mayo de 2014

Cruceristas, turistas de calidad

De guarisnais

Ustedes se acordarán, estoy seguro, de los tiempos de bonanza y de gran incremento del turismo en España en el que se echaba de menos el llamado "turismo de calidad". Se necesita un turismo más culto, turismo gastronómico, turismo familiar, turismo de interior, y no sólo turismo de sol y playa, del "todo incluído" y de vuelo charter. Algo así se repetía frecuentemente. Ahora -que continúa creciendo el turismo, aunque no la economía- está llegando a Galicia esa nueva clase de turistas, los de más calidad, entre los que se encuentran los cruceristas. Hace poco tiempo era impensable ver tantos barcos haciendo escala en los puertos gallegos (Ferrol tiene previstas 25 escalas, Vigo 80 y A Coruña 91, para 2014), como tampoco era fácil imaginar que Vigo y A Coruña se convertirían en puertos de embarque e inicio de travesía.

El primer paso, y uno de los más importantes, se ha dado. Es de justicia reconocer el esfuerzo realizado por las correspondientes concejalías, consignatarios y Autoridades Portuarias, acudiendo a las ferias del sector y presentando unas tarifas portuarias ajustadas que permitan competir en este mercado y conseguir que las navieras nos sitúen en sus cartas náuticas. 

Pero ahora, una vez extendidas las felicitaciones, se vuelve urgente aplicarse a la siguiente tarea. ¿Qué servicio y atención le podemos dar a los miles de cruceristas y tripulantes que desembarcan durante unas pocas horas, los que desembarcan? De las dos mil y pico personas que viajan en cada barco un porcentaje se queda a bordo a descansar, sobre todo si la noche anterior fue "movida". Otros grupos contratan excursiones guiadas (inevitable la visita a Santiago, para muchos el único referente de Galicia) o rutas y visitas programadas a museos, castillos y demás. Y un último porcentaje visita la ciudad "por libre o a su aire". Éste será el más propenso a realizar compras, ocupar las terrazas y degustar la gastronomía local. Se enfrentará a un paseo por A Magdalena tomándole el pulso al comercio y la hostelería, pero también a la limpieza de la ciudad, la calidad arquitectónica y urbanística, el estado del mobiliario urbano, la señalización, el tráfico y los ruidos, las zonas verdes, y un larguísimo etcétera. Es, probablemente, el que puede realizar un mayor gasto y al que hay que prestar un servicio de la máxima calidad: en los productos que se venden, en el manejo del inglés necesario para "entender y hacerse entender", en la disponibilidad de wi-fi para que se puedan conectar, en el conocimiento de la historia de la ciudad para poder responder ante cualquier solicitud de información. Esto es, el mismo grado de calidad que demandábamos no hace tantos años. Ustedes se acordarán.





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