lunes, 24 de noviembre de 2014

Saneamiento de la ría, ¿por fin?

De guarisnais.
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 23 de noviembre de 2014

Hasta hace unos pocos días el Concello de Ferrol mantenía en algunos medios digitales unas ventanas publicitarias (algunos dirían propaganda, con sus connotaciones negativas) que tenían por encabezamiento: ¡Por fin! Saneamento da ría. Le seguían cinco imágenes con sus mensajes: la de un mariscador que podrá volver a trabajar; una bañista que podrá disfrutar de la playa de Caranza; una compradora que podrá encontrar productos frescos de la ría en los mercados; una joven que los podrá disfrutar en un buen restaurante; y una paseante en la orilla que exclama que de nuevo el mar va a oler a mar. Sin duda deseos que todos los ferrolanos compartimos pero que cualquier lector del anuncio que no conociese la situación actual de la ría, podría interpretar como que se trata de logros conseguidos. El ¡Por fin! del encabezamiento no es gratuito, como no lo es ningún mensaje o slogan en una campaña publicitaria. La frase debiera ser: ¡Por fin comienza el saneamiento de la ría!, lo que reflejaría fielmente la situación actual aunque perdería el atractivo "marketiniano" que el autor de la campaña le quiso imprimir.

Y el saneamiento de la ría debe comenzar, sencillamente, porque se ha destrozado, contaminado y asfixiado con vertidos y hormigón. La Ría de Ferrol, ese puerto natural inexpugnable con una canal de entrada (entre castillos) de las más hermosas del mundo, está en una situación de catástrofe ambiental, según fue calificada por una comisión de observadores, expertos y parlamentarios europeos. Rellenos exagerados, efluentes de las industrias que contienen mercurio y otros metales pesados, aguas de alcantarillados vertidas sin depurar, construcción de barreras que alteraron las corrientes, acumulación de miles de toneladas de lodos y basuras. Así lo dice el informe final elaborado por la comisión, "colgado" además en multitud de foros y congresos europeos para mayor vergüenza de todos los actores contaminantes, con las Administraciones Públicas al frente.

A ver cómo explicamos a las siguientes generaciones de ferrolanos que hubo una vez un Priorato en A Cabana (dependiente de Sobrado) que contaba en sus escritos que la ubicación al lado del mar era excelente porque les proporcionaba toda clase de pescados y mariscos. O que hubo múltiples carpinterías de ribeira, entre ellas la de Xubia, en la que se hacían unos magníficos trincados. O que en su día se llevaban navegando los troncos de Guinea a la Peninsular Maderera en la Malata, a donde llegaba la marea franca y profunda. Ahora, en todos esos lugares no hay más que lodos contaminados y malos olores consecuencia del maltrato dado a un paraíso natural. Por eso hay que comenzar a sanear la ría. Y que sea a fondo.

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