jueves, 29 de enero de 2015

La Avenida de Ferrol en Viveiro

La Avenida de Ferrol en Viveiro
26 de enero de 2015

Hay que ver la cantidad de cosas que hizo en sus 52 años de vida Don Nicomedes Pastor Díaz. Académico de la Lengua, de Ciencias Morales y Políticas; Ministro de Comercio, Industria y Obras Públicas; Ministro de Estado y de Gracia y Justicia. En el monumento a su honor que preside la Plaza Mayor de Viveiro, se puede leer: “Al excelentísimo señor D. Nicomedes Pastor Díaz, en política y letras, por virtud e ingenio, Ilustre”. La dedicatoria tiene clase; ahora ya no se escriben cosas así, lo que no deja de ser una pena.

La plaza mayor de Viveiro es una plaza señorial. Al ayuntamiento antiguo coronado por el escudo y un reloj de sol le han puesto, justo al lado, unas nuevas instalaciones de servicios municipales. Los otros lados de la plaza están formados por hileras de casas de granito, con balcones de forja y galerías de madera blanca, adornadas en su mayoría con motivos florales o geométricos de clara inspiración modernista. Las cubiertas son de pizarra, algo típico del norte de Lugo y A Coruña. En la última reforma le colocaron bancos y la ajardinaron con magnolias, especie que se adapta muy bien al clima atlántico. Una de las calles que salen de la plaza mayor es la María Sarmiento. Por ella, ya en dirección extramuros, llegamos a la Puerta de Carlos V, uno de los mejores ejemplos del estilo plateresco en Galicia. Cruzándola nos asomamos a la Avenida de Ferrol, que arranca justo en el Puente de la Misericordia y que ya nos sitúa saliendo de Viveiro en la carretera LU-862 en dirección a Ferrol. Se trata de un puente de arcos ojivales del siglo XV, asentado sobre el basamento de un antiguo puente romano.

Cuando se acerquen nuevamente a Viveiro disfruten de todos sus encantos. A su arquitectura de galerías blancas le podemos añadir la afición por la música de los vivarienses. El palco de la música, en el relleno ganado a la desembocadura del río, está en el mismo lugar que el Conservatorio de Música, antiguo hotel Villa de Venecia. Tienen un aprecio especial por su Semana Santa que, no olvidemos, consiguió el reconocimiento internacional antes que la ferrolana. Y tienen, entre sus tesoros, un postre propio, su tarta de almendra y cabello de ángel, adornada con frutas confitadas. La pueden saborear en la Pastelería Fontenova pero no cometan la ingenuidad, como quien esto escribe, de compararla a la de Mondoñedo,

- Nada que ver, la de Mondoñedo va mezclada con bizcocho y la nuestra no. Es otra cosa. Pruébela y ya me dirá.

El puerto de Celeiro; el mirador de San Roque; el eucaliptal de Chavín; el conjunto de Santa María o la judería del Calexón do Muro...todo eso hay que ver (y mucho más) antes de volver a salir por la avenida de Ferrol.

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