domingo, 19 de abril de 2015

Ilasa e Hispania

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 19 de abril de 2015

En 1980, hace ahora 35 años, los parlamentarios Cipriano García Sánchez y Jordi Solé Tura (uno de los padres de la Constitución) presentaron una pregunta en el Congreso de los Diputados sobre la “Crisis de las fábricas de lápices de la comarca de El Ferrol” (sic). En el texto se explica como en la comarca ferrolana, concretamente en su casco urbano, están ubicadas dos fábricas de lapiceros, Hispania e Ilasa. Decían los diputados que Hispania fue la primera en notar los efectos de la crisis del sector y ya en los años 1978 y 1979 se le concedieron expedientes de regulación de empleo y aplazamientos en los abonos a la Seguridad Social. Por su parte Ilasa comenzó en 1979 regulando un tercio de la jornada laboral y posteriormente entró en una situación económica grave que le llevó a la pretensión de suspender los contratos durante 6 meses a la mayoría de su plantilla. Los diputados preguntaban al Gobierno su opinión acerca de la situación del sector a nivel nacional, si tenía intención de tomar medidas que ayudaran a superar la crisis de las empresas y, de un modo concreto, qué iba a hacer para impedir que continuara creciendo el paro en una comarca sumamente castigada...etcétera.

La mayoría de los ferrolanos son buenos conocedores de la historia de Hispania, la empresa “multiproducto” del muelle fabricante de los lápices Johann Sindel, pero igualmente son desconocedores de la existencia de Ilasa. Esta fábrica, Industrial de Lápices, S.A., estaba ubicada en la calle Alegre de Canido, al lado del bar Eliseo y del ultramarinos La Palma, y enfrente a la Fenya. Llegó a tener 32 empleados, el gerente señor Tella, 3 de oficina y el resto operarios. Estaba diseñada para hacer todo el proceso productivo, desde el aserrado de la madera de cedro, el teñido, la pasta de grafito para hacer las minas, el corte de las tablillas, el prensado, lijado y barnizado. Llegaron a fabricar 93.000 lápices al día, (cuando en Hispania se hacían 120.000) entre toda su gama: lápices de dibujo, de colores, de oficina y de carpintero.

Las dos fábricas, junto a las otras cinco que había en España sufrieron, además del impacto negativo derivado del encarecimiento de las materias primas y la falta de créditos, la fuerte presión de dos competidores: lápices procedentes de Alemania y los bolígrafos BIC. Se acordarán de su publicidad: “bic naranja, bic cristal, dos escrituras a elegir, bic naranja escribe fino, bic cristal escribe normal, bic, bic....”. 

Una última nota. Se dice en la pregunta que “la comarca ferrolana se encuentra en una situación caótica a raíz de la caída de la construcción naval, que originó una racha de cierres de empresas...” Era el año 1980, con Gobierno de UCD y presidente Adolfo Suárez. 

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