domingo, 5 de abril de 2015

La fuente Wallace

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 5 de abril de 2015

Es conocido por todos los ferrolanos que existe un impulso irrefrenable que les entra a los políticos locales en cuanto se hacen con la alcaldía, tan arraigado como las Pepitas o el arroz con leche. Consiste en secar las fuentes o cambiar las estatuas de sitio. O las dos cosas. Ya comentamos tomando unos guarisnais los casos de la fuente del Obelisco de Churruca y la fuente de la Fama. También los de las fuentes de la plaza de España. El alcalde actual, Rey Varela, para no ser menos que algunos de sus predecesores, se encargó de secar y transformar en una vulgar jardinera una de las últimas fuentes que quedaban en esta plaza y que, teóricamente, iban a ser repuestas. La chapuza se consumó y ahí sigue, tal vez porque desde el Concello se tiene la creencia de que una chapuza, al hacerse familiar con el paso del tiempo, deja de serlo y se convierte en un trozo de ciudad apreciado por los vecinos. ¡Qué lejos de la verdad!

Por eso, vistos los precedentes históricos y los recientes de esta legislatura, eché las manos a la cabeza semanas atrás cuando vi que levantaban la zona que rodea a la fuente Wallace del parque Reina Sofía. Y, justo por eso, hace unos días cuando retiraron las cintas que impedían el paso y daban por finalizadas las obras, me acerqué rápidamente a ver en qué estado la habían dejado. ¡Albricias!, la fuente sigue allí, seca porque todavía está la obra sin rematar pero está, esperemos que por muchos años.

Porque verán, esta fuente no fue secada pero ya fue paseada, con lo que ya cumplió con su castigo de llegar a Ferrol. La donó a la ciudad el industrial y comerciante Don Juan Romero Rodríguez, quien la compró en la exposición universal de París de 1889 por un importe de mil reales. Primero fue instalada en el mercado municipal, después en la plaza del marqués de San Saturnino y, por último, se trasladó al parque cuando se inauguró en la década de los cincuenta. Se trata del mejor y más completo de los modelos que diseñó Sir Richard Wallace y ejecutó el escultor Charles Lebourg. Este escultor fundió la fuente ferrolana en el año 1872, como reza una inscripción en su base. El cuerpo principal, de la primera época del art decó (las artes decorativas) consta de cuatro cariátides, diferentes, que simbolizan la Simplicidad, la Caridad, la Sobriedad y la Bondad, y al mismo tiempo y por este mismo orden, las cuatro estaciones, primavera, verano, otoño e invierno.

Volveré en unos días por allí. Espero verla recién pintada, con la pileta limpia y llena de agua. En perfecto estado. Como están las que hay en San Sebastián y en Barcelona, las otras ciudades españolas que cuentan con fuentes Wallace. Y le volveré a agradecer al señor Romero su gesto altruista, de buen ferrolano.

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