De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 9 de agosto de 2015
En el artículo de hoy no tengo más remedio que ofrecerles una ensalada de cifras acompañando a su guarisnai. Créanme que lo lamento, pero no encuentro otra forma mejor para explicarles una nueva decepción que detallando a dónde van destinadas las partidas del llamado 1,5% cultural en Galicia. Verán, cada año los ministerios de Cultura y Fomento dedican ese porcentaje de sus presupuestos a financiar proyectos para recuperar el patrimonio histórico. Este año 2015 la cifra total para España asciende a 47 millones de euros, de los que cerca de 5,4 millones son destinados a obras gallegas. Es algo más de un 10% del total, por lo que la primera lectura es muy positiva, teniendo en cuenta que tanto el PIB gallego como su población se encuentran en torno al 5% español. Viene una partida económica interesante, ¿pero a dónde se destinarán esos recursos? Les cito, por orden decreciente: a la plaza de Abastos de Ourense, 3,6 millones; para la transformación en biblioteca y archivo histórico del hospital del Santo Espíritu de Baiona, 1 millón; para la Casa de los Capellanes en Padrón, cerca de 400 mil; a la Torre de Hércules de A Coruña, 150 mil; y a la muralla romana de Lugo, 89 mil. Ahí están, los cinco millones y pico, que no diré yo que no estarán bien empleados, especialmente en la obra de rehabilitación del Mercado de Abastos de Ourense, una plaza llena de vida, de actividad económica, un auténtico referente social que, además, ha sido incluido en la lista de edificios modernos a catalogar por la Academia de Bellas Artes.
A Ferrol, como han visto, vienen destinados cero euros, mientras el Consistorio, a través de la concejala Rosa Méndez encargada del patrimonio histórico, califica el estado en que se encuentra el Castillo de San Felipe como de escandaloso. ¡Qué novedad! Un edificio catalogado como BIC (bien de interés cultural) y pieza clave de la que se supone será candidatura a Patrimonio Mundial, se encuentra en estado escandaloso. Yo me permito ayudar a la concejala en la descripción del monumento. Está también en un estado asqueroso, lleno de suciedad, maleza y todo tipo de residuos no confesables; y en un estado peligroso para acoger visitas de niños, de adultos y, ya no digamos, de personas con movilidad reducida; y en un estado deplorable para pretender ser ofertado como un reclamo turístico, como una fortaleza singular y excepcional. Calificativos, todos ellos, que obedecen a la patética situación de años de abandono y de alguna reforma, como la del pabellón de oficiales, de la que no se derivó ningún uso posible del edificio y únicamente ha servido para su consolidación.
A todo esto, ¿se había presentado algún proyecto para conseguir su financiación?
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