domingo, 6 de septiembre de 2015

Al centro histórico, por favor

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 6 de septiembre de 2015

Hace unos días en una charla de café un amigo (gallego pero no ferrolano) decía que venía muy poco a Ferrol, sólo cuando era imprescindible por algún motivo laboral y que siempre, siempre, se perdía por el centro.
-En Ferrol es muy difícil circular y es imposible orientarse.
Probablemente algo de razón no le falte. En la mayoría de las ciudades grandes de nuestro entorno son fácilmente reconocibles sus diferentes barrios. Y, por supuesto, la diferenciación es notoria entre sus zonas nuevas y sus centros históricos, algo que no sucede en Ferrol. Para cualquier visitante o turista es muy sencillo situarse en los centros históricos de ciudades como Santiago, Lugo, Pontevedra y Ourense. Están igualmente bien delimitadas la Ciudad Vieja de A Coruña (no tanto el barrio histórico de la Pescadería) y el Casco Vello y O Berbés en Vigo. Pero ¿qué sucede cuando alguien que no conoce la ciudad quiere visitar el casco histórico ferrolano? Ante la pregunta: ¿el centro histórico, por favor?, la casuística de las respuestas puede ser enorme, según el estado de ánimo del ferrolano que conteste, quiera mucho a esta ciudad o practique el extendido hábito de ponerla de vuelta y media.
-Pues mire usted, en Ferrol no tenemos nada histórico. Lo que tenemos es todo viejo, todo roto y todo en ruinas. ¿Lo quiere ver igual?

Algún enamorado de la tierra con el nivel de optimismo subido de tono le podría decir:
-A ver, oiga usted, en Ferrol no tenemos un casco histórico, tenemos tres, para que usted elija: Ferrol Vello, A Magdalena y Esteiro. Eso sí, los tres están un poco descuidados, pero atesoran mucha historia. ¿A cual quiere ir?

Y siempre quedará el nachiño pragmático, directo, cargado de razón.
-Dígame exactamente lo que quiere hacer y yo le indicaré, para que no pierda el tiempo vagando por ahí. Tal vez querrá usted ir de compras, o a comer algo, a ver el ayuntamiento, o a reservar una habitación de hotel. ¿Qué le apetece?

Y así obtendría, nuestro apreciado visitante, una respuesta tras otra y tantas como ferrolanos se pudiera encontrar. Porque el caso es que, si no pregunta, ¿cómo reconoce el casco histórico? En el barrio de A Magdalena, núcleo de la Ilustración, no existe uniformidad en la pavimentación de las calles dieciochescas, sino que se puede encontrar un collage de losas, adoquines, asfalto, hormigón de varios tipos, y todo instalado de diferentes formas. Hay calles peatonalizadas y otras abiertas al tráfico. La señalización es escasa, mala, tirando a imposible. Vamos, que tal vez lo mejor sea preguntar, pero a los profesionales de turismo, o conectarse a internet. A ver si, con suerte, consigue encontrar el casco histórico...y luego nos lo cuenta.


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