lunes, 21 de septiembre de 2015

El peculiar gobierno de Emafesa

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 20 de septiembre de 2015

Si no fuese porque el asunto viene ya de lejos podríamos pensar que últimamente le han echado el mal de ojo a la gestión del agua en Ferrol. Cuando no hay un problema con el agua potable lo hay con las aguas residuales. O aparecen trihalometanos en las casas o se vierten aguas no depuradas al mar, tanto dentro de la ría como las que se desvían a la EDAR. Una depuradora que, por lo visto, no depura y, además no está en condiciones de hacerlo sin un nuevo gasto de varios cientos de miles de euros. En fin, un escenario modélico que despierta el interés por parte de algunos alcaldes de mancomunar su gestión, que es algo así como mancomunar un gran despropósito.

Digo que el asunto viene de lejos. Prácticamente desde el arranque de Emafesa, la empresa mixta (público-privada) que se tiene que encargar de la gestión del agua de acuerdo a la encomienda firmada en 1999 que regula su funcionamiento. Recordemos que el alcalde era Juan Blanco, y que sus titulares eran el Ayuntamiento con un 51% y el socio privado Urbaser el 49%. El Consejo de Administración estaba (y está) compuesto por 4 miembros del Ayuntamiento -3 consejeros más el alcalde, que ocupa el cargo de presidente- y otros 3 consejeros de la empresa privada. Hasta aquí todo razonable. La mayoría la ostenta el Ayuntamiento y el presidente de la sociedad es el alcalde; y la minoría en acciones y, por tanto, en consejeros, está en manos de Urbaser.

La mala fortuna (¿irresponsabilidad o mal de ojo?) aparece de repente en esta legislatura cuando se detectan problemas serios en la gestión de Emafesa. Es el momento en que la mayoría del capital social quiere cambiar al gerente y se encuentra con que se habían modificado los estatutos para obligar a tener una “mayoría cualificada” de 5 votos en el consejo. ¡Qué gran aberración estatutaria en una Sociedad Anónima! La consecuencia es que nadie puede alcanzar esa mayoría. Manda lo mismo el que tiene menos del 50% que el que tiene más del 50%. Así las cosas, las dos partes llegaron al acuerdo de que la minoría del capital (Urbaser) nombra a un gerente y la mayoría del capital (Ayuntamiento) nombra a otro gerente. ¡Una dirección colegiada en una sociedad anónima! El resultado es previsible: la parálisis en la toma de decisiones.

En los medios de comunicación se pudo leer: “...el peculiar sistema de representación en el Consejo de Administración permitió a Urbaser bloquear el cese del gerente, pese a que posee solo el 49% del capital social”. Efectivamente es peculiar. Una chapuza más a añadir al perenne e irresoluble conflicto entre lo público y lo privado que se da en esta ciudad. Sin embargo en los recibos del agua no se aprecian descuentos por su mala gestión.

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