lunes, 11 de enero de 2016

Lo que diga el pactómetro

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 10 de enero de 2016

El año electoral 2015 ya es historia. Estamos en el año electoral 2016, con cuatro citas con las urnas a la vista: en Cataluña, otra vez; en España, otra vez; en Galicia y País Vasco, porque tocan. Todo esto si el pactómetro no lo impide, claro está. Porque el pactómetro es la revelación de las últimas contiendas electorales, es lo que de verdad importa en la política emergente, es la mejor de las señas de identidad de la nueva política. 
- Oiga, ¿y qué es un pactómetro?
- Lo nuevo, lo último, “lo más de lo más”. A su lado son una antigualla los debates, los programas, las propuestas…

Ustedes habrán visto en las televisiones y en las redes sociales múltiples formatos de pactómetros. Se trata de sencillas aplicaciones que permiten sumar los escaños obtenidos por cada partido para ver cómo se consigue una mayoría que permita gobernar. Eso sí, con colores, gráficos, dibujos de arcos parlamentarios y todo tipo de herramientas audiovisuales. Vamos, que se trata de sumar, como toda la vida, pero en versión emergente. Ya no vale sumar con los dedos colocando las manos debajo de la mesa. Ni sumar de memoria. Y que no se les ocurra usar papel y lápiz, ni hablar de aritmética parlamentaria. Todo eso es vieja política, es política de la transición, es política del pacto del 78. Ahora los nuevos políticos, los políticos del futuro, tienen que “bajarse” una aplicación del pactómetro en su tableta o su móvil y utilizarla cada vez que quieran comprobar cómo se compondrán los votos de su grupo y a quién se tienen que sumar para que sean útiles.

El pactómetro que utiliza Mas está que echa humo. No le salen las cuentas, y todo porque los señores de la CUP se empeñaron en usar viejas políticas ancladas en asambleas y votos a mano alzada o en urnas. El pactómetro que utiliza el equipo asesor de Rajoy también está a todo filispín. No hay forma que dé un resultado de mayoría para alcanzar su investidura y así poder formar gobierno y evitar nuevas elecciones. El pactómetro del PSOE ya no aguanta más; es una herramienta pensada para sumar, no para dividir. El de Podemos está hecho un lío, y no reconoce las sumas que tiene que hacer: si todas juntas en un grupo parlamentario o partidas en cuatro grupos diferentes.

Los ferrolanos también tenemos que preparar nuestros pactómetros. En 2016 los tenemos que utilizar, aparte de para las elecciones generales y autonómicas, para seguir de cerca la política local. Y hacer ejercicios para ver si entre los grupos que sustentan al gobierno son capaces de sumar los votos suficientes que permitan aprobar el Presupuesto, la norma más importante que rige el funcionamiento del Concello. Casi nada. Menuda responsabilidad la del pactómetro.

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