domingo, 20 de noviembre de 2016

Reforma de la Constitución de 1978

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 20 de noviembre de 2016

Comienza el juego. Arrancan las legislaturas en el Palacio de las Cortes de la Carrera de San Jerónimo y en el Pazo do Hórreo compostelano. Los parlamentos gallego y español echan a andar -en este segundo caso ya le iba siendo hora- y los gobiernos respectivos comienzan a ejecutar sus primeras medidas. Tal vez la primera de ellas sea meter en la cartera o en un cajón alejado el programa electoral, ponerlo en un sitio donde no estorbe mucho y no incordie hasta la próxima cita. Para algunos altos responsables de la cosa pública, bien mirado, esto no será necesario; no lo tienen, no lo han leído y no saben de qué trata.

En la mayoría de los programas de los partidos políticos iba incluida la necesidad de reformar la Constitución que los españoles nos dimos en 1978. Los más conservadores hablaban de hacer pequeños retoques, actualizar aquellos matices obligados por el paso del tiempo y por las directrices europeas. Los menos conservadores hablaban de derogar la Carta Magna, de superar el “régimen del 78”, hacer una segunda transición y meter al país en un nuevo proceso constituyente. En medio siempre había alguien que proponía una “reforma a fondo” pero sin perder el espíritu que la impregna. Vamos, lo de siempre, declaraciones de intenciones, alguna que otra propuesta ambigua, mucha repetición de eslóganes y poco análisis serio de un asunto que sí es serio o debiera serlo.

El profesor Portero Molina vino a Ferrol a darnos su opinión. Las enseñanzas de Portero Molina, invitado por el Club de Prensa, son las de uno de los mayores expertos en Derecho Constitucional de nuestro país. Después de explicar sus antecedentes, las dos reformas que ya tuvieron lugar (arts. 13 y 135, impuestas por Europa) y analizar los requisitos necesarios para hacer una reforma de calado, el profesor Portero Molina sentenció: “La reforma constitucional está bastante en el aire; pasará esta legislatura y unas cuantas más antes de que se hagan reformas importantes”. Al parecer ya hubo intentos en legislaturas anteriores que tuvieron como resultado un informe de más de seiscientas páginas del Consejo de Estado. En él se explican las alternativas posibles en los asuntos de la línea de sucesión en la monarquía, la mención a Europa, el reconocimiento de las Comunidades Autónomas y la estructura del Estado, y el papel del Senado, entre otros. Se incluyen además análisis sobre las mejoras en la organización del poder judicial y en la representatividad obtenida con el actual sistema electoral.

En fin, muchas propuestas bien fundamentadas…que fueron a parar igualmente a alguno de esos cajones donde los partidos políticos guardan las promesas electorales.

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