domingo, 16 de abril de 2023

En deuda con la Ilustración

Escribanía de mar 

Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, 16 abril 2023

 

Ferrol se debe al interés de la Corona española, no nos engañemos a estas alturas. Fue el Estado, gobernado por la dinastía francesa de los Borbones (vayan ustedes a saber hasta cuando) el que mandó construir el Arsenal más grande y avanzado de cuantos iban a servir a la Armada: La Habana, Cádiz, Cartagena y Ferrol. Nuestra ciudad se iba a convertir en el polo militar e industrial del noroeste y La Coruña, gracias a la concesión de los Correos Marítimos con América, se potenciaría como la ciudad del comercio, los servicios y la sede de las instituciones del Estado en Galicia. Ferrol y Coruña, Coruña y Ferrol, son dos buenos ejemplos de ciudades desarrolladas merced a las nuevas necesidades de los aires ilustrados, bien representados en la corte de Carlos III (qué buena escultura nos recibe al pie de la Torre de Hércules).

 

La Ilustración es, en nuestro departamento, Arquitectura e Ingeniería, Construcción Naval, el arte de la Navegación, el Obrador de Instrumentos Náuticos, la creación de una ciudad exnovo capaz de albergar a marinos, ingenieros, comerciantes, banqueros e industriales venidos de todas partes. El cambio social y económico derivado de toda esta industria fue espectacular, permítanme el abuso del calificativo. A Ferrol llegó muy pronto el higienismo, la salubridad y la medicina, gracias al hospital militar. Se prohibieron los enterramientos en las iglesias y se creó el cementerio de Canido, en mala hora destruido. La primera Alameda de Galicia en la que disfrutar de aire limpio y saludable. Timoteo O’Scanlan vacunó a niños antes de la expedición de Balmis y Zendal. Se instaló alcantarillado y empedrado en las calles, se prohibieron matanzas de animales y acumulación de estiércol en los soportales que, ya puestos, se eliminaron. Hubo una mejora considerable en la alimentación e higiene, como también en la lucha contra la desmedida prostitución, la práctica del abandono de recién nacidos y el control de las tabernas, foco de infecciones, trifulcas y desmanes de todo tipo. La Ilustración trajo casas de conversación, antesala de los cafés tan magistralmente defendidas por Jovellanos. Sociedades de recreo, liceos, teatros, imprentas, periódicos, academias y libros, algunos de los cuales sobreviven en la magnífica Biblioteca del Departamento Marítimo. Y conocimiento, un extraordinario caudal de noticias de lo que pasaba en otras partes de España y el mundo.

 

También nos regaló la impronta de figuras como Manuel Pardo de Andrade (Coruña) José Alonso López y Nobal (Ferrol) y Domingo Fontán (Santiago), hombres ilustrados, de razón y progreso, que fueron perseguidos por los absolutistas, inquisidores y reaccionarios, de los que se estilan en todas las épocas.

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