miércoles, 29 de enero de 2014

La hora del comercio local

Gentes de trato.

La burbuja de los centros comerciales se está desinflando. Es verdad que en Galicia, al contrario que en otras zonas de España, asistimos a la "teima" por continuar abriendo centros (en Ferrol se acaba de abrir Parque Ferrol y existen proyectos para Lugo y Vigo) pero también lo es que las expectativas de tráfico de consumidores y generación de negocio en la mayoría de ellos no se cumplen. Algunos están en números rojos desde hace unos años y otros han tenido que cerrar pocos años después de su apertura. El reciente, Dolce Vita, en A Coruña.

Lo que parece claro es que estas "catedrales del consumo" -llamadas así por el maestro Ónega en la apertura del CC As Termas de Lugo- se enfrentarán a la salida del túnel de la crisis con la necesidad de reinventarse, de encontrar un nuevo modelo de negocio que no esté basado en las promociones permanentes que lleven a sus inquilinos a declinar la nefasta ecuación "vendo más con menos márgen, me arruino antes". Porque tendrán que competir con que la inmensa mayoría de consumidores tiene menor capacidad de gasto; se está generando una mayor y mejor oferta en las tiendas locales, las de "toda la vida": mercados, plazas de abastos, ultramarinos, comercios, bares y tabernas, panaderías....., y los nuevos espacios con nuevas fórmulas, servicios y decoraciones: taperías, vinotecas, tiendas de artesanía, de productos sostenibles, vintage.....; y las Administraciones Públicas apoyarán sin timidez tanto a los comercios tradicionales como a las zonas y calles de mayor impacto comercial, a través de fashion night's, noites brancas, y líneas de subvenciones para proyectos de actualizaciones.

Pero lo más importante, la variable que no se ve y que tendrá mayor impacto, será la racionalización de la compra, la reflexividad del consumidor a la hora de comprar. Aquello de que cada vez se compra menos impulsivamente, del "a ver qué encuentro" y del "algo traeré que esté bien de precio", se está pasando al "compraré lo que necesito", "hice una lista en papel o en mi móvi"l, "prefiero ir más a menudo y gastar menos cada vez", etc... Todas estas son ya respuestas habituales. Pero aún hay más. Esta compra razonable se está acompañando de una compra solidaria. La compra y el consumo en el barrio, el "prefiero apoyar al negocio de la esquina que las está pasando canutas y cada vez lo fríen con más impuestos".

Es el momento de las tiendas locales, pequeñas, cercanas, las que hacen en buena medida sostenible la actividad y la vida en los barrios y los centros de las ciudades. Ojalá los comerciantes de siempre y los emprendedores lo sepan aprovechar y los consumidores definan con sus compras en qué tipo de ciudades y qué modelo de consumo quieren para los tiempos venideros.

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