domingo, 5 de marzo de 2017

El guardián de la Ilustración

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 5 de marzo de 2017

Por estas tierras tuvo un impacto extraordinario el espíritu de la Ilustración. Es verdad que el caso ferrolano supuso un reto especial, como fue construir una nueva ciudad a partir de una pequeñísima villa. El barrio de la Magdalena fue diseñado ex novo justo al lado del Arsenal, que a su vez se construyó en la ría que reunía las mejores condiciones de abrigo y navegabilidad para la Armada Real. Pero igualmente la impronta del siglo dieciocho fue notable en la ciudad de la Universidad centenaria, Santiago de Compostela. Y a Santiago quiero llevarles, a una institución creada por Carlos III en 1784, la Real Sociedad Económica de Amigos del País.

Al entrar en la Económica (así la llaman) se traslada uno dos siglos y pico en el tiempo. Los muebles nobles, voluminosos y serios, ocupan la estancia principal simétricamente colocados encima de grandes alfombras tejidas en la Real Fábrica de Tapices. En los respaldos de las sillas puede verse tallados el compás y la escuadra, símbolos masónicos. Una pared guarda en hilera los retratos al óleo de algunos de sus directores, entre los que destacan las figuras del presidente Montero Ríos y del geógrafo Domingo Fontán. Enfrente, entre cuadros de otros prohombres, ocupa un lugar especial el del ferrolano Manuel Fernández Varela, canónico que fuera Comisario General de Cruzada. Al fondo de la sala, en lugar preminente, preside el retrato de Carlos III. Ni que decir tiene que en todas las estancias de la Económica se respira cultura, conocimiento. Libros, cuadros, vidrieras, legajos…se conservan impecablemente, si bien muchas de sus piezas fueron cedidas a la Universidad para su restauración y conservación.

Este patrimonio está bajo la custodia de su secretario general, un ferrolano al que, como a tantos, le ha tocado vivir fuera de puertas. Fernando Barros es profesor de Economía, secretario de la Cámara de Comercio y hombre vinculado a la cultura y la vida social, empresarial y universitaria compostelana. “Creo firmemente en la importancia de la sociedad civil, por encima de los movimientos políticos”, es una de las frases que más le gusta decir. Cuando tiene ocasión, no se despacha escribiendo sobre la arquitectura neoclásica, ni sobre el gran impulso dado a la ciencia o la industria. Lo hace explicando que el verdadero aporte del Siglo de las Luces fueron los principios y valores del empirismo, el criticismo, el deseo de conocimiento, el reformismo, la búsqueda del progreso y la felicidad, la igualdad, la libertad y la moral laica. Y déjenme que les diga, nadie mejor que un ferrolano ilustrado como Fernando Barros para custodiar estos principios -tan necesarios- en los tiempos actuales.

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