domingo, 15 de febrero de 2015

Esculturas

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, el 15 de febrero de 2015

A principios del siglo XX, en pleno auge del modernismo, España tuvo un episodio de fiebre por colocar esculturas. A Julio Camba, uno de los grandes del periodismo, aquello no le gustaba, y decía que padecíamos de iconomanía. Dejó escrito: “El afán de levantar estatuas en todas partes y a todo cristo nos obsesiona, volviéndonos locos. ¡Y qué estatuas, dios de dios, las que levantamos! Nos dan el retrato físico del hombre pero no nos sugieren la menor idea del genio”. No es que Ferrol siguiese su dictado cien años más tarde, pero es verdad que se quedó rezagada con relación a municipios de su tamaño que sí las han colocado. Ahora, con varias presentaciones de por medio (en esta ciudad es imprescindible que los proyectos, para que sean creíbles, se presenten varias veces, con varias ruedas de prensa con muchos meses de intervalo entre unas y otras) se vuelve a anunciar que sí, que esta vez va en serio, que se colocarán esculturas de tamaño natural de personajes ilustres. Y se empezará por el monarca Carlos III, gran impulsor del Ferrol naval en el siglo XVIII, y el sobresaliente político, economista, jurisconsulto y gran orador José Canalejas.

Hagamos juntos, si les parece, un breve recorrido por las ciudades vecinas. Así, de memoria, soy capaz de acordarme del propio Carlos III vestido de cazador y apoyado en su escopeta al pie de la Torre de Hércules, aguardando a que se hagan con él un autorretrato los turistas. De Valle Inclán paseando por Pontevedra o sentado en un banco en la alameda santiaguesa. Del gran Cunqueiro sentado en Mondoñedo, mirando a la catedral, o sentado también en la plaza do humor coruñesa, justo enfrente de Castelao. Y de Ánxel Fole, en el centro de Lugo, o el mismísimo Julio Verne sentado sobre un pulpo gigante al lado del náutico de Vigo. Hay también esculturas de personajes más populares o costumbristas, como la del piloto Reverter con su coche de carreras y la vendedora de leche en Ourense; la rianxeira en Rianxo; la señora que da de comer a las gallinas en Pontevedra, las Dos Marías cogidas del brazo en Santiago, o las catalinas bañándose en la playa de Riazor. Seguro que ustedes conocerán algunas más. Incluso es posible que hayan ido a charlar un ratito con Torrente Ballester al café Novelty de Salamanca, en el que le han sentado en su sitio de costumbre.

Se trata de una buena iniciativa. Lo digo ahora que Camba no nos escucha y no puede refunfuñar porque le han hecho una escultura en su Vilanova de Arousa natal. Sería bueno ver Ferrol adornado y cuidado una vez finalicen las interminables obras. Y también lo sería ver que se respetan las esculturas que ya existen sobre pedestal: la de Sánchez Barcáiztegui, la de Jorge Juan, la de Concepción Arenal...

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