domingo, 6 de julio de 2014

Calafatear Ferrol, Galicia, España

De guarisnais
Publicado en La Voz de Galicia, edición Ferrol, 6 de julio de 2014

Hacen agua por todas las juntas. Hay ciudadanos asustados que afirman que el país está judicializado. Otros dicen: “menos mal”. El Gobierno y el partido que lo sustenta trata de comunicar que tiene la situación bajo control, que sabe gobernar la nave. Hasta el presidente Rajoy se siente tan seguro de sus dotes de gobierno que considera que pasar el cabo de Hornos es una empresa fácil de acometer. Y además les enseñará a sus colegas europeos cual es la derrota y cuales las artes y aparejos sobre los que maniobrar, si quieren llevar sus países a buen puerto. Como está llevando a España.

Mientras tanto el paro registrado está en unos niveles alarmantes, si bien es verdad que continúa descendiendo. Es indecente el alto nivel de corrupción, el aumento de la pobreza, la rebaja de los salarios, los recortes en el bienestar que tanto ha costado conseguir. El consumo interno muy debilitado. Los jóvenes y no tan jóvenes sin expectativas, buscando su futuro en el extranjero. Las pymes y autónomos presentando cuentas de resultados con caídas dramáticas, mientras las grandes corporaciones aprovechan la situación para "regular" sus plantillas aún presentando cuentas muy saneadas. La evolución de la población ha pasado de ser "catastrófica" a ser calificada ya de "suicidio demográfico".

La desconfianza en la clase política se ha instalado en la ciudadanía, que lo ha expresado votando nuevas formas de representación. Una ciudadanía harta de ver cada vez a más alcaldes y políticos imputados en casos de  corrupción, incluido ahora el ferrolano Rey Varela, o el desgobierno en Santiago, los más de 100 enchufados del ourensano Baltar, el nepotismo instalado en el Tribunal de Cuentas (otros 100 familiares en una plantilla de 700), o la deficitaria gestión de la TVE rescatada nuevamente con una inyección de decenas de millones de euros por parte de la SEPI. 

Pero claro, esto de poder fiarse de quienes gobiernan es imprescindible. Y mucho más cuando nos enfrentamos a tan serios problemas y los mensajes recibidos son poco claros, nada transparentes, confusos, repetitivos, cargados de eufemismos y en ocasiones contradictorios. Por eso ahora, una vez más, el presidente Rajoy vuelve a anunciar para septiembre que se van a poner en práctica medidas de regeneración democrática, a "intensificar los controles y hacer mejor las cosas", ha dicho.

El escenario asusta. Es hora de sellar las juntas para poder seguir a flote. Llámese cambio generacional, regeneración política y democrática, segunda transición o renovación del pacto constitucional. Ferrol, Galicia, España, necesitan un buen calafateado que mantenga viva su obra viva. Ya me entienden.







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